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Influencers francesas realizan un vídeo para Tik Tok. AFP
La política echa las redes en TikTok

La política echa las redes en TikTok

Caldo de cultivo Los partidos, especialmente Vox, han irrumpido con fuerza en la red social que más ha crecido en los últimos meses y donde son mayoría los usuarios de entre 13 y 24 años, muchos de los cuales todavía no pueden votar

sergio garcía

Sábado, 4 de julio 2020, 23:48

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Se identifica como Micaela, no llegará a los 14 años y varios de sus vídeos han sobrepasado ya las 230.000 visualizaciones en la red social TikTok, una de las aplicaciones más descargadas durante la cuarentena y auténtico fenómeno de masas. Mensajes de apenas 35 segundos donde glosa los argumentos de Vox al tiempo que le agradece sus esfuerzos «porque los 'menas' nos dejen de hacer daño y que se vayan a su sitio». Lo suyo es rendida admiración. Otro ejemplo, el llamado #tagdelcayetano. 25 segundos. «Baja un dedo si eres de derechas, si vas a un colegio privado o concertado, si llevas Converse, si te gustan los toros, si no saldrías con un 'mena', si llevas una pulsera de España...». Ahora mismo es la sensación.

No son casos aislados, al menos a juzgar por las cifras. El partido de Santiago Abascal alcanzaba el pasado abril dieciséis millones de visualizaciones en TikTok, una aplicación originaria de China y centrada desde sus inicios en el volcado y edición de vídeos musicales y 'challenges' (desafíos) de todo tipo. Las redes sociales no pueden hacer publicidad de partidos, pero para los seguidores de esta plataforma -de los que más del 60% tienen entre 13 y 24 años- no resulta mayor problema sortear ese impedimento. Hablamos de usuarios que la mayoría de las veces ni siquiera tienen edad para votar, necesitados al mismo tiempo del sentido de pertenencia a un grupo. Una fórmula capaz de rendir réditos a medio o largo plazo.

No es la primera vez que Vox da el salto a las redes sociales para apuntalar su estrategia de comunicación. Lo intentó primero en Twitter, pero le cerraron la puerta por «incitación al odio», para volvérsela a abrir tiempo después. En su siguiente incursión obró con más cautela. Abrió una cuenta no oficial en TikTok, volcó una batería de vídeos de contenido contestatario y disruptivo y las visualizaciones subieron como la espuma. Desde entonces, no ha parado de crecer.

El partido de Santiago Abascal es el más seguido en TikTok e Instagram, y el segundo en Facebook, mientras que en Twitter son mayoría los seguidores de Podemos (1,5 millones de 'followers'). Visto así uno podría preguntarse si es que hay redes de izquierdas y de derechas. «Lo que hay son estrategias de izquierdas y de derechas -explica Ana Santos, experta en Social Media Marketing-. PSOE y Podemos se han centrado más en Twitter, un público de más edad. A Vox le ha funcionado TikTok y ha dicho 'esto es nuestro'. Y en redes, el que llega primero y triunfa mínimamente, lo hace hasta el final».

De India a Oklahoma

Con publicidad o sin ella, la política ha hundido sus tentáculos en las redes sociales y no parece dispuesto a soltar la presa. Un fenómeno de repercusiones mundiales. La Liga de Salvini o los Fratelli de Meloni, en Italia. Bolsonaro en Brasil, en Francia con Marin Le Pen... todos ellos están sirviéndose de TikTok para desarrollar estrategias electorales con resultados apreciables. Ocurrió en India, con Modi. Y en Estados Unidos, aunque allí, después de un noviazgo envidiable durante el periodo legislativo, se ha vuelto en contra de Trump a raíz del asesinato de George Floyd. Tampoco le fueron mejor las cosas al candidato republicano a la reelección en Tulsa, Oklahoma, donde el primer mitin que celebraba fue reventado por miles de usuarios de TikTok, que reservaron plaza en el estadio donde se iba a celebrar la cita... para acabar no acudiendo. El gesto de Trump ante las gradas vacías era de estupor.

Mitin de Trump en Tulsa, que sufrió el boikot de los 'tiktokers'.
Mitin de Trump en Tulsa, que sufrió el boikot de los 'tiktokers'. AFP

Pero, ¿cómo se pasa del volcado de vídeos musicales a convertirse en un altavoz de naturaleza política, en un medio de propaganda? «Todas las redes sociales maduran y en algún punto de ese trayecto se convierten en herramientas de ciberactivismo», explica Miguel Pellicer, experto en Ciencias de la Comunicación de la Universidad Oberta de Cataluña. Lo mismo que ha pasado con TikTok ocurrió con Twitter, Snapchat, Instagram o Facebook». A su juicio, lo ocurrido es la prueba de que las estrategias y el marketing político se están volcando cada vez más en el ámbito de las redes sociales.

