Probamos el Google Pixel 10 Pro XL: el único móvil que te enseña a hacer buenas fotos
El teléfono de la compañía estadounidense incluye una larga lista de útiles funciones de Inteligencia Artificial
Inteligencia Artificial a tope. Es la estrategia que mantiene Google en sus teléfonos para diferenciarse de una Apple que apenas ha logrado reaccionar a esta nueva revolución tecnológica. Su nueva gama de smartphones presentada a finales de agosto es un paso más a la hora de demostrar que el mejor dispositivo de IA es un teléfono. Y el Google Pixel 10 Pro XL es el mejor ejemplo de ello. Un terminal con muchas luces, pero también con una gran sombra que termina desluciendo un conjunto que podría ser perfecto. Pero no adelantemos acontecimientos. Vamos a enumerar punto por punto las características de este tope de gama especialmente creado para plantar cara a los iPhones y al resto de buques insignia de otras marcas.
Publicidad
Diseño: ¿el móvil más bonito del mercado?
Aquí Google no se ha complicado la vida. No hay forma de diferenciar este Pixel 10 Pro XL de su predecesor. ¿Es esto malo? No necesariamente, porque posiblemente sea el móvil más bonito del mercado tras el polémico diseño de los nuevos iPhone 17 Pro. Tal y como dijimos aquí el pasado año, Google había decidido dotar a sus teléfonos de la pasada generación de unas formas curvadas muy similares a los de la manzana mordida. Eso sí, manteniendo su icónica disposición de sus cámaras en línea horizontal ahora insertada en una elegante isla flotante bautizada como Camera Bar. Curiosamente, lo mismo que han hecho los de Cupertino en sus topes de gama, aunque con una aceptación mucho más tibia entre los aficionados a la tecnología. En todo caso, se trata de un móvil con una personalidad muy marcada, original y reconocible.
Por lo demás, volvemos a tener bordes de aluminio pulido y la capa Corning Gorilla Glass Victus 2 para proteger su sedoso cristal trasero. Una gozada tocarlo sin funda, aunque no sea lo más recomendable para evitar posibles accidentes. En cualquier caso, estos materiales son indispensables para que el teléfono tenga una apariencia premium, como no podía ser de otra forma teniendo en cuenta su precio. Y, como su antecesor, es tremendamente manejable pese a sus grandes dimensiones: 162.8 milímetros de altura, 76.6 de ancho y 8,5 de grosor. Las mismas cifras que el año pasado. Eso sí, es un poco más pesado con sus 232 gramos por los 221 del Pixel 9 Pro XL. En la práctica, nada preocupante. Y no nos olvidemos de que también cuenta con certificación IP68 contra el polvo y el agua, la protección estándar en la gama alta.
Pantalla: muy buena, pero podía ser mejor
Si en diseño no hay apenas diferencias respecto a su antecesor, en lo que se refiere a su pantalla tenemos un calco. Excelente, pero un calco. Contamos con un panel Super Actua OLED de 6,8 pulgadas con resolución de 1.344 x 2.992 píxeles con una densidad de 486 puntos por pulgada y compatibilidad con HDR10+. Uno de los mejores paneles en su categoría gracias al contraste de las imágenes y la naturalidad de los colores con sus 24 bit de profundidad. Es como tener un pequeño televisor para ver contenidos multimedia que deslumbra por su gran nitidez. Incluso en exteriores, gracias su brillo máximo de 3.300 nits, un poquito más alto que el del año pasado, y 2.200 en HDR. Ninguna queja en este aspecto.
Lo mismo podemos decir de su tasa de refresco adaptativa LTPO de 1-120 Hz, lo que genera la fluidez necesaria a la hora de hacer 'scroll' cuando, por ejemplo, navegamos por Internet. Eso sí, Google debe empezar a pensar ya en incorporar una capa anti-reflejos a la pantalla de su tope de gama. La de Samsung, presente en su Galaxy S25 Ultra, es fabulosa e incluso Apple ya la ha incluido en sus iPhone 17 Pro por primera vez. Y es que, cuando se prueba, ya no hay vuelta atrás, sobre todo cuando manejamos el móvil a plena luz del día. Volviendo a este Pixel, sólo recordar que su panel OLED alberga un lector de huellas ultrasónico que se comporta a las mil maravillas: rápido y preciso.
