«Volveré a mi país, pero aún no es el momento»
Marcia Velásquez| Honduras ·
Su luna de miel por Europa arrancó en San Sebastián y no hubo más. Marcia y su marido rompieron los billetes de vueltaestrella vallejo
Sábado, 22 de febrero 2020, 02:24
Allá por el año 2006, Marcia Velásquez y su marido organizaron una luna de miel por varios países europeos. Acababan de casarse y tenían muchas ... ganas de conocer el viejo continente. La hermana de esta hondureña residía en San Sebastián, y aquello fue lo que les hizo marcar esta ciudad como punto de partida, pero lo que no se esperaban era que la capital guipuzcoana les «encantara» de tal forma que, en un arrebato de espontaneidad, rompieron los billetes de vuelta y optaron por iniciar una nueva vida con lo puesto en Euskadi.
Esta mujer que está a punto de cumplir los 38 años es natural de Yoro, una ciudad ubicada en el centro-norte de Honduras y «muy conocida por un fenómeno natural único, la lluvia de peces», cuenta orgullosa. En esta localidad se quedaron todos los recuerdos y la mayoría de los familiares de Marcia, que se tomaron «muy bien» su no-regreso, a diferencia de la familia de su marido, que estuvieron nueve años sin hablarle.
Los inicios, reconoce, «no fueron fáciles», pese a tener a su hermana y varios conocidos en la capital guipuzcoana. Quizás no tanto desde el punto de vista de la adaptación a una nueva cultura porque «me había graduado en Estados Unidos recientemente con honores», sino porque «no tenía papeles y se me cerraban todas las puertas».
Su primer contrato laboral fue en casa de una mujer, «donde tuve una experiencia súper mala. Me ponía a limpiar la misma mesa con cinco bayetas distintas o a estar tres horas limpiando el suelo de una sola habitación». Pero al poco tiempo, se quedó embarazada de su primera hija, Lourdes, que ahora tiene 12 años.
Con el tiempo, fue combinando empleos temporales en distintos sectores con la llegada de otros dos nuevos miembros a su familia, Ian y Valentina, que ahora tienen 8 y 4 años, respectivamente. Pero hace un año y medio, su vida dio otro giro. «Mi marido optó por regresar a Honduras con la intención de que volviéramos todos. Sé que volveré, pero no era el momento y menos para mis hijos, que se han acostumbrado a vivir aquí. Así que se fue él solo», apunta.
El respaldo de su familia y sus amistades le han ayudado a seguir adelante, y el año pasado decidió poner en marcha en Gros un centro especializado en la eliminación de piojos. «Mi hija tiene el pelo rizado y al ver lo que sucedía en su clase pensé que sería buena idea».
Esto lo considera otra forma más de seguir integrándose en una sociedad que, por lo general, «parece seria pero tiene un corazón brillante».
«Mi abuela, de 100 años, es como mi segunda madre. Estar lejos de ella es lo que peor llevo»
«Muy integrada»
Dice sentirse «muy integrada» y enumera la lista de asociaciones en las que participa y ayuda: «Formo parte de Cruz Roja y de la Misión Diocesana de Inmigrantes, ayudándoles en formaciones y actividades de ocio para que se integren los recién llegados, y en las actividades que hacen en el colegio de mis hijos también intento siempre ayudar en lo que pueda». El euskera, en cambio, sigue siendo una cuenta pendiente que no cree que pueda tachar de su lista de tareas por realizar. «No he llegado a ir a un euskaltegi, pero sí he hecho cursos sueltos. Sé decir 'kaixo', 'agur', 'bai'..., pero de ahí no paso».
Hace 14 años que se fue de Honduras y tardó casi un lustro en volver de visita. Ahora regresa en más ocasiones pero cada vez que pisa su tierra le cuesta más coger el vuelo de vuelta a Euskadi. «Mi abuela tiene ya 100 años y es como mi segunda madre. Estar lejos de ella es lo que peor llevo».
Los datos
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Marcia Velásquez es de Yoro, una localidad del centro-norte de Honduras. En breve va a cumplir 38 años y lleva 14 viviendo en Donostia.
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Casada actualmente con un hondureño, que acaba de regresar a su país. Ella se ha quedado en la capital guipuzcoana con sus tres hijos, Lourdes de 12 años; Ian, de 8; y Valentina, de 4.
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Peluquera. Hace un año decidió abrir un negocio muy original en Gros, una peluquería especializada en tratamientos para la eliminación de piojos.
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