Citadel: Forged With Fire o la magia del RPG masivo

El título, desarrollado por Blue Isle Studios, ya vio la luz en early access en Steam a finales de 2017, pero aterriza ahora en su versión final también para PlayStation 4 y Xbox One con grandes mejoras y nuevos contenidos.

Citadel: Forged With Fire nos sitúa en el fantástico y sobrecogedor mundo de Ignus, en el que inicialmente, tras crear y editar a nuestro personaje, nos adentraremos desde una de las tres cuevas principales equipados tan solo con una túnica en mal estado. A partir de aquí el objetivo será forjar nuestro propio destino, valiéndonos únicamente de nuestras habilidades y de las riquezas del entorno.

Aunque desde un primer momento somos libres de recorrer Ignus como queramos, el juego nos recibe con unas primeras misiones de búsqueda que nos permitirán familiarizarnos con algunas mecánicas e instrumentos básicos de supervivencia, como armas, equipamiento, recetas y estructuras. Sin embargo, las opciones y posibilidades de Citadel Forged With Fire son incontables y nos harán falta decenas de horas de juego para descubrir y controlar cada una de ellas.

Al igual que en otros títulos del mismo estilo, como 'Ark Survival Evolved' o 'Fallout 76', la jugabilidad de Citadel gira en torno al progreso del personaje, combinando algunos elementos de los géneros MMO, Survival, Sandbox y RPG clásico. Si bien es cierto que las mecánicas de Citadel Forged With Fire no difieren de lo visto en dichos títulos similares, hemos de reconocer que Blue Isle Studios lleva el uso de la magia y los hechizos a un nuevo nivel, haciendo de este aspecto su característica diferenciadora y más divertida. El sistema de magias es amplísimo y deberemos utilizarlo para realizar casi cualquier actividad (desde mejorar un arma hasta atacar en combate), ya sea utilizando esencias o por medio de hechizos arcanos, de extracto, domesticación...

Cada vez que subimos de nivel recibimos algunos puntos de personaje y conocimiento. Los primeros se pueden usar para ampliar las barras de salud y maná o aumentar valores como el daño producido o el espacio de nuestro inventario; mientras que los segundos nos permiten aprender cómo crear recetas, hechizos y estructuras y a mejorar nuestras armas y equipo. En este sentido, desbloquear los primeros niveles y potenciar algunos aspectos básicos de nuestro protagonista es relativamente sencillo, pero poco a poco la aventura se irá complicando y nos costará verdadero trabajo alcanzar los niveles superiores y conseguir desbloquear todas las opciones disponibles.

En Citadel Forged With Fire recolectar, construir y elaborar hechizos son los tres conceptos clave para sobrevivir y prosperar. Como suele ocurrir, localizar y recoger recursos es una tarea monótona, repetitiva y agotadora en ocasiones, pero esta vez se ve recompensada por sus beneficios en un esquema de desarrollo de personaje y un sistema de construcción increíblemente simples pero robustos. Este último, además, es altamente adictivo. Con tan solo coger, arrastrar y soltar podremos emprender casi cualquier construcción que imaginemos. El sistema de edificación del juego cuenta con infinidad de estructuras y decoraciones diferentes y, sin duda, pasaremos horas haciendo realidad complejos proyectos arquitectónicos que dotaremos de pozas de maná y piedras de regeneración, protegiéndolos de los peligros que acechan en el exterior con escudos defensivos y torres de ataque.

La caza y el combate son igualmente importantes para la supervivencia en Ignus. En los enfrentamientos, además de los ataques mágicos directos o en área, contamos con diferentes tipos de armas (hachas, espadas, bastones, guanteletes...) con los que hacer frente a temibles criaturas como dragones infernales, golems gigantes, horribles abominaciones o guerreros esqueleto.

Pero las posibilidades de Citadel Forged With Fire no se reducen tan solo a cosechar, construir y combatir. A las tareas y acciones ya mencionadas se suman otras cotidianas como cultivar o cocinar y algunas más complejas como la elaboración de hechizos o el 'crafteo' de objetos mágicos como la escoba voladora, con la que otear el gigantesco mapeado desde las alturas.

Por si fuera poco, el título plantea una larga lista de dinámicas adicionales que enriquecen aún más su jugabilidad. Por ejemplo, podremos domesticar a las fieras salvajes que pueblan las tierras de Ignus por medio del hechizo 'Aplacamiento'. Estos feroces acompañantes, que bien pueden ser rudos orcos, lobos gigantes o un ardiente dragón, ganarán experiencia y crecerán a medida que viajamos y acumulamos victorias en batalla y nos ayudarán con sus habilidades tanto en el combate como fuera de él.

Al abrir el mapa se muestran al jugador una serie de iconos que representan localizaciones tales como campamentos, ruinas, monolitos y otros lugares de interés que explorar o conquistar y en los que adquirir nuevos recursos y tesoros. Además, existen diversas misiones diarias que, al ser completadas, nos otorgarán consumibles pero que, a decir verdad, en la mayoría de las ocasiones no compensan el esfuerzo o el tiempo empleado en realizarlas.

La aventura puede encararse en solitario o con amigos gracias a los servidores PvP o PvE oficiales, públicos y privados y al VoIP implementado en el juego. Así que es decisión del propio jugador buscar suerte de manera individual o alinearse con otros jugadores y fundar una 'Casa' para trabajar en equipo, retar a otros grupos y luchar por dominar el mundo.

En cuanto al apartado técnico, teniendo en cuenta todo lo que quiere abarcar, Citadel: Forged With Fire cumple de forma más que correcta. En las concurridas áreas forestales, los espacios abiertos de las llanuras intermedias, las zonas congeladas y, en general, en la vasta extensión de Ignus, los ambientes son exuberantes y hermosos y cuentan con una iluminación y sombras bien recreadas. Asimismo, los cambios climáticos, los efectos visuales y sonoros y el audio ambiental durante todo el recorrido colaboran en hacer más agradable la experiencia. En definitiva, los escenarios se sienten vivos, lúgubres o solitarios cuando deben serlo y hacen que perderse por los misteriosos parajes que nos presenta Citadel merezca la pena.

Desafortunadamente, Blue Isle Studios no ha conseguido evitar que esta versión final padezca varios errores técnicos a veces insalvables. La vista de la cámara puede alternarse entre la primera y la tercera persona, pero esta característica no hace sino potenciar las demasiado frecuentes caídas de frames. Además de lo anterior, la artificialidad en los movimientos de los personajes, el poco trabajo en los NPC y la carente narrativa lastran el resultado final.