Jesús Basoco y Manu Puelles trabajando en los últimos preparativos de los dos platos. Sobre estas líneas, las alubias con patata y cardo, y el pollo con verduras. Blanca Castillo

XXIX Concurso de Sociedades Gastronómicas de Álava

Cazuela de barro y copa de vino tinto

La sociedad de Leza prepara platos de toda la vida y los presenta al «estilo txoko» para servir con cucharón

Ania Ibañez

Martes, 9 de diciembre 2025, 00:05

Una vez más la sociedad Artesilla, ubicada en Leza, se ha llenado de alegría y de gente. Ya lo hizo durante la Fiesta de la Vendimia, acogiendo a los vecinos de pueblos y ciudades cercanas y ofreciéndoles un sitio donde degustar el buen vino de Rioja Alavesa y donde comer bien. En cierta manera, podría decirse que el Concurso de Sociedades Gastronómicas de EL CORREO ha sido una pequeña repetición de ese momento, porque los de Artesilla volvieron a abrir sus puertas para ofrecer una buena copa de vino Zintzo y sendos platos de puchero.

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Y es que en esta sociedad el vino está muy presente. Y cómo no va a estarlo con la ubicación privilegiada que tiene. En plena Rioja Alavesa, Leza es uno de los pueblos de la provincia con los viñedos más antiguos. Y no sólo el vino servido en la cena era de 'kilómetro cero', los ingredientes utilizados para elaborar el plato también lo fueron. «Mucha gente tiene huerta en el pueblo, así que nos regalan productos para cocinar», expresó Manu Puelles, que repite con el delantal por segundo año consecutivo, mientras trajinaba con el «potaje» de alubia pinta alavesa.

En su casa es el encargado de guisar, porque «si no cocino, no como lo que me gusta». Y lo que le gusta son las cosas sencillas: los garbanzos, las lentejas... Y por supuesto, las alubias. Es por eso que tenía claro el plato que quería hacer con la legumbre de Garlan como protagonista. «Las he puesto en remojo con agua mineral el tiempo correspondiente», apuntó el cocinero. Después las había cocido con verduras. «Media cebolla, dos pimientos choriceros -para luego extraer la pulpa- y medio puerro». Al final de la cocción «le he añadido unas patatitas de Udapa», puntualizó Puelles. El toque final: «añadir la morcilla que previamente he cocido y luego un poco de cardo».

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Blanca Castillo

Este toque especial, que les viene por sus lazos con Navarra, fue un acierto con el jurado, al que se sirvió las alubias en cazuela de barro al «estilo txoko». Aitor Basterra apuntó que era «la primera vez» que probaba la alubia con cardo y que «estaban muy ricas». El único pero que le puso al plato fue el «punto de espesor», explicando que a él le gustan «más caldosas». Aún así, recalcó que estaban «realmente ricas de sabor y con el punto de sal muy bien».

Lo tradicional lo es por algo, porque funciona, y lo mismo ocurrió con el pollo de mano de Jesús Basoco. El lumagorri se presentó en cazuela de barro también, donde había estado en el horno durante una hora para tostarse y «caramelizarse un poco». Después Basoco le había añadido «la salsa habitual», es decir, un acompañamiento con cebolla, zanahoria, puerro y tomate.

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Ambas elaboraciones se sirvieron de propia mano de los jueces, con cazo, como se ha hecho toda la vida, y se les pusieron platos calientes para mantener la temperatura ideal. «Ha sido un detalle lo de los platos calientes», apuntó el jurado invitado Marcelino Fadón, de Zaldiaran, «a nosotros no se nos ocurrió, pero queda apuntado para el año que viene». «Al calentarlo en el horno igual la salsa se ha churruscado un poquito, pero de cocción estaba perfecto y se lo han currado mucho», apuntó Fadón sobre la elaboración. «La carne se soltaba muy bien, no se puede pedir más», añadió el cocinero sobre los de Artesilla. En resumen, Fadón concluyó que el plato le había «encantado».

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