Publicidad
Procesador: práctico pero insuficiente
Y llegamos al gran punto débil de este teléfono, y que lleva arrastrándose desde prácticamente los inicios de los Pixel: la potencia del procesador. Es el pecadillo que siempre hemos perdonado en los teléfonos de la gran G, que siempre se han caracterizado por su excelente relación calidad-precio. El problema es que ahora este smartphone cuesta parecido a cualquier tope de gama de la competencia. Y, claro, no es de recibo que ni se acerque en rapidez y nervio a los chips insertados en el resto de buques insignia. La desilusión es mayor teniendo en cuenta que este año la fabricación del Tensor G5 recaía por primera vez en TSMC en sustitución de Samsung que no supo dar con la tecla durante los últimos años en términos de eficiencia energética y ejecución de procesos. Ahí sí que hemos notado una mejora, como veremos más adelante, al hablar de la batería, o el hecho de que apenas se caliente. Ya quisieran otros teléfonos de gama alta decir lo mismo.
Realmente, el rendimiento del Tensor G5, de tres nanómetros y ocho núcleos, es muy similar a su antecesor, tal y como reflejan los famosos benchmarks que miden la potencia de estos componentes, y, por tanto, alejados del tope de gama de Qualcomm, Mediatek y los Apple A. Es cierto que no es el más veloz del mercado, pero, gracias a la excelente optimización de un sistema operativo sin pesadas capas extra, eso no se nota en el día a día. Todo lo contrario. El móvil va como tiene que ir. Sin ralentizaciones ni bloqueos, tanto a la hora de ejecutar las diferentes aplicaciones como en los videojuegos. Eso sí, en este último aspecto, recordar que hay que optar por configuraciones gráficas un poco más modestas. También hay que armarse de un poco más de paciencia cuando se realizan procesos más complejos como edición de vídeo.
Publicidad
La holgada memoria base de 16 GB también ayuda a que todo se sienta fluido, incluso cuando el móvil acomete las exigentes tareas de Inteligencia Artificial. Hablando de memoria, a destacar que el Pixel 10 Pro XL parte de 256 GB de disco duro con el moderno protocolo UFS 4.0, lo que se traduce en mayor velocidad a la hora de abrir 'apps' o copiar archivos, por ejemplo. Y tampoco pasemos por alto el coprocesador Titan M2 y el Tensor security core, diseñados para que el móvil está a salvo de ciberataques a través de una capa extra de seguridad. En los tiempos que corren, siempre se agradece este interés de Google en proteger los datos privados de sus usuarios.
Batería: carga mágnética como los iPhones
Ya hemos visto que este año la fabricación del procesador por parte de TSMC traía como ventaja añadida una mayor eficiencia energética. Eso se nota en una mayor duración de su batería de 5.200 mAh, una cifra superior a los 5.060 mAh de su antecesor pero que comienza a a quedarse corta respecto a las capacidades de otros teléfonos. En todo caso, ahora es posible aguantar casi dos días sin necesidad de cargarlo con un uso normal del móvil, 30% si aumentamos la intensidad. Hablamos de unas ocho horas de pantalla, una cifra más que buena en un terminal con una pantalla tan grande como esta.
Publicidad
Y menos mal, porque la verdad es que la carga rápida de 45W se queda corta. Y eso que es mejor que los 37W del modelo anterior. Eso sí, nada que ver con los 70 o 100 presentes en otros celulares, sobre todo en los 'made in China'. En todo caso, podemos pasar del 0 al 100% en una hora y media. Ni tan mal. Como siempre, recordar que en la caja del móvil no viene incluido ningún cargador. Una batalla que está ya perdida desde hace años.
Por lo menos, este año el Pixel incorpora una carga magnética que recuerda, y mucho, a la de los iPhones con su famosa MagSafe. La Pixelsnap, compatible con el estándar Qi 2, cuenta con una velocidad de carga de hasta 15W. Nada fuera de lo común. Eso sí, gracias a sus potentes imanes hacen posible que podamos acoplar al móvil todo tipo de periféricos: desde baterías externas a carteras pasando por soportes para coche. Como curiosidad, esta tecnología ha provocado un pequeño cambio de diseño. La 'G' de Google de la parte trasera ahora es más grande que en generaciones anteriores para que los usuarios sepan con exactitud el punto exacto en el que deben alinear sus periféricos.
Publicidad
Software: nuevo 'look' plagado de IA
A continuación, el verdadero punto fuerte de los Pixels. Android puro, sin capas añadidas y actualizado a la última versión disponible. En este caso, Android 16 con el atractivo rediseño Material 3 Expressive tanto en los menús como en las fuentes utilizadas, así como en las animaciones. Mención aparte merece el menú de acciones rápidas que se ha actualizado con un toque muy moderno y útil aumentando el tamaño de los botones que, por si fuera poco, se puede personalizar. Un ejemplo de funcionalidad y buen gusto. Y no nos olvidemos de otro factor importantísimo. Google nos garantiza siete años de actualizaciones de su sistema operativo, una cifra muy difícil de ver en otros fabricantes de móviles Android.
