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China busca convertirse en una central de inteligencia artificial e integrar la tecnología en todas las facetas de la vida. Algunos empresarios del país están llevando este deseo a una nueva frontera: las muñecas sexuales. WMDOLL, uno de los fabricantes más grandes, lanzó a finales de 2016 lo que llama muñecas accionadas con inteligencia artificial, que ofrecen características que van desde conversaciones simples (pueden responder preguntas conectándose a una base de datos, pero no mantener conversaciones largas) hasta realizar movimientos de las extremidades. Además, los clientes pueden personalizarlas eligiendo opciones como la altura, el peinado o el color de los ojos.

Sábado, 28 de julio 2018, 23:43

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China busca convertirse en una central de inteligencia artificial e integrar la tecnología en todas las facetas de la vida. Algunos empresarios del país están llevando este deseo a una nueva frontera: las muñecas sexuales. WMDOLL, uno de los fabricantes más grandes, lanzó a finales de 2016 lo que llama muñecas accionadas con inteligencia artificial, que ofrecen características que van desde conversaciones simples (pueden responder preguntas conectándose a una base de datos, pero no mantener conversaciones largas) hasta realizar movimientos de las extremidades. Además, los clientes pueden personalizarlas eligiendo opciones como la altura, el peinado o el color de los ojos. — China busca convertirse en una central de inteligencia artificial e integrar la tecnología en todas las facetas de la vida. Algunos empresarios del país están llevando este deseo a una nueva frontera: las muñecas sexuales. WMDOLL, uno de los fabricantes más grandes, lanzó a finales de 2016 lo que llama muñecas accionadas con inteligencia artificial, que ofrecen características que van desde conversaciones simples (pueden responder preguntas conectándose a una base de datos, pero no mantener conversaciones largas) hasta realizar movimientos de las extremidades. Además, los clientes pueden personalizarlas eligiendo opciones como la altura, el peinado o el color de los ojos.
Aly Song - REUTERS

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