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El caudillo vikingo Björn Ragnarsson, interpretado por Alexander Ludwig en la serie 'Vikingos', producida por History Channel. TNT
El asalto vikingo a Pamplona

El asalto vikingo a Pamplona

Tiempo de historias ·

Las crónicas medievales relatan el audaz apresamiento del rey García Íñiguez a mediados del siglo IX por una expedición de piratas nórdicos que tomó a sus hijos como rehenes

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Jueves, 14 de febrero 2019, 09:35

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¿Por dónde llegaron los vikingos? ¿Por el río Bidasoa? ¿Por la ría de Mundaka? ¿Remontando, lo que es improbable, el Ebro desde Tortosa? Son las preguntas que se han hecho los historiadores al estudiar el ataque a Pamplona del caudillo danés Björn 'Costado de Hierro' y sus hermanos Ivarr 'Deshuesado', Sigurd 'Serpiente en el Ojo' y Hvitserk. Hijos del gran Ragnarr 'Calzas Peludas', son los protagonistas de un audaz asalto que tuvo lugar en 859 y que conocemos gracias a las crónicas medievales cristianas, musulmanas y nórdicas.

La presencia vikinga en tierras vasconas se menciona en varios textos, entre ellos el 'Muqtabis' del cronista cordobés Ibn Hayyan (987-1075). Unos fragmentos inéditos de esa obra descubiertos en la ciudad marroquí de Fez relatan la captura del rey de Pamplona García Íñiguez y los problemas que tuvo para pagar el rescate. Ibn Hayyan dice que en el año 245 de la Héjira (859 de la era cristiana) los 'madjus' o vikingos «siguieron subiendo hasta varar al pie de Pamplona, e hicieron algaras (ataques por sorpresa para robar) contra los baskunis, matando a muchos y haciendo prisionero a su emir Garsiya ibn Wannaqo».

Los invasores liberaron al monarca, pero tomaron a sus hijos como rehenes mientras él intentaba reunir 70.000 piezas de oro. Otro historiador árabe, Ibn Al-Athir (1160-1233), confirma que García Íñiguez, descrito como un «jefe franco», pagó 90.000 dinares (moneda de oro de Al-Andalus) a los piratas.

Episodios como el de Pamplona fueron frecuentes en Europa entre los siglos VIII y XI. Las embarcaciones escandinavas, los drakkar, no se detenían en el litoral, sino que podían remontar ríos y estuarios. Los vikingos reunían caballos y se lanzaban tierra adentro en busca de oro, mercancías y esclavos. Orihuela fue otra población del interior peninsular atacada por la flota danesa, que estaba compuesta por entre 60 y 100 drakkars y entre 2.000 y 4.000 guerreros, responsables de la segunda oleada vikinga que asoló el sur de Europa a mediados del siglo IX.

La anterior invasión se había producido el año 844, cuando entre 1.600 y 3.200 noruegos que habían zarpado de Aquitania en 160 embarcaciones, la mitad de ellas grandes, fueron repelidos en Galicia y atacaron Lisboa, Cádiz y Medina Sidonia. Luego tomaron Sevilla, forzando al califa Abderramán II a organizar dos ejércitos desde Córdoba para expulsarlos de la ciudad y devolverlos al mar por donde habían venido: el Guadalquivir. Fue una guerra de extrema violencia, en la que Sevilla y su mezquita fueron destruidas y murieron cientos de escandinavos, algunos ahorcados en la ciudad hispalense o colgados de palmeras tras una cruenta batalla en los alrededores.

La siguiente campaña vikinga se prolongó de 858 a 861 y fue más ambiciosa. Los hombres de Björn 'Costado de Hierro' saquearon París y otras poblaciones del Atlántico francés, y después lo intentaron en las rías gallegas, aunque tampoco consiguieron nada esta vez debido a la enérgica reacción del conde Pedro, un noble local. Se ha escrito que Iria Flavia y Compostela fueron atacadas, pero no hay evidencias. Sí parece que desistieron de volver a Sevilla, pero arrasaron Algeciras y la ciudad marroqui de Nador, donde hicieron prisioneros (por la misma época se vendieron esclavos negros en Dublín, entonces ciudad vikinga).

La estela de destrucción prosiguió en Alicante (Orihuela), las islas de Mallorca y Menorca, y el delta francés del Ródano, elegido por los vikingos para establecer una base. Desde la isla de Camargue atacaron Nimes, Arlés y Valence, y emprendieron el regreso. Sin embargo, uno de los jefes de la flota, Hasting, padre o hermano adoptivo de Björn, se separó con un grupo de guerreros y se apoderó de las ciudades italianas de Pisa y Lucca, lugar este último que confundió con Roma.

Pamplona fue atacada en el viaje de vuelta de Björn, pero no está claro por dónde llegó a la ciudad. Varios historiadores –Jaume Vicens Vives, Luis García de Valdeavellano, Antonio Ubieto y Justo Pérez de Urbel– dedujeron en su momento que los daneses entraron en el delta del Ebro, pasaron por delante de las ciudades musulmanas de Zaragoza y Tudela, y se acercaron a Pamplona por el río Arga. Ese camino no convenció a colegas como Claudio Sánchez Albornoz, que consideraba más creíble que hubiesen entrado en el reino de Pamplona desde el Golfo de Vizcaya.

Según esta segunda hipótesis, que es la más aceptada, es probable que los vikingos hubieran salido del antiguo puerto romano de Oiasso (Irún), en la desembocadura del Bidasoa, ya que tenían una factoría en Baiona (había más en Aquitania). El historiador Antón Erkoreka también sugiere como punto de partida la ría de Mundaka, donde debía de existir un puesto escandinavo.

De cada lugar de partida se deduce un trayecto distinto a Pamplona. Si los invasores salieron de Oiasso pudieron haber avanzado por la calzada romana que atraviesa el valle del Baztán.

¿Desde Mundaka?

Pero si salieron de Mundaka podrían haberse dirigido a la Llanada alavesa y atravesar la comarca de la Sakana. Erkoreka especula con tal posibilidad y se plantea si pudieron dar la vuelta por esa ruta, con el rey García Íñiguez o sus hijos ya en su poder, a fin de discutir el rescate.

El secuestro coincidió con un cambio de alianzas del reino de Pamplona, que se alejó de la dinastía Beni Qasi de Tudela (gobernantes musulmanes descendientes del conde visigodo Casio) y se acercó al reino de Asturias. García Íñiguez debió de pagar rápido a los secuestradores, porque ese monarca, hijo de Íñigo Arista, reaparece el mismo año en la batalla de Clavijo, en Albelda (verano de 859), y lo hace combatiendo al lado del rey asturiano Ordoño I contra el emir Musa ben Musa, caudillo de los Beni Qasi y gobernante de los musulmanes del valle del Ebro.

Los vikingos se marcharon de Pamplona dejando a cristianos y musulmanes enfrentados en la península, y pusieron fin a su larga aventura con un cuantioso botín y más fama entre los suyos. Björn y Hasting arrasaron la región francesa del Loira y combatieron en Inglaterra. El primero murió posiblemente cerca de la población sueca de Uppsala o en un naufragio en Frisia (Holanda). La pista del segundo se pierde a finales del siglo IX en tierras inglesas. De los hermanos de Björn también se saben algunas cosas. Ivarr 'Deshuesado' pudo ser inhumado en un túmulo en Repton, en Inglaterra. A Hvitserk parece que lo quemaron vivo en tierras de Novgorod (Rusia) y de Sigurd 'Serpiente en el Ojo' se dice que creó la dinastía de los reyes de Dinamarca.

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