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Ha llegado el momento de retroceder un siglo. Bienvenidos a las noticias de enero de 1925, que nos muestran un Bilbao y una Bizkaia a veces sorprendentes en su diferencia y otras, extrañamente parecidos a los nuestros: como de costumbre, copiaremos una selección procedente de 'El Noticiero Bilbaíno' y 'El Pueblo Vasco' y centrada en los sucesos, los avisos oficiales y la publicidad más local. No son todas las noticias de la misma fecha, sino que se fueron publicando a lo largo del periodo correspondiente, y están tal cual, con mínimas adaptaciones en la ortografía y la puntuación. Aquel arranque de año fue inusualmente pródigo en tragedias: a las recogidas aquí hay que añadirles otro crimen registrado la noche de Reyes en Sestao.
Un ingeniero asesinado en la Luchana-Mining. Poco después de las 12 del día de ayer, el ingeniero de la Compañía Luchana-Mining don Alejandro Walter Abbey, de 33 años de edad, casado, natural de Leningrado (Rusia), súbdito británico y avecindado con su esposa y sus hijos en el barrio de Luchana (Baracaldo), se dirigió a una de las minas Juliana, propiedad de dicha empresa y situadas encima del Regato, entre las jurisdicciones de Baracaldo y San Salvador del Valle. El citado ingeniero conversó con los listeros de esas minas, dándoles algunas órdenes. A uno de ellos debió de amonestarle por alguna pequeña falta y dicho listero le debió responder en tono poco en armonía con el respeto que se debe a un superior. Como el incidente ocurrió en pasaje lejano al en que estaban los otros listeros, nada se puede concretar de las frases que tanto el ingeniero como el listero pronunciaron. Desde lejos algunos obreros que los veían accionar parece que oyeron decir al listero: «¡Eso, a mí, con tantos años de servicio aquí, no se me hace!». Y acto seguido sonó un disparo, viéndose caer al ingeniero llevándose las manos a la cabeza. El agresor, sin abandonar la pistola, huyó, internándose por una galería de una de las minas Julianas en jurisdicción del Valle. Los que oyeron el disparo y vieron huir al listero se acercaron al ingeniero y, al verlo muerto, dieron aviso a la Guardia Civil de Arnabal, saliendo dos parejas, al mando del comandante del puesto, para el lugar del suceso (...). Una de las parejas vio al listero con su pistola correr por un desmonte, cerca de la galería en donde en un principio se ocultó, y le echó el alto. El listero, con la pistola en la mano, permaneció parado unos instantes, viendo cómo se acercaban los guardias civiles, y, cuando estos lo intimaron para que arrojara el arma, el listero, dando señales de gran serenidad, se apuntó a la sien, sonó un disparo y cayó al suelo, yendo el cuerpo rondando hasta el fondo del desmonte. Allí fue reconocido por los guardias civiles y se vio que era cadáver (...). Se llamaba Gregorio Pinedo Fernández, de cincuenta y ocho años de edad, viudo; era natural de Lugo y vivía con sus hijos en La Arboleda.
Roban un billete de cien pesetas y se dejan uno de mil. Don Juan Belacurtu tiene un local en Recalde-Park destinado a carpintería. Ayer, al tratar de abrir la puerta, la encontró abierta. Registró el escritorio y se halló con que le habían robado un billete de cien pesetas y dos duros en plata. Indudablemente, el ladrón fue más corto de vista que de manos, porque no vio un 'pápiro' de a mil pesetas que se hallaba en el mismo cajón.
El manicomio de Zaldívar. El señor Uríen manifestó ayer a los periodistas que habían llegado al manicomio de Zaldívar 18 enfermas vizcaínas, procedentes de un manicomio de Valladolid.
