Pedro Nieva estuvo tres meses vigilado 24 horas hasta reunir las pruebas para el arresto
La intervención de las comunicaciones y los restos de ADN del escenario del asesinato, claves en la investigación
Olaya Suárez
Llanes
Jueves, 21 de febrero 2019, 01:05
Llegó a su casa de Belmonte de Pría, esa en la que en el pasado había invertido dinero e ilusiones, de forma muy distinta a ... las incontables veces en las que lo hacía con sus dos hijos y su mujer para pasar fines de semana y vacaciones de playa, fiestas y descanso. Ayer, Pedro Nieva accedía a la vivienda con las manos esposadas, tratando de ocultar su rostro con la capucha de su chaqueta, sin los cordones de las zapatillas deportivas por el protocolo antisuicidio de los detenidos y agarrado de cada lado por un agente de la Guardia Civil.
El considerado por los investigadores el inductor del crimen de Javier Ardines asistió a primera hora de la mañana de ayer al registro domiciliario con gesto serio y un evidente deterioro físico. Con barba larga, más peso y la mirada siempre fija en el suelo. Durante dos horas, desde las 9.00 hasta las 11.00, fue conducido por los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) por las diferentes estancias de las dos plantas de la casa. Palmo a palmo, en compañía de la secretaria del juzgado de Instrucción de Llanes, encargado del procedimiento, los funcionarios revisaron armarios, estanterías, los cajones de la cocina y hasta los bajos de los colchones. Buscaban alguna prueba que pueda sumarse a la investigación.
«Estos sicarios son de Tercera División», asegura un experto
El experto en seguridad en Euskadi César Charro considera que los sicarios detenidos por asesinar al concejal de IU de Llanes, dos argelinos residentes en Bizkaia, son «de Tercera División» por el 'modus operandi' con el que realizaron el crimen, aunque asesinos a sueldo «con todas las letras». Charro incidió ayer en su «poca profesionalidad» porque parece que son gente del ámbito de la droga, del círculo más marginal». Y basó su argumentación en que atacaron a Javier Ardines «con objetos contundentes», y al mismo tiempo permitieron «la defensa de la víctima», aspectos que, en su opinión, nunca se permitiría un sicario «más profesionalizado». Además, incidió en que, a pesar de la mala ejecución del encargo, estaban seguros de que iban a salir «indemnes», cuando, en realidad, «tampoco han tardado tanto en localizarlos».
Charro aseguró que ambos sujetos desconocen los métodos de investigación policiales. «Han creído que por el hecho de que nadie les haya visto y de que en el entorno no hubiera cámaras, ya iban a salir bien librados. En principio creían que nada les relacionaba, pero han hecho algo que no hace ningún sicario, que es mantener relación con quien les contrata, ya sea con el intermediario o con el inductor del asesinato. Y eso al final ha sido su fin», certificó.
Primero inspeccionaron la vivienda principal, para continuar luego por el garaje –contiguo a la casa, pero sin conexión interior– y terminar en el porche anexo cerrado. Llegaron incluso a utilizar una escalera de mano para rastrear en el falso techo. Unas dos horas después, la comitiva abandonó el lugar. Primero el detenido, en un coche policial de vuelta al cuartel de Llanes, detrás el resto de agentes con las tres cajas que sacaron de la casa con objetos y documentación recopilada que se ha aportado al juzgado.
Quiebra de la empresa
La casa revisada a fondo, la de Pedro Nieva y su familia, la compraron en 2016 y la rehabilitaron prácticamente por completo. Fue el propio Ardines y su mujer Nuria los que les animaron a comprar la vivienda, ubicada a apenas 100 metros de la suya cuando los antiguos dueños la pusieron a la venta. La adquisición coincidió con el peor momento de la empresa de suministros eléctricos que regentaba y en la que también trabajaba su esposa, prima de la viuda. La compañía entró por aquella época en concurso de acreedores. A los amigos que frecuentaban en Llanes siempre les extrañó el alto poder adquisitivo de la familia: dos chalés, uno en Pría y otro en Amorebieta; dos coches de alta gama, motos y muchos gastos en ropa, viajes y caprichos.
El registro realizado en la propiedad llanisca no habría aportado pruebas relevantes para la investigación. No así la casa de Amorebieta y la sede de su empresa. En ese local, según ha podido saber este periódico, los agentes localizaron dos escopetas y un rifle. El entorno de Pedro Nieva señala que «no es aficionado a la caza, por lo menos nunca nos dijo que fuese a cazar».
Los perros 'Marley' y 'Athor' ya resolvieron el caso de Diana Quer
'Marley', un perro de aguas, y 'Athor', cruce de pastor belga, tienen tres años y son los guías caninos especializados en detectar restos biológicos, como huesos, dientes o sangre. Son minuciosos y ayer participaron en el registro del domicilio del presunto autor intelectual del asesinato de Javier Ardines. Su olfato ha recorrido gran parte de la geografía española: la violación y asesinato de Laura Luelmo a manos de Bernardo Montoya en El Campillo (Huelva) o el crimen de Diana Quer en La Coruña son algunos de los casos en cuya resolución su intervención fue clave. Además de minuciosos, son obsesivos con su trabajo.
Juanma e Israel son los cuidadores y compañeros de 'Marley' y 'Athos', respectivamente, y todo lo hacen juntos: se ayudan e incluso duermen juntos en cada uno de sus viajes laborales. El caso del pequeño Gabriel Cruz fue otro de sus hitos. De hecho, «fue 'Marley' quien señaló el punto en el que Ana Julia Quezada había enterrado al niño».
