'Atelier Ryza 3: Alchemist of the End & the Secret Key': puro rol japonés

Ya tenemos ante nosotros el último trabajo de Koei Tecmo y Gust: 'Atelier Ryza 3: Alchemist of the End & the Secret Key', nomenclatura que no traduciré porque el juego llega con voces en japonés y textos en inglés (algo a tener en cuenta si no dominamos la lengua de Shakespeare).

Como buen JRPG que se precie, Atelier Ryza 3 destaca por ofrecer una copiosa narrativa. De hecho, siendo la tercera entrega de la saga, muchos podrían preguntarse si se puede disfrutar el juego sin conocer las entregas anteriores. Afortunadamente así es: el título alberga un resumen en vídeo de los dos capítulos anteriores.

Sin extendernos demasiado, la historia está protagonizada por la alquimista Reisalin Stout (Ryza) quien , junto a sus amigos, se dispone a investigar el grupo de misteriosas islas que han aparecido de repente en su ciudad natal. Cuando su investigación los lleva a una enorme puerta en las profundidades de unas extrañas ruinas, Ryza escucha una inquietante voz en su cabeza que quiere llevarla al 'Código del Universo'. ¿Quién le habla y qué hay más allá de la puerta? Es lo que el jugador deberá desvelar en el transcurso de la historia.

En el aspecto puramente jugable, el desarrollo está sustentado por dos pilares. En primer lugar, la recolección de materiales y el uso de la alquimia para combinarlos y sintetizar nuevos objetos; y en segundo lugar, los combates en tiempo real con hasta cinco miembros, contándose siempre tres de ellos en el frente y dos en la retaguardia.

El proceso de recolección de materiales resulta satisfactorio: podemos utilizar distintas herramientas para ello y el tipo de materiales que se pueden conseguir varía según el momento del día y la zona en que te encuentres. No obstante, a la hora de utilizar la alquimia, la cantidad de posibilidades que ofrece chocan con la opción de combinar los materiales automáticamente. A mi modo de ver, esta concesión a los nuevos jugadores termina por arruinar en gran medida la mecánica.

Por otro lado, el juego se desarrolla en un amplio mundo abierto donde los enemigos campan a sus anchas. Para luchar tendremos que toparnos con ellos. De hecho, salvo los encuentros contra jefes importantes, podremos evitarlos o buscarlos según nos apetezca. En cuanto a los combates, son bastante dinámicos y versátiles; tanto que pueden resultar caóticos en muchas ocasiones. Deberás estar atento al tiempo que requiere tu personaje para volver a atacar, así como al de tus enemigos para poder bloquear sus ataques. A medida que vayas realizando ataques básicos recibirás puntos que te permitirán usar habilidades o distintas combinaciones. Además, podrás cambiar de personajes en plena batalla e incluso echar mano de tus objetos previamente sintetizados. Las opciones son innumerables, pero como comentaba anteriormente, pueden hacerte prestar atención a demasiados indicadores y que sientas que estás infrautilizando las posibilidades que te ofrece el juego.

Si atendemos al apartado técnico, veremos a simple vista que la obra no pretende sacar músculo y que está diseñada en torno a la generación precedente (PS4 y Nintendo Switch). No obstante, cumple su cometido con creces. Artística y visualmente luce a gran nivel, empleando el cell-shading para recrear un mundo de fantasía como si de un manga o un anime se tratase. El modelado de los personajes es bastante notable y gana enteros cuando se acerca la cámara. En contrapartida, el aspecto más negativo es esa especie de neblina o filtro que parece desenfocar el entorno que rodea al personaje y que no permite disfrutarlo del todo pese a lo colorido y variado que se presenta.

En el aspecto sonoro, y como no podía ser de otra manera en un JRPG de este tipo, el juego brilla y muestra su mejor cara. La banda sonora es bastante potente, con temas variados y pegadizos para las distintas zonas del juego, y unos efectos sonoros simples pero efectivos para los combates o los momentos de recolección e interacción por el mundo.

En definitiva, Atelier Ryza 3 es un juego especialmente pensado para los más puristas de los JRPG clásicos y el público nipón, aunque introduce algunas mecánicas para amenizar la entrada a nuevos jugadores que, a mi modo de ver, no acaban de ser del todo coherentes.

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