Un drama pasional. En el piso cuarto izquierda de la casa número 26 de la calle de las Cortes habita Ana Díaz, la cual, desde hace unos cuantos meses, arrendó un cuarto de su habitación a una joven conocida por Dora y que se llamaba Etelvina de Gracia Grande, natural de Salamanca, soltera y de 21 años de edad. Dicha joven, por su belleza y carácter desenvuelto, llamaba mucho la atención y era bastante conocida en los centros alegres de los barrios altos. En la casa en que vivía, solo entraba su amante, el joven viajante Rafael Grijalba, soltero, de 26 años, natural de Ábalos (Logroño) y habitante, con su familia, en la casa número 7 de la calle de Marzana. Este joven estaba en relaciones con Dora desde hace más de seis meses y contrastaba en carácter con la joven, pues, si ella era dicharachera y desenvuelta, él, en cambio, era serio y en extremo formal. De estos caracteres surgió el monstruo de los celos, que se apoderó del corazón del amante, al extremo de no dejar en paz a la Dora, siempre recriminándola, al atribuirle veleidades e infidelidades (...). Ayer, sobre las cinco y pico de la tarde, Rafael se presentó en casa de Dora. Esta, como es natural, le recibió en su cuarto y, al cabo de una media hora, surgió la nueva disputa entre los amantes. Lo que ocurrió entre ellos nadie lo puede precisar, solo se sabe que, después de una 'gresca' en la que se oyeron las voces de los amantes, sonaron dos disparos de arma corta de fuego y que después el silencio más absoluto reinó en la habitación (...). Un médico de la Casa de Socorro certificó la muerte de Dora y la gravedad de Rafael (...). A las nueve de la noche, dejó de existir el desgraciado Grijalba.
Una monjita muerta y otra herida. No parece sino que la fatalidad se ha cebado en Bilbao desde que ha comenzado el año nuevo (...). Ayer, a las 11 y media de la mañana, una racha de viento huracanado derribó en un solar de la calle de Uhagón un muro de ladrillo, que servía de cierre a un solar propiedad de doña Cristina Ibarrola y en el cual se está construyendo un pabellón. Al caer el muro, ocurrió una doble desgracia. Dos monjitas que, huyendo de la violencia del viento, se refugiaron en aquel sitio a esperar que pasara la racha, fueron alcanzadas por los ladrillos del muro, que al caer causaron gran estrépito. Las dos monjitas cayeron al suelo, quedando la una conmocionada y muerta la otra. Dos obreros de los que trabajaban en el pabellón en construcción de dicho solar, llamados Hilario López y Ernesto Andrés Vallejo, se apresuraron a prestar auxilio a las religiosas. La que estaba herida, al recobrar el conocimiento y darse cuenta de que su compañera estaba inmóvil, les rogó que, por si fuera un desmayo, la trasladaran al convento, que es el de las RR. MM. Josefinas, al servicio de los enfermos y establecidas en la calle de Gordóniz, número 6 (...). La monja fallecida era sor Juliana Aldea, de 40 años y natural de Revilla (Soria).
Las banderas de Begoña y Deusto. Los pendones de los extinguidos ayuntamientos de Begoña y Deusto están depositados en la Alcaldía, así como las varas de mando de sus alcaldes. Estas reliquias, al igual que las de Abando, serán conservadas en una vitrina que se mandará construir ex profeso.
Una desgracia e importante incendio. En la chabola señalada con el número 14 de la calle del Tívoli y cuando se hallaba manipulando en un camión el joven José Charterina, dueño del almacén de carbón instalado en la citada chabola, tuvo la desgracia de que se le inflamara un bidón de gasolina, prendiéndole las llamas en la ropa. El pobre muchacho, alocado, echó a correr en dirección a la calle de Castaños, seguido de algunas personas que no lograron darle alcance. Así recorrió unos cien metros, presa de un pánico espantoso, hasta que, advertidas otras personas de la desgracia del joven, le cerraron el paso, echándose encima de él. Uno de los testigos, rápidamente, se hizo con un balde de agua y apagó las llamas (...). Entre tanto, la chabola se incendiaba, tomando a causa del viento gran incremento el fuego, que se propagó a la casa lindante, donde tiene establecidas su farmacia y droguería el señor Balmaseda. Gracias a la oportunísima llegada de los bomberos, que tardaron unos minutos en presentarse, y a la rapidez con que procedieron, quedó aislado el fuego y, a los dos o tres minutos, dominado (...). El infeliz Charterina fue curado en la Casa de Socorro de quemaduras graves.
¡Cuidado, que es gasolina! El joven de 18 años Pedro Utrera, domiciliado en el Campo Volantín, fue anoche asistido en la casa de socorro, de intoxicación importante. Dijo que, por beber una copa de aguardiente, bebió equivocadamente una copa de gasolina y la gasolina hizo su efecto.
