El ministro de Consumo, Alberto Garzón, llegando a la celebración de Sumar. E. P.

Un neonazi irrumpe con un arma en el bar donde Sumar celebraba su fiesta postelectoral

El 'cabeza rapada', que atacó al portero, salió del local y huyó con varios acompañantes

S. Osorio

Lunes, 24 de julio 2023, 13:08

Una noche de euforia que podía haber terminado en tragedia. Los asistentes a la fiesta postelectoral que celebró Sumar tras su resultado en el 23-J se vieron sobresaltados por un neonazi que irrumpió en el local con un arma. Según informa elmundo.es, al filo de las 2.30 de la madrugada, horas después de que concluyera el escrutinio, un 'zeta' de la Policía Nacional y una patrulla de la Policía Municipal recogieron un arma blanca de unos 20 centímetros de longitud. Se encontraba sobre el alféizar de una ventana próxima a un conocido local de copas junto a la Plaza Mayor de Madrid.

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La escena del hombre armado en el interior del establecimiento causó sorpresa y nerviosismo en la clientela cuando se produjo el altercado. En ese momento, Yolanda Díaz no se encontraba en el interior del local, pero sí el actual ministro de Consumo, Alberto Garzón, Iñigo Errejón, eurodiputadas como María Eugenia Palop y otras destacadas figuras de la coalición Sumar como Mónica García, Rita Maestre o Alejandra Jacinto. Además de distintos simpatizantes, asesores y cargos intermedios del partido.

El asaltante entró con un objeto cortopunzante que instantes antes había sido abandonado por su portador. Un 'cabeza rapada' corpulento, de cerca de 1,80 metros de estatura, equipado con un «corpiño para protegerse de puñaladas en la tripa» y con el cuerpo «totalmente cubierto de tatuajes», según aseguran testigos presenciales. Unos glifos de inspiración tribal, celta y vikinga entre los que llamó especialmente la atención un «un tatuaje con un número 88 en el cuello». Dos cifras que hacen referencia a la octava letra del abecedario alemán, la hache, y que en el argot empleado por los extremistas tiene el significado de Heil Hitler, el saludo nazi por excelencia empleado en tiempos del Tercer Reich.

«El tipo entró hasta la barra del fondo del local y se puso a pedir un Malibú con piña vociferando con muy malas formas», han explicado a elmundo.es fuentes de local. La falta de modales y la agresividad ostentada por el comensal provocaron que el responsable de la sala solicitase la presencia del portero para que lo expulsara del local. Fue en este momento cuando uno de los clientes se percató de los tatuajes hitlerianos del cliente que estaba siendo expulsado y se dirigiese a él con el apelativo de «puto nazi». Mientras que abandonaba entre forcejeos y empujones este local exclusivo con una cuidada ambientación oscura compuesta por lúgubres pinturas, luces rojas de neón y bustos de inspiración erótica de machos cabríos.

Sin heridos

Pese a que el hombre llegó a blandir su arma en el interior del local no hubo que lamentar males mayores. El individuo «atacó al portero», según aseguran a este diario fuentes del local. Afortunadamente, la tupida cortina carmesí situada junto a la entrada del establecimiento «sirvió de parapeto» a los ataques. Y no hubo que lamentar heridos durante el incidente. Tras ser expulsado del local, el neonazi, que se encontraba acompañado por otros cuatro amigos, protagonizó otro conato de pelea profiriendo amenazas contra los asistentes a la fiesta mientras que éstos solicitaron que se llamase a la Policía. Sin embargo, tras abandonar su arma, esta persona y los acompañantes huyeron del lugar de los hechos por la vecina calle del Espejo y se les perdió la pista al final de la misma.

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