Piden 168 años para un vizcaíno por difundir vídeos sexuales de menores
La Fiscalía de Gipuzkoa le acusa de engañar y chantajear a 19 víctimas de entre 12 y 15 años con la ayuda de otro hombre para el que solicita 36 años de prisión
A menudo basta con dar un 'me gusta' a una foto antigua o escribir un comentario ingenioso en una publicación para que dos adolescentes inicien ... un coqueteo en una red social. Leire, de 13 años, elige Instagram para contactar con Aitor, de su misma edad. Ambos parecen gustarse y se intercambian sus números de teléfono para tener una comunicación más fluida por WhatsApp. También más subida de tono, hasta el punto de que Aitor envía vídeos y fotografías de él desnudo y masturbándose. Al mes, él pone fin a la relación. Varias semanas después, le escribe por Instagram otro chico, quien le dice haber recibido una foto suya desnudo. Para confirmarlo, le muestra la imagen. Aitor se dirige entonces a Leire para pedirle explicaciones. Ella le responde que siga enviándole más imágenes y vídeos suyos de índole sexual o publicará las que tiene en su poder. Ante la amenaza, el chaval accede. Hasta que mes y medio después, con «gran angustia y ansiedad», decide contárselo a sus padres, que en octubre de 2021 resuelven denunciar el caso en la ertzain-etxea de Hernani.
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Aitor y Leire son nombres ficticios, pero ella ni siquiera existe. Resultó ser un joven de 28 años que creaba perfiles falsos en redes sociales como Instagram, F3, Telegram o Grinder, en los que se hacía pasar por un chico o una chica de 14 años -según la orientación sexual de la víctima- para contactar con adolescentes de su misma edad y entablar una relación de amistad o incluso sentimental.
Todo supuestamente se gestó con el fin de aprovisionarse de fotos y vídeos de índole sexual, un contenido con el que alimentaba un sitio web de Mega destinado al «intercambio y almacenaje de material sexual de explotación sexual», según acusa la Fiscalía de Gipuzkoa. Este varón administraría la cuenta de almacenamiento en la nube junto con un joven de 27 años, quien también contactó con menores. Desde ese espacio en la nube enviaban «numerosos» archivos gráficos «a personas adultas» con las que «compartían sus mismos gustos sexuales». Alguna en países como México. La Ertzaintza detuvo a ambos entre febrero y marzo de 2022.
Entre 6 y 12,5 años por víctima
El análisis del material tecnológico incautado a los arrestados -ordenadores, discos duros, teléfonos móviles...- permitió identificar a 24 víctimas, todas de entre 12 y 15 años, domiciliadas en Euskadi y otras comunidades. La investigación que la Policía vasca llamó 'Operación Ícaro', asocia los contenidos sexuales conseguidos de 19 menores con un varón arrestado en Bizkaia. La Fiscalía de Gipuzkoa reclama para él un total de 168 años de prisión, a razón de numerosos delitos por elaboración, posesión y distribución de material de explotación sexual de menores de 16 años, difusión de material pornográfico entre menores y/o también de agresión sexual. Para el otro procesado, que fue detenido en Pamplona y está asociado a cinco víctimas, la solicitud de condena es de 36,5 años.
Por cada una de las víctimas con las que se les vincula, el Ministerio Público solicita sumas de entre 6 y 12,5 años de privación de libertad, salvo en el caso de una joven a la que el segundo sujeto presuntamente abordó y, como ella se mostró reticente, trató de engatusarla enviándole él mismo fotografías falsas que disponía para su perfil de joven de 17 años. La chica, de 14, no mordió el anzuelo. El juicio tendrá lugar el próximo mes de mayo en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa.
De acuerdo con el relato de conclusiones provisionales de la Fiscalía, el modo de acercarse a los chicos y chicas era similar, parecido al descrito al inicio del texto de 'Leire' con Aitor. Mientras la relación fluía al mismo ritmo que el tráfico de imágenes sexuales, no había problema. Cuando la supuesta víctima ponía trabas o deseaba acabar con la situación, los acosadores se servirían «de un segundo teléfono y perfil falso» para introducir a una 'tercera persona' que volvería a contactar con el chico o la chica en cuestión para hacerle ver que habían llegado a su poder imágenes íntimas de la víctima que podían ser publicadas. Este abuso y/o acoso a través de las redes se conoce como 'grooming'.
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