Crimen frustrado. En Plencia se desarrolló anteanoche un suceso que pudo acabar trágicamente. Bernarda Gorostabal, de 35 años, que hace dos años está separada de su marido, José Ibarra, por incompatibilidad de caracteres, salió al encuentro de su esposo cuando este se retiraba a su domicilio en el caserío Maneses del término municipal de Sopelana. Bernarda enfrentó a su marido armada de un revólver, pero José se abalanzó rápidamente sobre ella y, con la cooperación de su amigo Tomás Basabe, pudo desarmarla y evitar el crimen.
Una desgracia en San Francisco. Al sinnúmero de desgracias que en este año llevamos apuntadas hemos de añadir otra. La víctima fue la vecina de la calle de García Salazar, 12, primero, Eustaquia Montoya Sánchez, natural de Allo (Navarra), de 55 años de edad. Dicha señora quiso atravesar la calle de San Francisco, frente a la casa número 48, y en un abrir y cerrar de ojos se vio arrollada por un camión que le pasó por encima, dejándola en situación verdaderamente deplorable. El auto fue el BI-1469, guiado por el chófer Salustiano Ortiz, de 39 años (...). El chófer Salustiano Ortiz dijo en la prevención, en donde ingresó a la disposición del juez de guardia, que él iba despacio con el camión y que dicha mujer fue atropellada porque se inclinó hacia el suelo para recoger algunas manzanas que se le cayeron de una cesta. «Yo -añadió el chófer- me aturdí y, en lugar de dirigirme a un lado, fui para el otro, atropellándola contra mi voluntad. En cuatro años que llevo el camión jamás me ha ocurrido nada, hasta hoy».
Escándalos en Begoña. Entre dos hermanas hubo ayer un escándalo en la calle de Electra, metiéndose el marido de una de ellas a separarlas. Más le hubiera valido no meterse, porque el pobre hombre resultó con un mordisco en la cara.
El dolor de una madre. Sobre las ocho de la mañana del domingo se personó en la casa de socorro del Centro la mujer Vicenta López Remolino, de 29 años, natural de Santander y sin domicilio en Bilbao. Llevaba en brazos a un hijito suyo de mes y medio y pidió que lo reconociese el médico, pues en la noche anterior, en el portal de una casa de Marzana, en donde se refugió con la criatura por carecer de albergue y de recursos, notó que su niño se quejaba, creyéndole enfermo. El médico reconoció al niño, pero lo halló cadáver.
Fúnebre hallazgo. Ayer, a las ocho de la mañana, y en una estrada existente en el punto llamado Puente-seco de Begoña, junto a los depósitos de agua, fue hallado por unos transeúntes el cadáver de una criatura recién nacida. Estaba envuelto en unos trapos y unos periódicos.
Estrellas que se 'estrellan' con un contrato. Al visitar anoche la Comisaría de Vigilancia, vimos a dos muchachas jóvenes y agraciadas formulando una denuncia. Dichas jóvenes son las estrellas de varietés Riojanita e Ideal Pastora y presentaban un contrato que firmaron en Barcelona con el representante de un club de Bilbao en dicha capital, para venir a actuar por determinado número de representaciones. Al venir a Bilbao (llegaron el sábado último) acudieron a la empresa del club y esta les dijo que no tenían ninguna relación con semejante representante y que, si bien esperaban a dos artistas de Barcelona, no eran ellas las solicitadas.
El traslado de una leprosa. Uno de estos días será trasladada al lazareto de Fontilles la infortunada joven bilbaína de 22 años, criada en el Brasil, que desde hace una temporada estaba aislada en Basurto por no encontrarla acomodo adecuado. Para acompañarla en su viaje, para el que se han adoptado toda suerte de precauciones, ha sido designado un practicante del hospital de Basurto.
Atropellados por un vagón. Ocurrió ayer una doble desgracia en la mina Bilbao, en jurisdicción de Ortuella. Según informes, dos trabajadores que llegaron a Ortuella en busca de trabajo se trasladaron a la mina Bilbao y trataron de cruzar por un plano inclinado, para ir a hablar al jefe de la explotación. De pronto, y cuando se metieron en un terreno peligroso, la fatalidad hizo que bajara un vagón cargado de mineral, que los atropelló. Un obrero los vio y avisó a otros compañeros, que acudieron en auxilio de los desgraciados. En dos camillas los trasladaron al botiquín de la mina, pero, visto que sus lesiones eran importantes, fueron traídos a Bilbao, ingresando en el hospital. Son Antonio Hernández, de 30 años, natural de Zaragoza, y Zacarías Fernández, de 31 años, de Soria.
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