Y al timón del teléfono, Google ha puesto a Gemini, su asistente de IA, con el que podemos interactuar en todo momento invocándolo a viva voz. Una jugada maestra, teniendo en cuenta que es algo que Apple aún no ha podido lograr con su Siri. Pero aún hay más. Contamos con funciones tan útiles como Voice Translate que, como su nombre indica, permite traducir en vivo llamadas telefónicas. Y todo ello manteniendo los tonos de voz de ambos interlocutores. Auténtico vudú tecnológico. Y disponible también en los auriculares de la marca, al contrario de lo que sucede con los Airpods de la manzana mordida.
Noticia Patrocinada
Muy útil también la aplicación de Diario, que se asemeja a la instalada en los dispositivos de Apple. Es una especie de cajón de sastre donde dejar almacenados nuestros pensamientos diarios y elementos de interés como fotos o datos médicos, ya que es capaz de conectarse con otros servicios de Google. Una pena que no esté disponible en otros teléfonos Android por su enorme utilidad. Y no nos olvidemos también del potente filtro de SPAM que evita que el teléfono suene con este tipo de llamadas comerciales e incluso fraudulentas, evitándonos auténticos disgustos. Bien por Google, demostrando una vez más que la excelencia está en los detalles.
Fotografía: buen conjunto de cámaras con tutorial integrado
Pixel se ha convertido desde hace muchos años en sinónimo de fotografía computacional, una tecnología que estaba al alcance de muy pocas marcas en aquel entonces. Y esta edición sigue fiel a esta trayectoria pese a que el conjunto de cámaras, todas ellas con autoenfoque, es idéntico al modelo del pasado año. Una pequeña decepción. La gran novedad de los Pixel 10 Pro es, curiosamente, un elemento de software. Contar con un asistente que nos ayude a sacar la mejor fotografía posible bautizado con el nombre de Camera Coach. ¿Cómo? Tras ser activado en el menú de la cámara, analiza, gracias a Gemini, las posibilidades artísticas en tiempo real de lo que estamos viendo para darnos todo tipo de sugerencias dependiendo de lo que queramos sacar.
Publicidad
Una vez elegida, se nos guiará paso a paso hasta sacar la instantánea perfecta, normalmente paisajes o retratos. Los consejos suelen referirse al encuadre y la composición, además del tipo de lente, dependiendo de lo que queramos sacar. Una buena ayuda para aquellos que carecen de ojo fotográfico. Lo único criticable de esta función es que no ve lo que estamos haciendo, como sucede con Gemini Live, para corregirnos si nos equivocamos a la hora de seguir sus indicaciones. Seguramente, el ahorro energético tiene algo que ver con la decisión de dar instrucciones en diferido. Una pena.
Por lo demás, contamos con una vieja conocida como lente principal: un gran angular de 50 megapíxeles Octa PD y un tamaño de sensor de 1/1.3 pulgadas. Como sucedía en los Pixel 9 Pro, los resultados son excepcionales, sobre todo disparando a 12mpx. Imágenes nítidas con colores vivos sin llegar a caer en la saturación y un HDR, ahora HDR+, fantástico, sobre a la hora de equilibrar los claro-oscuros sin olvidarnos de un gran balance de blancos. Todo ello para hacer esas fotos tan bien contrastadas marca de la casa. En otras palabras, y si a todo ello unimos ahora el asistente, es casi imposible hacer una mala foto como se puede comprobar a continuación.
Publicidad
1 /
Su apertura focal de 1,68 hace posible realizar muy buenas fotos con gran detalle sacando luz de donde no hay. Quizás, en ocasiones, las luces de farolas y demás elementos urbanos pueden jugarnos malas pasadas con destellos indesados, aunque no es algo preocupante. Eso sí, llama la atención que en estos tiempos de procesado por Inteligencia Artificial siga existiendo este problema. En todo caso, el móvil permite que la oscuridad no suponga ningún problema a la hora de salvaguardar un recuerdo tanto en tomas lejanas como en retratos de personas que, como novedad, pueden ser de 50 mpx, lo que mejora aún más tanto la definición como el bokeh. De nuevo, un balance de blancos excepcional hace posible este pequeño milagro aparte de contar en esta lente con un estabilizador óptico (OIS).
1 /
Hablando de milagros, lo que ha hecho Google con su zoom de 5x, con un tamaño de sensor de 1/2.55 pulgadas, es alucinante. Sobre todo en tamaño y luminosidad, teniendo en cuenta que es el mismo que en el modelo anterior y que, reconozcamoslo, está lejos de otros que montan otros fabricantes en sus buques insignia. Hablamos de un telefoto de 48 mpx con apertura focal de 2.8 y OIS integrado. La diferencia respecto a años anteriores es que ahora contamos con un teleobjetivo híbrido de 100x. Una auténtica barbaridad.
