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Imagen distribuida por la policía del Punjab.

Torturadas hasta la muerte por romper sus matrimonios: las hermanas de Terrasa viajaron engañadas a Pakistán

La Policía detiene a siete familiares de las víctimas, que fueron estranguladas y vejadas por primos, hermanos y tíos

Martes, 24 de mayo 2022

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Se llamaban Anisa y Uruj Abbas. Tenían 21 y 24 años y eran vecinas de la localidad barcelonesa de Terrassa. Viajaron la semana pasada a Pakistán para supuestamente visitar a su familia. Pero fue un trampa. En la madrugada del sábado, las dos jóvenes sufrieron torturas. Y después vilmente asesinadas. En el país asiático hablan de 'crimen de honor', pero en realidad no ha sido otra cosa que un brutal asesinato machista. Todo apunta a que sus hermanos, tíos y primos las estrangularon y remataron de dos disparos en la cabeza por su negativa a casarse con dos allegados. Uno de los que iba a ser su suegro fue el que apretó presuntamente el gatillo. Las chicas rechazaron el matrimonio convenido dentro del clan y planeaban unirse a otros dos jóvenes, también de origen pakistaní.

Una de las hipótesis que se baraja es que, además del supuesto despecho afectivo y familiar, la decisión de las hermanas Abbas de repudiar a sus pretendientes desbarató los planes de los dos hombres, que deseaban la boda para lograr un visado con el que emigrar a España. Ambos varones fueron detenidos por la Policía de Gujrat, un pueblo de la región del Punyab, no muy lejos de la capital, Islamabad. También han sido arrestados otros cinco familiares, entre ellos dos hermanos de las mujeres estranguladas.

Los seis hombres arrestados por el crimen. (Policía de Punjab)

De la vida de Anisa y Uruj en Terrassa pocos datos se saben. Habían llegado hace unos cuatro o cinco años para reunirse con su padre, Ghulam Abbas, que desembarcó en Barcelona con lo puesto, buscando una oportunidad para mejorar su situación económica. El señor Abbas trabaja actualmente en una tienda de comestibles de Pakistán en una céntrica calle de la localidad catalana y, en sus ratos libres, vende flores por las ramblas de Barcelona, según publicó ayer 'El País'. Su mujer y madre de las víctimas, Azra Bibi, tenía pasaporte español.

Fue ella la que acompañó a las jóvenes al país de Oriente Medio, aunque las fuerzas de seguridad paquistaníes no le otorgan un papel activo en el crimen. Más bien lo contrario. La mujer, que fue encerrada en una habitación, habría tratado de impedir el doble asesinato y habría suplicado que no mataran a sus hijas, aunque parece que tampoco denunció los hechos. Supuestamente, Anisa y Uruj se montaron engañadas en el avión que salió el jueves de El Prat. Hace algo más de un año, habían sido prometidas a dos primos a los que nunca habían visto y parece ser que habían estado dando largas a la boda durante los últimos meses. Algo que enfureció, sobre todo, a uno de sus hermanos, que ejercía un papel controlador sobre sus vidas, según apuntan diversas fuentes. También es posible que se subieran voluntariamente a la aeronave para intentar precisamente aclarar que no estaban dispuestas a unirse en matrimonio a estos dos allegados. Si fueron forzadas a viajar o lo hicieron por propia voluntad es algo que ahora están investigando los Mossos d'Esquadra. La Policía catalana, que por ahora solo ha interrogado al padre, tiene poco margen de maniobra, ya que las chicas no tenían la nacionalidad española y el crimen se ha producido fuera de las fronteras españolas. Su labor se centrará en determinar si hubo amenazas o coacciones para que cogieran ese vuelo.

Minuto de silencio y luto

En Terrasa, mientras tanto, se convocó ayer un minuto de silencio y se activó el protocolo para protestar contra un nuevo acto bárbaro de violencia machista. Diversas fuentes apuntan a que Anisa y Uruj hacía tiempo que querían vivir su propia vida, ya que durante mucho tiempo apenas se habían relacionado con nadie fuera de su círculo familiar. Querían romper esas cadenas y habían comenzado a hacerlo poco a poco. Incluso una de ellas tenía un novio, también de origen paquistaní.

En su declaración ante la Policía, según 'La Vanguardia', el padre habría asegurado que sus hijas ya no vivían en el domicilio familiar y que para él habían dejado de existir desde el mismo momento que se marcharon de casa. El diario 'El País', por su parte, localizó al señor Abbas, que se mostró confundido por lo sucedido pero que en ningún momento condenó los hechos: «Tengo a las hijas muertas y a los hijos en la cárcel», dijo.

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