Esas armas están ya en el cuartel de Llanes, a la espera de ser presentadas ante la jueza instructora cuando los tres detenidos pasen a disposición judicial junto al resto de pruebas que se aportan a la causa. El cuarto arrestado está pendiente de la extradición desde Suiza. Es por ese motivo, por la ausencia de uno de los presuntos asesinos materiales, por lo que la reconstrucción de los hechos en el camino donde mataron al concejal no se realizará ahora.
Los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) y de la Policía Judicial de la Comandancia de Gijón tenían ya fijado el objetivo desde el pasado mes de noviembre. Sometieron al primo político de la víctima a una vigilancia exhaustiva las 24 horas. Noche y día para estudiar todos sus movimientos y para evitar un intento de fuga. Su domicilio en Amorebieta contó con una constante y discreta presencia policial. Además, todas sus comunicaciones fueron intervenidas por orden judicial. De esta forma consiguieron poco a poco ir armando el puzzle, a lo que se sumaron los resultados de las pruebas biológicas obtenidos de los restos recogidos en el escenario del crimen y del cadáver del concejal de Izquierda Unida a quien, supuestamente, Pedro Nieva encargó matar por celos. Creía que mantenía una relación íntima con su esposa.
Ensayo general
Para ello, según las pesquisas, contrató a los dos ciudadanos argelinos. Los puso en contacto, supuestamente, el cuarto detenido, un bilbaíno amigo íntimo de Pedro Nieva que no tendría relación alguna con Llanes. Los tres pasaron la primera noche retenidos en distintas dependencias de la Guardia Civil para evitar que se comunicasen entre ellos. El considerado inductor del crimen permaneció en el cuartel de Llanes; el hombre de origen argelino –uno de los dos supuestos autores materiales–, en la Comandancia de Gijón; y el otro detenido de origen español, en el cuartel de Langreo. En la tarde de ayer, reunieron a los tres de nuevo en el cuartel llanisco para comenzar los interrogatorios en presencia de sus respectivos abogados. Fueron varias horas en las que los agentes se entrevistaron de forma individual con cada uno de ellos. En una primera conversación informal momentos después de su arresto de madrugada en su casa de Amorebieta –en la que también estaba su esposa y sus dos hijos–, dijo a los agentes que «sólo había encargado que le diesen un susto, no que le matasen».
Los dos ejecutores del plan hicieron un ensayo general los días antes del crimen. Colocaron dos vallas de obra en el camino por el que sabían que Javier Ardines tenía que pasar en coche de madrugada para dirigirse al puerto desde donde salía a faenar. En esa ocasión, vieron sus movimientos, pero no actuaron. Fue la noche del 16 de agosto, cuando el concejal se bajó del coche para retirar las vallas que nuevamente cerraban su trayectoria, cuando le abordaron, le pegaron un fuerte golpe por detrás con un objeto contundente que aún no ha sido identificado. La víctima consiguió echar a correr en un intento desesperado por zafarse de sus asesinos. Lo alcanzaron a 60 metros de su furgoneta y ahí lo remataron ahogándolo. Aunque el cadáver presentaba golpes, la causa del deceso fue la asfixia.
El extraño comportamiento de la mujer del detenido: «Katia tenía que olerse algo»
La viuda de Javier Ardines fue la que primero puso sobre la pista a los investigadores de la Guardia Civil sobre el «extraño comportamiento» de su prima Katia y del marido de ésta, Pedro Nieva, en los días y semanas posteriores al asesinato del concejal de Izquierda Unida.
Una de las personas que estuvo presente aquella fatídica mañana del 16 de agosto de 2018 en el camino de Belmonte de Pría donde apareció el cadáver de Ardines fue precisamente Katia, en su calidad de prima y amiga de Nuria y también de vecina, ya que no en vano, apenas cien metros separan las viviendas de ambas parejas. Su marido, a la postre detenido por encargar el asesinato, se había quedado ese día en su vivienda de la localidad vizcaína de Amorebieta.
El apoyo que durante las primeras horas tras el asesinato mostró Katia hacia su prima se fue desvaneciendo con el paso de los días, hasta el punto de hacer sospechar a la mujer de Javier Ardines de que algo no marchaba bien. En Llanes lo tienen claro: «Katia tenía que olerse algo», dicen quienes compartieron parrilladas y fiestas con ambas parejas.
Y estos vecinos de Llanes vaticinan que pasará tiempo hasta que la mujer vuelva a dejarse ver por el concejo. «Yo, si fuera ella, no volvía a poner un pie en Llanes», advierten.
«De tripas, corazón»
Ahora que la pequeña localidad asturiana ha vuelto al epicentro informativo nacional, es Nuria, la viuda de Ardines, quien ejerce de pilar familiar , de sostén para sus hijos y sus suegros ante unos momentos que no están siendo sencillos. «Está haciendo de tripas, corazón, para aportar calma y tranquilidad al resto de la familia», sostienen fuentes cercanas a ella.
Así, más unidos que nunca, los seres queridos de Ardines afrontan el revuelo. «El que no sabe algo, se lo inventa. Por la calle se han dicho cosas que pueden hacer mucho daño. Por eso ellos lo que piden, como llevan haciendo desde el principio, es que se respete su intimidad», recalcan quienes acompañan a la familia en estos momentos difíciles.
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