Un trabajo «muy bonito» con problemas de relevo

El instituto tiene suscrito un convenio con Osakidetza para detectar los problemas hereditarios de corazón. Una de las claves son las autopsias a las personas jóvenes con cardiopatías silenciosas que sufren una muerte súbita. Son unos 10 casos al año en Bizkaia. A partir de ahí se puede saber si la víctima sufría algún problema congénito y avisar al resto de familiares para que se hagan pruebas de inmediato. Un hermano de un joven que falleció en el gimnasio se hizo pruebas y le tuvieron que implantar un aparato. «Quizá está vivo porque su hermano falleció». Benito Morentin, que también es profesor asociado del departamento de Especialidades Médico-Quirúrgicas de la UPV/EHU, lleva décadas estudiando este problema.

Otro de los asuntos en los que se está trabajando con la universidad es en un proyecto dirigido a extraer el olor de los cadáveres para poder adiestrar a los perros de rescate de cara a, por ejemplo, derrumbamientos y grandes catástrofes.

Una de las últimas incorporaciones al instituto de medicina legal es Erika Iglesias, una joven de 32 años. Lleva en este trabajo desde junio de 2023 y está encantada. Primero estudió biología y después hizo anatomía patológica, una de las especialidades de la carrera de medicina que consiste en estudiar los motivos, el desarrollo y las consecuencias de distintas enfermedades.

Erika se dio cuenta de que se trataba de un área muy importante, pero que a nivel hospitalario no estaba muy reconocido. Y se decidió por adentrarse en el mundo de los forenses. «Es un trabajo muy interesante. Cada caso es diferente y eres como un pequeño detective. Y las condiciones laborales son muy buenas», explica.