«En este escenario, Vox ha sabido capitalizar muchísimo este debate y hacer un uso intensivo del mismo. Se sienten cómodos en un medio que, además, les permite polinizar su discurso. ¿Qué significa esto? Que incluso cuando estás opinando sobre algo con lo que estás en absoluto desacuerdo, de alguna forma también te estás llevando el mensaje hacia otros territorios. La estrategia no pasa sólo por colgar contenidos en grupos afines a sus ideas -apunta Pellicer-, sino también hacerlo en otros antagónicos y así extender tu mensaje a sitios donde, ateniéndonos a la lógica, no estarían nunca».

Triunfa el discurso políticamente incorrecto, mientras que el otro -más multicultural, inclusivo- genera rechazo entre sectores de la población más polarizados. «Vivimos en un mundo muy de extremos. Los jóvenes siempre han sido inconformistas. Lo que ocurre ahora es que, en determinados círculos, aplaudir estas opciones es mas innovador, más 'cool', y ser de izquierdas se identifica con la caspa. Y este mensaje cala en gente que aún está construyendo su mentalidad, su sistema de valores y que, en consecuencia, está más expuesta a la manipulación».

«Vox ha intentado siempre innovar en las redes sociales y está buscando un nicho de mercado a través de plataformas como TikTok que no estaba hasta ahora muy trabajado, lo que se conoce como 'centennials' o 'Generación Z', que son los que la manejan a la perfección», explica Diana Rubio, consultora en protocolo, imagen y comunicación política. «La gente está harta del modo de hacer política de siempre y busca cosas nuevas. Vox ha irrumpido con mucha fuerza en este contexto a través de personas que saben manejarlo bien, para crear así una red de contactos y propagar su mensaje. Los demás partidos deben ahora analizar cómo llegar a esa gente joven, porque las herramientas convencionales se están quedando obsoletas. La clave está en hacerlo mediante una estrategia bien definida, no limitarse a lanzar impactos sin un hilo conductor, sin otro objeto que agitar a la sociedad».

Las redes sociales son un mundo dominado por los algoritmos, «que analiza intereses, gustos, enfoques y preferencias, sirviéndose de palabras claves para diseñar contenidos personalizados», recuerda la psicóloga educativa Juliana Raffaghelli. «Un perfilado continuo del usuario que me permite luego manipularlo en sus elecciones y sus consumos».

Una cuestión emocional

Así desarrollan lo que los expertos llaman un sesgo cognitivo. «No es sólo una cuestión racional, también es emocional. Como decía Roger Ailes, el fundador de Fox News y asesor de Donald Trump, no tienes que decir a la gente qué debe pensar, sino cómo debe sentirse. Si sientes que las políticas sociales, el movimiento LGTBI o la inmigración amenazan tu escala de valores, buscarás contenidos que reafirmen tu forma de pensar. Un filtro burbuja donde sentirte cómodo».

Que eso pervierta tu sentido crítico parece la consecuencia lógica, aunque para Diana Rubio lo es con matices. «Yo creo que se está transformando nuestro sentido crítico. A la gente joven le interesan cosas distintas que las que podían interesar antes, y en consecuencia se informan de manera diferente».

Ni ella ni Ana Santos creen que en estas próximas elecciones autonómicas pueden ser determinantes plataformas como TikTok. «Yo soy muy escéptica -dice esta última-, el ruido no hace votos. Pero sí es cierto que, en el momento en el que estamos, que todas las estrategias de comunicación pasan por lo digital, los partidos que no lo han hecho deberían tenerlo en cuenta. Y deberían sobre todo segmentar muy bien qué es lo que hacen, qué dicen y cómo lo dicen».

La cuestión ahora es si los partidos que abren cuentas, comunican en todas de la misma forma y pensando siempre en el mismo público. Dicho de otra forma, no es lo mismo 'tuitear' que 'instagramear'». Tampoco 'tiktokear'. «Son contenidos ágiles, divertidos, creativos. Todo en apenas 30 segundos. Cada cosa se cuenta de manera distinta en cada red y eso Vox lo ha entendido muy bien». El resto no deberían dormirse en los laureles.

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