Detalle de 'La soledad del sereno', una ilustración de Francisco Sancha para 'Blanco y Negro' (1904).
Noticias fósiles
El Apache, muerto de un tiro cuando peleaba con un sereno en Barakaldo
Hace un siglo. ·
La prensa local informaba también de hombres acosadores que acababan con la nariz «desfigurada», cubanitos embriagados, boyeros con poca paciencia, inquilinos de armas tomar y huelgas solidarias en la Babcock-Wilcox
Ha llegado el momento de retroceder un siglo. Bienvenidos a las noticias de abril de 1925, que nos muestran un Bilbao y una Bizkaia a ... veces sorprendentes en su diferencia y otras, extrañamente parecidos a los nuestros: como cada mes, copiaremos una selección procedente de 'El Pueblo Vasco' y 'El Noticiero Bilbaíno' y centrada en los sucesos, los avisos oficiales y la publicidad de índole más local. No son todas las noticias de la misma fecha, sino que se fueron publicando a lo largo del mes correspondiente, y están tal cual, incluidos los títulos en negrita, con mínimas adaptaciones en la ortografía y la puntuación.
Un hombre cae muerto de un tiro en lucha con un sereno en Baracaldo. Sobre la una de la madrugada de ayer se desarrolló un sangriento suceso en un establecimiento de la calle de San Vicente. El sereno Román Pampliega penetró en el establecimiento de referencia porque en la parte posterior se habían oído ruidos extraños. Hallándose, con el dueño, registrando una trastienda, observaron que un hombre abría una ventana y saltaba a la calle, ayudado por otro que estaba ya fuera y que debió saltar antes. Ambos se dieron a la fuga. El sereno salió corriendo tras ellos y les dio alcance, pero estos, al verse alcanzados, hicieron frente al guardia y este enarboló el bastón. Uno de aquellos sujetos se abalanzó sobre el guardia y trató de arrebatarle el bastón, mientras el otro quiso quitarle el revólver, sacándoselo de la funda. El sereno luchó con los dos. La refriega continuaba y de pronto sonó un disparo, cayendo el hombre que le quiso quitar el revólver, con un balazo en el ojo derecho, falleciendo a los pocos instantes. El otro sujeto, entonces, sacó una navaja y trató de agredir al sereno, sin conseguirlo, porque este se defendió a bastonazos (...). Resultó ser el muerto Ramón Fuertes, de 30 años, natural de Burgos y habitante en el barrio de San Vicente. Según los antecedentes del muerto, era conocido con el apodo de El Apache y tenía mala conducta, lo que justificaba el apodo. El detenido dijo llamarse Gustavo de la Cruz, de 28 años, casado y vecino del barrio de San Vicente (...).
Libertades censurables y nariz hinchada. Al pasar por la calle del Correo una agraciada joven, se le acercó un sujeto y se permitió libertades censurables que ponen de relieve bajos instintos. Un joven llamado don Paulino Blanco salió en defensa de la muchacha al oír sus protestas y las de sus amigas y castigó la osadía del libertino con unos cuantos golpes, por cierto dados muy a tiempo. Cuando el castigado fue a abalanzarse sobre el joven, este aún le tenía reservados varios 'mojicones' que le pusieron la nariz algo desfigurada. Como es consiguiente, hubo escándalo y acudieron los guardias, quienes trataron de llevar al lesionado a la casa de socorro, pero no lo consiguieron, porque se negó a ir. No por ello dejó de ser puesto a disposición del juzgado.
¡Cuidado, Robles! A la una y media de la madrugada penetró un sujeto llamado Luis Robles, en plan de juerga, en una casa de la calle de la Fuente y la tomó con la joven Ángeles Álvarez; pero esta, que no debe ser propicia a mofas de gentes poco cultas, se volvió contra Robles y le dio en la frente con una llave, causándole una herida.
Anuncio del alquitrán Goudron-Guyot, publicado en abril de 1925.
Un cubanito embriagado. Un joven habanero promovió fuerte escándalo en la calle de San Francisco, en deplorable estado de embriaguez, dando gritos subversivos. Los serenos le llevaron, no sin trabajo, a la comisaría, a disposición del juez militar. El detenido se llama Emilio Delgado.
