«Muchas veces no nos damos cuenta del valor de las personas mayores»
Expertos se reúnen en el foro Gehiago Biziz, organizado por EL CORREO y BBK, para reflexionar sobre el envejecimiento activo
La sociedad vasca es una de las más envejecidas de Europa. La esperanza de vida no deja de aumentar (roza los 84 años de media) y la natalidad no para de caer. Es un cambio de paradigma y los esquemas tradicionales ya no sirven. Una persona que se jubile a los 65 tiene por delante entre 15 y 25 años de vida que, en función de las circunstancias de cada uno, se pueden emplear de forma activa. «El gran reto que tenemos como sociedad es darle contenido a este nuevo tiempo que hasta ahora no existía y crear una nueva sociedad de mayores», expuso ayer Aitor Urrutia, doctor en Ciencia Política en la Universidad de Deusto.
El experto participó en una nueva edición del evento Gehiago Biziz, un foro organizado por EL CORREO y BBK para debatir y reflexionar en torno al envejecimiento activo. Bajo el título 'Intergeneracionalidad', charló junto con Feliciano Villar, doctor en Psicología y coordinador del Grupo de Investigación en Gerontología (GIG) de la Universitat de Barcelona y Mariano Sánchez Martínez, director de la Cátedra Macrosad de Estudios Intergeneracionales de la Universidad de Granada (UGR).
Durante el coloquio, los expertos abordaron distintos aspectos, con una idea común: cómo llenar con sentido todas esas horas libres que sobrevienen una vez finalizada la vida laboral, ya que, como señaló Villar, «muchas veces quizás no nos damos cuenta del valor de las personas mayores». Y aquí el papel que juegan las relaciones con personas de otras edades es fundamental.
«Ensanchar» la vida
«Las buenas relaciones son una gran fuente de ensanchamiento de la vida y ayuda a dotarla de sentido», expuso Sánchez Martínez, que ha puesto en marcha un centro intergeneracional en Granada. Esos encuentros con gente de otras edades, en los que todos aprenderían unos de otros, son, también, una forma de «empoderar» a los mayores de 65 años y de ayudar a dejar a un lado las «etiquetas» y desterrar el tópico del edadismo.
Este escenario, no obstante, también interpela a la clase política, que tiene como reto «la innovación social», recordó Urrutia, más allá de la 'silver economy', un sistema destinado a utilizar el poder adquisitivo de las personas mayores y envejecidas y satisfacer sus necesidades de consumo, vida y salud. «Echo de menos espacios para que esos encuentros entre generaciones sean más fáciles y habituales», señaló, antes de interpelar al público -el auditorio se llenó hasta la bandera- para pedir un compromiso militante. «Debemos cambiar los estereotipos negativos sobre la vejez», lanzó, y «luchar por una mayor participación de las personas mayores».
La ponencia inaugural corrió a cargo del doctor Ángel Durántez, autor del libro 'Joven a los 100 años, todas las claves para vivir más y mejor'. Hubo otras dos mesas redondas en las que participaron destacados expertos de campos variados como la psiquiatría, la nutrición o la medicina del sueño. El psicólogo Javier Yanguas clausuró la jornada.
Los protagonistas
Univ. Barcelona
Feliciano Villar
«Tenemos de media 10 o 15 años más de vida que hace un siglo. ¿Qué hacemos con ese tiempo?»
Univ. Deusto
Aitor Urrutia
«El gran reto es crear una nueva sociedad de mayores»
Univ. Granada
Mariano Sánchez Martínez
«Las buenas relaciones ayudan a dotar la vida de sentido»
«Por primera vez las personas de más 65 años superan a los niños»
«Necesitamos con urgencia un nuevo enfoque intergeneracional». Nora Sarasola, directora de Obra Social de BBK, abrió ayer el ciclo de conferencias con un llamamiento a «repensar» la vejez, toda vez que «por primera vez hay más personas de más de 65 años que niños». Una situación que «obliga a reflexionar sobre las estrategias actuales», sin olvidar que «la solidaridad intergeneracional favorece la cohesión» social.
