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Se hacen pasar por turistas. Él rondará los 1,80 metros y no se desprende de las gafas de sol y una gorra, probablemente para ... taparse parte del rostro. Su cómplice, y compañera sentimental, es más menudita. Luce gorro, gafas de pasta oscura y siempre porta un bolso muy holgado, Esta pareja de mediana edad de origen latino lleva semanas en el radar de la Unidad de Investigación de la Policía Local de Vitoria.
Se les considera avezados ladrones al descuido. Esto es, sustraer algún objeto personal sin que la víctima se percate. Residen habitualmente en Miranda de Ebro, aunque suelen alegar que viven en Madrid cuando les sorprenden. Desde esta localidad del norte de Burgos presuntamente se mueven por diversas ciudades para arramplar carteras, bolsos, mochilas o lo que pillen.
Esta Semana Santa han sido detectados en Vitoria, municipio por el que ya han pasado en ocasiones anteriores. El mediodía del martes accedieron a un céntrico bar. Se acercaron a un cliente que aguardaba en la barra para recibir su consumición. En apenas un abrir y cerrar de ojos, la mujer cogió su riñonera y la introdujo en su bolso. Salieron del local con la misma tranquilidad con que accedieron, como se aprecia en el vídeo que acompaña esta noticia.
«Gracias a la ayuda de la dueña y a que disponía de cámaras se les ha podido ubicar, pero la sensación que te queda en el cuerpo es espantosa», señaló la víctima de este hurto, que interpuso denuncia en la Ertzaintza. En la riñonera, este hombre llevaba su cartera con toda su documentación, sus tarjetas y algo de dinero. También sus gafas progresivas. «Valen un pastón», lamentó.
Se sospecha que esa misma jornada, este dúo de descuideros (como se denomina a estos delincuentes especializados) actuaron en otro bar del barrio de Desamparados con idénticos resultados.
La Policía Local les sigue la pista desde hace tiempo. Gracias a esta grabación se ha determinado que han vuelto a Vitoria para estas fechas especiales en que bares, restaurantes y pubsbullen con vecinos y turistas. Ambos ladrones arrastran numerosos «antecedentes». Se les considera muy escurridizos ya que, una vez que obtienen un botín cuantioso, desaparecen. Pueden pasar días o semanas hasta que regresan a la misma zona.
Desde la Guardia urbana vitoriana piden precaución, al tiempo que instan a las víctimas a «denunciar siempre, si no lo hacen no se les podrá meter en la cárcel». Creen que, debido a su «multireincidencia», ese momento anda cercano. Aparte de en la capital de Euskadi, se les ha detectado «en Logroño, Burgos, Bilbao...», destacan medios policiales.
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