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Una mujer atracada en Barrencalle Barrena. Sobre las ocho de anoche, cuando subía por las escaleras de la casa número 6 de Barrencalle Barrena para dirigirse a su hospedaje, una viajera procedente de Ontaneda, llamada María López Gómez, viuda, de 40 años de edad, se vio de pronto sujetada por dos individuos que la golpearon hasta obligarle a soltar la cartera-bolso que llevaba y con la que echaron a correr escaleras abajo, desapareciendo por la calle en distintas direcciones. La pobre mujer, repuesta del susto, bajó al portal y advirtió al maletero, que entonces llegaba a la puerta con su maleta, cuanto le había ocurrido, y este fue en busca del municipal, al que refirió la señora lo que le acababa de ocurrir. No pudo dar las señas de dichos sujetos. Solo sabe que, al parecer, llevaban las caras tapadas con bufandas. Añadió que en el bolso robado llevaba tres billetes franceses de 50 francos cada uno, otro español de 25 pesetas y cinco monedas de cinco pesetas cada una, más otros efectos. La citada señora se disponía hoy por la mañana a marchar a Francia por el tren de Achuri.
Los hay bárbaros. Un lamentable suceso se desarrolló ayer, al mediodía, en la campa de Recaldeberri, en el que fueron protagonistas la travesura de unos muchachos, el carácter impulsivo de un boyero y la fatalidad. El boyero descargaba un carro en dicha campa; unos muchachos se acercaron a molestarle y aún parece se burlaron de él; el hombre le lanzó a uno de ellos el 'acullu', con tal violencia que el pincho se le clavó en la frente al pobre muchacho, por lo que cayó al suelo, ensangrentado y sin conocimiento. El mismo agresor fue el primero que acudió en auxilio del herido, llegando a poco el municipal, que les condujo al muchacho al hospital y al agresor a la comisaría. El muchacho herido, que se llama Juan Bautista Pérez, de 13 años de edad, natural de Sestao y vecino de Recaldeberri, 13, tenía profunda herida en la región temporal derecha, con fractura y hundimiento del hueso e intensa conmoción. Su estado se calificó de muy grave y se le administraron los auxilios espirituales. El agresor ingresó en un calabozo. Se llama Antonio Fica Zubieta, de 42 años de edad, es casado, natural de Sopuerta y también vecino de Recaldeberri.
Publicidad del lápiz Mongol.
Una huelga en la Babcock-Wilcox. Unos 200 obreros del taller de maquinaria de la fábrica Babcock-Wilcox se declararon ayer en huelga. Según informes particulares, un obrero de esa sección fue al servicio militar y, al regresar, cumplido, solicitó volver a ocupar su puesto. La gerencia le contestó que ya estaba ocupado y el cesante lo hizo saber a sus antiguos compañeros, los cuales acordaron abandonar el trabajo.
No pudiendo Vicente / a una dura chuleta hincar el diente, / pidió Licor del Polo y, tras un rato, / hincó el diente a la carne y... rompió el plato. / ¡No existe cosa dura / si nos cuidamos bien la dentadura!
El impuesto a los solteros. Las solteronas feas y las hermosas, / las olvidadas de ir al altar, / seréis muy pronto tiernas esposas. / Tuertas con canas tendréis galán. / Las cuarentonas debéis de hacer, / y os seguirán mil pretendientes, / comprarle a Arturo Navarro Allué / un buen reloj y unos pendientes. Bidebarrieta, 13 (esquina a Lotería).
Ruegos. Nos ruegan hagamos constar. El industrial don Miguel Rentería, que nada tiene que ver con otro Miguel Rentería que fue detenido por robar chatarra. Luis Alonso, que la riña que con su hermano Ángel tuvo en una taberna de la calle de la Laguna no fue por causa del vino, sino por «causas de familia». Y don Diego Castillo, que él no es el denunciado por una vecina de la calle de Somera como autor de una sustracción de ropas. Quedan complacidos todos los citados señores.
