Los vascos ven «positiva» la inmigración para la economía y el mercado laboral
Los estereotipos negativos más arraigados sobre las personas de otros países están relacionados con las ayudas sociales
Los vascos ven «positiva» la inmigración para la economía y el mercado laboral. Esta es una de las conclusiones del informe anual que realiza el Observatorio Vasco de la Inmigración (Ikuspegi), que dirige el profesor e investigador de la Facultad de Sociología y Trabajo Social de la UPV/EHU, Gorka Moreno. El estudio ha sido presentado esta mañana por el profesor, quien ha estado acompañado del director de Política Familiar y Diversidad del Gobierno vasco, Ernesto Sainz, y del vicerrector del Campus de Bizkaia, Patxi Juaristi.
El 'Barómetro 2018' pone de manifiesto «la mejoría de las actitudes hacia la inmigración, que ya se apreciaba los últimos años y que se consolidan en este escenario post-crisis», ha señalado el director de Ikuspegi. Es más, el experto sostiene que la coyuntura económica influye en las actitudes hacia las personas de otros países. «De tal forma que una mayor certidumbre ofrece también una mayor confianza general» hasta el punto de que menos de ocho de cada cien vascos ven este fenómeno «como problema para Euskadi», cuando hace solo un año el 12%.
En esta línea, «el discurso funcional o utilitario sobre los inmigrantes dentro del mercado laboral toma fuerza». Tanto es así que la mitad de los vascos considera que la mano de obra extranjera «permite que la economía funcione mejor al ocupar puestos de trabajo que la población autóctona no quiere. La necesitamos en algunos sectores», recalcan los encuestados. Frente a esta percepción positiva, el 38% de los entrevistados culpa a las personas inmigrantes del aumento del paro y el 26,5% opina que los «sueldos bajan» como consecuencia de la llegada de personas que vienen a vivir y trabajar.
Ahora bien, esta mejora en la percepción de los inmigrantes no es absoluta porque los estereotipos negativos sobre la población extranjera persisten, sobre todo, los relacionados con el sistema de ayudas sociales. Casi el 54% de los vascos está convencido de que los inmigrantes «se benefician» del programa y un 52% llega a sostener que «acaparan» la Renta de Garantía de Ingresos, que «viven de la RGI» o que el fraude en el cobro de esta renta se de más en el colectivo de foráneos que en el de autóctonos. Además, se les achaca, el aumento del machismo (43%) o el bajo nivel educativo en las aulas (22%).
El estudio también se para en aspectos como la simpatía que generan los extranjeros en función de su origen. Así, la sociedad vasca muestra un menor grado de aceptación hacia el colectivo magrebí, así como a otras procedencias como la rumana o la pakistaní. «Esto -ha recalcado Moreno- es algo que aparece recurrentemente a lo largo de los años». Además, la población vasca muestra desconfianza hacia el Islam. En todo caso «el grado de simpatía ha mejorado en el último año para todos los colectivos», ha aclarado Moreno. En una escala de cero a diez, los ciudadanos de Marruecos, Argelia y otros países del Magreb no logran ni siquiera un cinco a la hora de decir si caen o no bien. Con los rumanos sucede algo similar, así como con los procedentes de Pakistán, Nepal y Bangladesh.
Vestimenta
Sin duda esta visión está muy relacionada con el grado de tolerancia de las costumbres de las personas de otras culturas y religiones. Por ejemplo, a ocho de cada diez vascos les parece totalmente «inadecuado» que mujeres musulmanas vistan con nicab (manto con abertura en los ojos) o el burka. Tampoco el chador (solo deja el rostro a la vista) también es rechazado por la mitad de la población. Únicamente el hiyab (pañuelo) no suscita tanto problema.
A modo de resumen, el director de Política Familiar y Diversidad ha señalado que «en pocas décadas, hemos pasado de ser una sociedad históricamente pobre y emigrante a otra moderna, rica e inmigrante. Y lo vamos a seguir siendo, al menos a corto y medio plazo, lo que nos tiene que indicar que la inmigración extranjera ha llegado y seguirá llegando a Euskadi para quedarse». Ernesto Sainz ha destacado el hecho de que la visión de los vascos con respecto a las personas refugiadas es «abierta y comprensiva. Un 29,8% cree que hay que acogerlas sin ninguna restricción. Si sumamos este porcentaje al de aquellas personas que responden que hay que ofrecer asilo a aquellas personas que demuestran su condición de perseguidas, estamos hablando de un 70,6% de personas que tienen posiciones ostensiblemente abiertas hacia los refugiados», ha resaltado.