'Visions of Mana' culmina una espera de 15 años
Crítica ·
Llega el 29 de agosto a PS5, PS4, Xbox Series y PCMarc Fernández
Martes, 27 de agosto 2024, 10:02
Square Enix está realizando un gran esfuerzo para que sus emblemáticas franquicias de rol japonés no caigan en el olvido: las remasterizaciones y nuevas entregas son su mayor baza. Mantenerse en la mente de los jugadores les resulta más sencillo a grandes nombres como Final Fantasy, pero para perpetuar a sus hermanos menores, como Tactics Ogre o Star Ocean, quizás haga falta un esfuerzo extra.
Hace no mucho tuvimos un intenso revival con 'Seiken Densetsu' ('Mana'), la saga que hoy nos ocupa, mediante unos 'ports' más que decentes de la trilogía original y unos coloridos remakes que dejaron entrever por dónde iban a ir los tiros en el futuro. En estos días nos llega además 'Visions of Mana', la entrega más vistosa de la franquicia.
Hasta ahora los Mana habían cimentado su narrativa en los presupuestos tradicionales del género, sin ir más allá de los elementos fantasiosos medievales. Al tiempo, agilizaron el contexto de la aventura introduciendo instantes de acción muy primitivos (en detrimento del sistema por turnos dominante). Si los dos primeros ('Seiken Densetsu: Final Fantasy Gaiden' y 'Secret of Mana') conformaron sistemas más bien experimentales, la tercera entrega ('Trials of Mana') terminó por consolidar las bases jugables de la franquicia.
Al adaptarse al paso del tiempo, ésta terminó además por abandonar la estética 'pixel art' de vista isométrica para ofrecer coloridos entornos en 3D. Si por algo ha destacado la saga durante las dos últimas décadas es por alejarse de las convenciones 'dark fantasy' con las que Trials tonteaba y convertirse en la viva imagen de la luz.
Visions recoge todo este legado y ofrece un más y mejor en toda regla: un sistema mucho más ágil y rápido bajo uno de los mundos abiertos más asequibles que he tenido el placer de jugar en esta generación plagada de 'soulslikes' y complejos sandbox. Abraza sin pretensión ni ambición al público tradicional de este tipo de juegos. Aunque argumentalmente plantee algún que otro giro de tuerca, no termina de superar el arquetípico esquema del viaje del héroe en un encorsetado mundo dicotómico, que se bambolea bidireccionalmente entre la luz y la oscuridad.
Y es que por mucho que se esfuerce en su hermoso lavado de cara, Visions of Mana es el enésimo refrito de un pastel de clichés orientales que recoge lo más caduco del género. El JRPG ha tocado ya muchos palos como para permitirse hacer esta clase de 'regressus' de forma tan banal, aunque es cierto que hasta ahora, al menos, le ha ido moderadamente bien en ventas.
Visions of Maná tiene altibajos en su historia y mecánicas ágiles que se agradecen en un principio, pero que terminan oxidándose por la repetitividad de su uso. Sí, le honra introducir variedad de elementos pioneros en la franquicia (lo que otros juegos han hecho antes y mejor), pero la curva de dificultad en sus picos más elevados no está muy bien ajustada que digamos. Lo ofrecido se presenta como un 'deja vu' constante que hará al jugador menos advenedizo preguntarse si merece la pena continuar o no a los mandos.
Aún con todo, no estamos hablando de un título desechable en absoluto. Si acaso no ofrece algo fresco o potentes herramientas, tampoco hace nada mal ni tiene fallos destacables más allá de la simpleza de sus premisas. La ejecución de sus ideas es correcta en todos los apartados, por lo que contentará a quienes sepan bien a lo que se enfrentan.