Publicidad
1 /
Eso sí, la cosa tiene truco. Las imágenes resultantes tienen una carga de IA brutal para que sean nítidas. Eso provoca que, en determinados casos, la Inteligencia Artificial se invente elementos donde no las hay para garantizar una buena definición. Eso se ve sobre todo cuando hay letras de por medio. Si no somos sumamente quisquillosos con este tema, es una gozada tener la posibilidad de retratar objetos y animales a gran distancia con, en muchas ocasiones, un resultón desenfoque de fondo. Los resultados son espectaculares pese a pecar en las cifras más elevadas de cierta artificiosidad. Si Google hubiera optado aquí por una óptica más potente, se habría coronado sin problemas como el rey del zoom, sobre todo en las fotos nocturnas donde el ruido en las imágenes es inevitable.
Respecto al gran angular, ninguna novedad. Sus 48 mpx y su apertura focal de 1,7 permiten hacer buenas fotos en casi todas las condiciones, incluso de noche. Algo que no pueden decir la mayoría de las marcas que todavía consideran a este sensor como la hermana pobre de su conjunto fotográfico. Las imágenes resultantes se caracterizan por su gran nitidez, colores naturales y la ausencia de distorsión en los bordes. Una cámara, con un holgado campo de visión de 123 grados, ideal para paisajes.
1 /
Además, y como ya sucedía en otros modelos anteriores, esta lente sirve también para poder hacer fotografías de muy cerca. El famoso modo macro que nos puede dejar instantáneas espectaculares y que se comporta a las mil maravillas también en cualquier condición lumínica como se puede ver a continuación en esta foto a un pastelito de bocado.
Y no podía faltar en este análisis una referencia a su cámara frontal de 42 mpx, con apertura focal de 2,2 y autoenfoque. De nuevo, el procesado de Google provoca que nos encontremos con uno de los mejores selfies del panorama tecnológico. Tanto en modo normal como en retrato, los resultados son espectaculares. Colores de piel realistas y gran nitidez tanto del sujeto principal como de todo lo que le rodea. Además, su campo de visión de 103 grados hace posible que puedan entrar bastantes personas en la misma foto. Asimismo, los resultados son muy buenos también en plena noche o en interiores sin apenas luz. No se puede pedir más, ya que es un sensor que suele ser minusvalorado por otros fabricantes pese a ser una de las cámaras más utilizadas por las jóvenes generaciones.
Publicidad
1 /
¿Y qué tal graba vídeo este Pixel 10 Pro XL? Al igual que sus antecesores, muy bien. Nos encontramos con una resolución máxima de 8K a 24/30 FPS. Una barbaridad, aunque lo aconsejable es grabar a 4K y 30 FPS porque es donde se pueden obtener mejores resultados. Y es que este teléfono se caracteriza por una estabilidad que parece sacada de una cámara de cine. Sobre todo si activamos el Video Boost, el post-procesado con Inteligencia Artificial en la nube que provoca que podamos tener secuencias casi cinematográficas con un dispositivo que llevamos en el bolsillo. Eso sí, como el año pasado, es un proceso que puede tardar incluso horas dependiendo de la cantidad de minutos que queramos procesar, pero es que merece la pena el tiempo empleado ante la gran calidad de los resultados. En definitiva, un gran rival para Apple, Samsung o Vivo, sólo por poner solo tres ejemplos de fabricantes cuyos productos destacan en este aspecto.
Conclusiones: un gran tope de gama de corazón débil
Tras probar semanas el buque insignia de Google es casi imposible no recomendar la compra de este teléfono pese a ser prácticamente igual a su predecesor. Espectacular diseño, un conjunto de cámaras excepcional, útiles funciones de Inteligencia Artificial y gran pantalla a falta de una capa antirreflejos, entre otras virtudes. No se puede pedir más. El gran problema que tiene es su precio: desde 1.299 euros con 256 GB de disco duro, aunque se puede conseguir un poco más barato en oferta. El caso es que es una cantidad de dinero muy alta para no contar con un procesador potente, como en el resto de buques insignias de la competencia. Es verdad que en el día a día no se nota gracias a la gran fluidez de todo el sistema, salvo en complejas tareas multimedia y determinados videojuegos. Pero también es cierto que no es de recibo meter un chip con ese desempeño. Algo que la gran G debería mejorar en la futura generación. Por lo demás, un gran celular con siete años de actualizaciones aseguradas y Android puro. Sólo por eso, merecería la pena hacerse con él.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión