'Horizon Forbidden West: Burning Shores' marca un nuevo techo visual
Crítica ·
La expansión ha sido desarrollada exclusivamente para PlayStation 5Javier Prieto
Viernes, 5 de mayo 2023, 10:28
Si nos preguntasen qué buscamos en un DLC, normalmente diríamos que más de lo mismo pero mejor. Más historia, más variedad de armas y situaciones, más personajes y enemigos... A grandes rasgos esto es lo que nos ofrece 'Burning Shores', la primera expansión de 'Horizon Forbidden West'.
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Prácticamente un año después de la segunda entrega protagonizada por Aloy, podemos decir que Guerrilla Games no ha perdido el tiempo. El contenido adicional de este DLC es de calidad, al nivel del mismísimo juego original (candidato a GOTY aunque tristemente eclipsado por dos colosos como 'Elden Ring' y 'God of War Ragnarök'). Burning Shores no es más que una buena ampliación de lo que ya experimentamos con Horizon Forbidden West, sin alejarse un ápice de su esencia pero aportando mayor variedad en los combates (gracias a nuevas armas), en el sistema de exploración y en la resolución de puzles (a través de mecánicas inéditas con las que desenvolvernos por el entorno).
Si bien las inclusiones son positivas y están bien ejecutadas, no debemos esperar nada revolucionario ni que cambie el sentir de la secuela, como también ocurre con la narrativa. Tratando de no destriparos nada, podemos decir que el DLC nos sitúa justo al final de Forbidden West, con Aloy descubriendo que tiene un asunto pendiente relativo a los Zenith. Por ello tendrá que poner rumbo a una nueva localización, Orillas ardientes, situada en la antigua Los Angeles.
En su viaje, la valiente pelirroja se reencontrará con los Quen, la religiosa civilización que conocimos en el juego original, y se topará con un nuevo personaje: Seyka, quien acompañará a la protagonista durante casi toda la aventura. Esto creará un vínculo bastante singular entre ambas y demostrará que Aloy es algo más que una guerrera solitaria. Por primera vez vemos cómo Aloy no huye de la compañía, ya que se siente comprendida e incluso identificada con la situación de Seyka, quien además comparte con ella rasgos como la curiosidad, el ímpetu y la voluntad de salirse con la suya sea como sea.
Pero si estáis pensando que esta nueva compañía puede ser algo intrusiva, no os preocupéis demasiado, ya que no tiene demasiado peso ni en los momentos de acción ni en los de sigilo o plataformas. Más bien aporta carga narrativa y mejores líneas de diálogo a los habituales momentos de investigación y exploración, aunque puedo entender que algunos jugadores prefieran la tranquilidad y la independencia total de Aloy en el juego original. La historia es muy dinámica y menos pausada que en Forbidden West, lo que he agradecido encarecidamente. Los sucesos se dan con mayor fluidez y naturalidad y el jugador acaba adentrándose fácilmente tanto en la trama como en las nuevas mecánicas.
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Por otro lado, en el aspecto jugable, hablamos de un 'más y mejor' de manual. Los añadidos funcionan y las nuevas especies de animales robóticos obligan al jugador a aprender cómo plantarles cara. Lo más reseñable en este punto es un diseño notable: las criaturas presentan unas animaciones bien trabajadas y un aspecto imponente, otorgándosenos combates espectaculares a nivel visual y muy divertidos (sobre todo contra las especies más grandes y desafiantes).
Y si estamos destacando de manera indirecta el aspecto visual es por algo: Burning Shores es, seguramente, el máximo exponente de músculo gráfico que hemos visto en una consola. Esto es así porque, a diferencia de Forbidden West (que se lanzó para PS4 y PS5), el DLC sólo es apto para la máquina de última generación de Sony. Guerrilla Games ha podido trabajar sin las limitaciones creativas de los juegos multigeneracionales. Y se nota.
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En cuanto voléis a lomos del alasol y contempléis los majestuosos escenarios que nos depara Orillas Ardientes os quedaréis perplejos. La inmensidad del escenario y una distancia de dibujado sorprendente, sumados al gran trabajo artístico en cuanto a vegetación, zonas volcánicas o máquinas configuran un espectáculo que nos deja imágenes para el recuerdo.
En conclusión, si disfrutaste Horizon Forbidden West hace varios meses y quieres más, este DLC está hecho para ti. No supone una revolución, ni debes esperar ningún cambio drástico con respecto a lo que experimentaste con el juego original. Ni siquiera la historia es indispensable para poder cerrar el arco de la segunda entrega. Con todo, es un añadido de calidad que depara unas 7 horas de juego sólo con sus misiones principales. Además, establece un nuevo techo visual en el segmento del entretenimiento doméstico.
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