La lava arrasa Todoque y amenaza otros 500 hogares

La voracidad del magma no remite. Según los últimos datos disponibles, ya se ha tragado 183 viviendas, arrasado 400 explotaciones agrícolas, invadido carreteras y hecho añicos unas 200 infraestructuras. Entre ellas una escuela en Los Llanos de Aridane a la que acudían 23 alumnos. El Gobierno canario prevé, con toda la cautela que aconseja la imprevisibilidad de la situación, que medio millar de hogares más sean engullidos por las lenguas de fuego. En torno a 6.000 personas, el 7% de la población de la Isla Bonita, han tenido que abandonar sus casas. Muchos de ellos lo han perdido todo. Mañana recibirán la visita de los Reyes, acompañados de Pedro Sánchez, y hoy tiene previsto desplazarse a La Palma también el líder del PP, Pablo Casado.

Los agricultores y ganaderos, a los que se impide por razones de seguridad el paso a sus propiedades, observan cómo un muro de material incandescente de hasta seis metros de altura va cegando canales de riego, acequias, tuberías y balsas de suministro. A la pulsión destructora se unió pasadas las nueve de la noche del lunes, hora insular, una nueva boca eruptiva en el barrio de Tacande (El Paso), la novena. Situada a unos 900 metros de la principal, obligó al desalojo preventivo de entre 150 y 200 vecinos y contribuyó a alimentar el río de lava y humo que ya por la tarde se adentró en Todoque.

Esta es la lengua que más preocupa, la que progresa con más rapidez. La otra, situada en el suroeste, en torno al barrio de Las Manchas, lo hace apenas a dos metros por hora. El Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) certificó que, pese a que la actividad sísmica no se detiene -ayer por la mañana hubo cuatro temblores más, de 3,2 y 3,8 grados, lo que preludia que el volcán seguirá activo-, la masa de lava se va ralentizando tras haber carbonizado ya una superficie de 103 hectáreas, de acuerdo con las imágenes que proporciona el satélite europeo Copérnicus.

Según las últimas estimaciones, la colada avanzaba a unos 120 metros por hora, algo más de la mitad de los 200 a que lo hacía por la mañana y muy lejos de los 700 metros por hora a los que progresaba el lunes. Algo previsible, dada la menor pendiente del terreno, los obstáculos que el magma encuentra en su camino y la mayor anchura que va adquiriendo el frente, pero que hace imposible determinar cuándo llegará al mar, uno de los momentos más temidos. O incluso si lo hará, aunque hoy por hoy se da prácticamente por seguro.

El lunes se anunció que el contacto era cuestión de horas, para esa misma noche, algo que finalmente se descartó. Hasta ahora la lava ha recorrido algo más de la mitad de los alrededor de 5 kilómetros de distancia en línea recta entre Cumbre Vieja y el litoral. En el momento en que el magma entre en contacto con el agua, provocará una violenta reacción química, similar a cuando se vierte agua en una sartén con aceite hirviendo. Desprenderá una ingente masa de vapor y gases tóxicos, cloro incluido. Si llega a sumergirse en el mar, es posible que lo haga en Playa Nueva, cerca de Tazacorte.

Por esta razón, Capitanía Marítima ha incrementado el perímetro de exclusión a dos millas náuticas, al tiempo que recuerda que no se puede acceder al lugar por seguridad. Y es que a pesar de las reiteradas advertencias de las autoridades, el fenómeno no deja de atraer curiosos. Se han registrado atascos de coches en El Paso y el Cabildo de La Palma ya ha anunciado que sancionará a los que se acerquen al volcán o a la lava.

Los gobiernos de La Palma, Canarias y central se preparan para el día después mientras gestionan el desastre. Aún no hay estimación oficial de los daños ya registrados ni previsión de los que se van a producir, pero no hay ninguna duda de que superarán los 400 millones de euros, suma equivalente al 1% del PIB de Canarias, con lo que podrá acogerse a los fondos de solidaridad de la Unión Europea.