Un banquete que acaba mal. El dueño de un establecimiento de Arrancudiaga, llamado Santiago Aranzábal, vino el domingo a Bilbao en busca de un sujeto que, en su establecimiento de dicho pueblo, penetró con otros amigos, a los que convidó, dándose un buen banquete. El anfitrión y sus convidados hicieron un gasto de sesenta y tantas pesetas y fueron desapareciendo de uno en uno. Cuando el dueño se enteró, ya era tarde, pero, sabedor de que el que convidó se vino a Bilbao, vino también en su busca y le encontró en la plaza del Mercado, ordenando su detención a un gubernativo.
La señora maestra de Murueta (Orozco) no encuentra casa donde vivir. Son muchos casos análogos a este, aunque, afortunadamente, no en esta provincia, pues acaso sea el primero. Detallemos. De la casa en que actualmente reside se halla desahuciada, cumpliendo el plazo para dejar libre la casa el día 12 del corriente, sin que haya ninguna otra en la localidad en condiciones de ser habitada, pues la única libre que existe tiene los techos tan bajos que se pega con la cabeza en ellos, carece de luz y de ventilación y es sumamente insana. Claro está que el Ayuntamiento no está obligado más que a pagar el importe del alquiler a la señora maestra y ella se las entienda, pero, queriendo hacer un bien que beneficiaría a una y a otro, podía el Ayuntamiento arreglar una casa que tiene de su propiedad (según informes) y que reúne mejores condiciones (firmado: el corresponsal).
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«El asunto se arreglará como a mí me conviene». Don Ángel Duro Alonso de Celada, vecino de Sestao, se presentó ayer en la Comisaría de Vigilancia manifestando que se había personado en el piso segundo de una casa de la calle de Astarloa para arreglar con el inquilino un asunto de intereses y que, una vez en la citada habitación, dicho inquilino le invitó a penetrar en un gabinete. Al hallarse los dos solos, el inquilino le apuntó con una pistola y le dijo: «El asunto este se arreglará como a mí me conviene; de lo contrario, usted va a salir perdiendo». El señor Duro Alonso de Celada hizo constar asimismo que, para arreglar el asunto, también le invitó el acusado a que cogiera otra pistola y se las entendiera con él.
Sobre las cinco de la tarde del domingo, varios niños se hallaban jugando en el punto llamado La Teja, en Zorroza, con una vagoneta destinada a las obras de la Cooperativa de Casas Baratas para obreros. Una niña, llamada Gabriela Arriola, de nueve años de edad, hija de Ángel, habitante en Castrejana, cayó debajo de la vagoneta, al mismo tiempo que esta se venció sobre el cráneo de la niña (...). El cadáver fue trasladado al depósito municipal de Vista Alegre.
Un rasgo. Un muchacho de 16 años, llamado Germán Martínez Heras, halló anteanoche en la calle de Buenos Aires una faltriquera conteniendo cerca de 2.800 pesetas, un décimo de la Lotería y algunos efectos, de los que hizo entrega ayer en las oficinas de la guardia municipal. Requerido don Eusebio Martínez, padre del muchacho, para que se hiciera cargo del tanto por ciento que la ley señala sobre las cantidades halladas en la vía pública, manifestó que jamás hubiera aceptado esto (pareciéndole muy natural y muy conforme a la educación recibida de sus padres la acción del joven Germán) a no hallarse en una situación económica que en conciencia le constreñía a admitir el porcentaje legal (...). El señor Ortiz de la Riva, conmovido ante esta honrada actitud, gratificó al muchacho y felicitó efusivamente a don Eusebio. Ordenó también se levantase acta de lo ocurrido, que firmaron dicho señor y la propietaria de la cantidad y del décimo perdidos (que lo era doña Gertrudis de la Mar, estanquera de la calle de Buenos Aires), con el fin de que, si correspondiera al décimo algún premio en el sorteo de hoy, se reserve el cinco por ciento de su importe al hallador. Lo que correspondió a este por la cantidad en metálico encontrada fueron 238,50 pesetas. También nosotros queremos felicitar desde estas columnas a Germán Martínez por su rasgo de honradez y a sus padres por los bellos sentimientos, hoy tan en desuso, que supieron inculcarle y fomentar en él.
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