Las últimas semanas de 'El Yoyas': atrincherado en una masía y rodeado de latas de cerveza y restos de comida
El exconcursante de 'Gran Hermano', Carlos Navarro, ha sido detenido hoy después de año y medio huido de la Justicia tras ser condenado por maltrato a su expareja, lesiones, amenazas y vejaciones
Miércoles, 26 de junio 2024, 13:40
La búsqueda y captura de Carlos Navarro, más conocido como 'El Yoyas' tras su paso por el reality 'Gran Hermano', ha concluido esta mañana cuando agentes de los Mossos d'Esquadra y la Policía Nacional han arrestado al fugitivo en una masía ubicada en L'Anoia (Barcelona). La operación conjunta de ambos cuerpos da por concluida una búsqueda que se inició en octubre de 2022, cuando la Justicia ordenó su ingreso en prisión por condenas que suman casi siete años de cárcel: maltrato habitual a su expareja, Fayna Bethencourt, lesiones, amenazas y vejaciones, entre otras cosas.
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El jefe del Grupo II de Fugitivos de la Policía Nacional, uno de los responsables del dispositivo que ha concluido con la detención de Navarro, explica a ABC la dificultad de localizar al excolaborador de televisión: «Se había escondido como pocos asesinos y violadores. Jamás lo hemos visto en los meses de vigilancia, ni siquiera se asomaba por las ventanas. Y por las noches no se filtraba luz desde dentro de la casa. Los drones no han conseguido grabarlo ni una sola vez». Y añade: «Hemos vigilado a asesinos y violadores con condenas de 25 años y este los ha superado en el camuflaje. Se escondía casi como 'el Pollo Carvajal'».
Eran las seis de la mañana cuando los agentes han tirado abajo la puerta de la masía donde se escondía Navarro. Nada más irrumpir en la vivienda, la contestación que han recibido por parte del fugitivo refleja la situación límite en la que vivía: «Si hubierais llamado a la puerta, os habría abierto». El detenido estaba semidesnudo y rodeado de latas de cervezas y restos de comida. En el ambiente se apreciaba el olor a porros. «La vivienda estaba hecha unos zorros: sucia y maloliente», apunta la periodista Cruz Morcillo. Mataba el tiempo con una cinta de andar y una bicicleta estática.
La casa, propiedad de un amigo de Navarro, estaba sellada a cal y canto. Contaba con una doble persiana en las ventanas para que no se filtrara luz ni de día ni de noche y, por supuesto, estas siempre permanecían cerradas. Por dentro tenían estores y estos a su vez habían sido tapados con una lona gris oscura.
La localización exacta del búnker que creó 'El Yoyas' era un secreto que solo conocían su familia y su novia, quien accedía con una llave y se marchaba al cabo de unas horas. Su padre, su hermana y su cuñado eran los encargados de suministrarle los víveres. La clave para dar con él, aunque de forma indiciaria, ha sido su familia.
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Tanto la Policía como los Mossos creen que 'El Yoyas' no siempre estuvo en esa masía, que tuvo otros refugios. Semanas después de fugarse recurrió a la Prensa para denunciar su situación, lo que él consideraba una persecución judicial, y citó a los periodistas en medio de un bosque. «Ahora no vivo, improviso, con los bolsillos vacíos. Estoy jodido», afirmó entonces, a finales de 2022. «Soy un cabeza de turco que está condenado por una ley injusta e inconstitucional que, entre otras cosas, a los hombres nos mata civilmente como padres».
Televisión, política... y una caída en picado
El juez que condenó a 'El Yoyas' considera que las agresiones comenzaron «después del inicio de la convivencia» de la pareja y que Carlos «con un total desprecio por su dignidad personal e individual», mantuvo una actitud de «control, de desprecio y de humillación hacia» su mujer. Los hechos fueron corroborados por los dos hijos de ambos. «Tanto la niña como el niño han descrito y narrado los episodios vividos y no hay motivos para dudar de los mismos», se puede leer en la sentencia.
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Carlos Navarro saltó a la fama en 2001 gracias al popular programa 'Gran Hermano', donde conoció a su exmujer Fayna Bethencourt. En el reality fue expulsado por su comportamiento violento hacia la propia Fayna y hacia otros habitantes de la casa, y se ganó su sobrenombre con su conocida amenaza: «Te meto dos Yoyas». Su peculiar forma de ser le sirvió de trampolín para convertirse en rostro habitual de espacios televisivos como 'La Noria' durante muchos años. Pero cosas del destino, acabó en política, como concejal de Vilanova del Camí (Barcelona) en 2015.
A partir de ahí, su vida dio un giro radical. Su exmujer le denunció por malos tratos. Y un juzgado en 2020 condenó a Carlos a una pena de cinco años y ocho meses de cárcel por un delito de maltrato habitual y lesiones a su expareja y a los dos hijos que tienen en común. También le atribuyeron un séptimo delito de lesiones, esta vez a la pareja actual de su exmujer. El exconcursante de 'Gran Hermano' recurrió sin éxito al Supremo. Su abogado intentó en numerosas ocasiones que eludiese la cárcel, pero desde finales de 2022 pesaba sobre él una orden de entrada en prisión, que ahora se podrá ejecutar año y medio después.
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