Ultiman los preparativos del cónclave papal

El cónclave no arrancará hasta el próximo miércoles. Hasta entonces los purpurados siguen manteniendo sus reuniones para conocerse entre ellos y para debatir hacia dónde debe caminar la Iglesia. A partir del día 7 seguirán una misma rutina: el miércoles solo celebrarán una única votación tras abrir el cónclave. Los días posteriores deberán depositar sus papeletas con el nombre de su candidato cuatro veces, dos por la mañana y otras dos por la tarde. Serán unas tarjetas en las que escribirán el nombre a mano. Y quemarán en una estufa las papeletas para anunciar al mundo el resultado: humo negro si no logran alcanzar la mayoría necesaria de dos tercios; blanco si 'Habemus papam'.

Decenas de miles de personas en la plaza San Pedro y millones en el mundo a través de la televisión pondrán sus ojos en el cilindro marrón estrecho que sobresale sobre el tejado de la Capilla Sixtina y que se colocó ayer.

La estancia adornada por los frescos que pintó Miguel Ángel cuenta con dos estufas conectadas a la misma chimenea de la que sale la única indicación de lo que ocurre en el interior. En la más antigua se queman las papeletas de votación y las notas de los cardenales. La segunda, más moderna, sirve para anunciar el resultado. De esta última, con ayuda de productos químicos, sale humo negro (si los cardenales no llegan a un acuerdo) o blanco, cuando se ha elegido a un nuevo papa.

El humero fue instalado por una brigada de bomberos de la Santa Sede, que subieron al hastial del tejado de la majestuosa capilla. Los trabajos pasaron desapercibidos para la mayoría de turistas presentes en San Pedro. La instalación coincidió con la reanudación ayer de las congregaciones generales, en las que unos 200 cardenales se reúnen para debatir las prioridades para el futuro de esta institución.

La reunión enfatizó la difusión de la fe católica, la necesidad de unidad y el riesgo para la credibilidad de la Iglesia que provocan los casos de abusos sexuales que han protagonizado un buen número de religiosos y los escándalos financieros, dijo el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni.

Bruni informó además que del total de 133 cardenales que pueden votar por tener menos de 80 años sólo faltan cuatro por llegar a Roma. Confirmó la ausencia del español Antonio Cañizares y del keniano John Njue. El 80% de esos electores fueron creados por Francisco. Muchos vienen de la llamada periferia del mundo, zonas que por años fueron marginadas por la Iglesia católica.