El 30% de los vascos de más de 55 años cree que la sociedad «trata mal» a los mayores
Sienten la losa del «edadismo», una serie de estereotipos y prejuicios contra los que se revelan, según un estudio del Gobierno vasco
«Piense en una situación en la que haya sido tratado injustamente por su edad». Así empezó ayer Vânia de la Fuente-Nuñez, responsable de ... la ONU de Cambio Demográfico y Envejecimiento Saludable, su intervención en la jornada de Buenas Prácticas Europeas en Amabilidad celebrada en Vitoria. Se dirigía a un auditorio volcado en erradicar el «edadismo», que se ha convertido en uno de los retos del siglo XXI y sobre todo con esta crisis sanitaria. «Es un conjunto de estereotipos, prejuicios y actitudes discriminatorias hacia las personas en función de su edad», explicó ayer la consejera de Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, en la presentación de un estudio sobre las condiciones de vida de los vascos de más de 55 que releva que tres de cada diez cree que la sociedad «trata mal a los mayores». Hace diez años, esto solo lo pensaba el 10% del colectivo,
El problema es que son mensajes negativos que hacen mella en ellos y «está demostrado que pueden afectar negativamente a la salud de las personas, pero que también tienen efectos perjudiciales a nivel social y económico», agregó Artolazabal.
Les vemos conservadores, sexualmente inactivos, dependientes, improductivos y frágiles
estereotipos
Más de la mitad de los vascos vemos a los veteranos como conservadores, sexualmente inactivos, dependientes, improductivos, frágiles y enfermizos o pasivos, de acuerdo con la encuesta en la que han participado 2.753 personas. Y eso está muy lejos con la percepción que tienen de sí mismos quienes han cumplido ya más de 55 años y se sienten plenamente activos. De hecho cuando se les pregunta a partir de qué años se puede considerar que alguien es «mayor» la respuesta generalizada es que eso «no depende de la edad». Sólo un 24,5% de los encuestados dice que a partir de los 80 años.
Pero el entorno siguen enviando el mensaje contrario. La pandemia les ha señalado constantemente como frágiles, de riesgo, se les ha aislado en las residencias sin pedirles opinión, se ha ahondado en la brecha digital y tienen que hacer indignas colas en las sucursales bancarias para resolver sus cuestiones financieras. Con estas mimbres, no es de entrañar que las principales preocupaciones de los encuestados sean la vejez y el temor al deterioro físico, a necesitar ayuda y depender de otras personas y perder capacidades cognitivas, sobre todo en las mujeres,
Frente a esto redes como Lagunkoia, a la que pertenecen ya 67 ayuntamientos vascos, apuestan por una nueva manera de mirar a los mayores y que sean ellos quienes participen en el diseño de medidas para prevenir la dependencia y promover la autonomía personal.
La cifra
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2.753 vascos mayores de 55 años han participado en las entrevistas.
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