EL CORREO se presenta de incógnito a las pruebas para azafato de Ryanair

El tren de Ryanair pasó por Bilbao el pasado martes. La compañía irlandesa, capaz de transportar a 380.000 personas al día, celebró un 'Recruitment day' ('Día de reclutamiento'). El objetivo: seleccionar, al menos, a una veintena de jóvenes para incorporarlos a su plantilla de 14.000 trabajadores. Un redactor de EL CORREO se presentó de incógnito a unas pruebas que son más complicadas de lo que parece y que van incorporando requisitos a medida de que el aspirante avanza en su itinerario hacia una plaza de auxiliar de vuelo.

El proceso se desarrolló en una academia de Colón de Larreátegui. Acudimos cerca de medio centenar de personas que, previamente, habíamos pasado unas pruebas 'online', con preguntas o situaciones del tipo:¿Cómo le dirías a un pasajero que los sandwiches están caducados? ¿Qué harías si un cliente toma demasiado alcohol a bordo y se pone violento? ¿Volverías atrás para cambiarte el uniforme si descubres una mancha o te limpias en el baño para no correr el riesgo de provocar un retraso?

En un primer momento, Ryanair no pone demasiadas condiciones:básicamente saber inglés y ser capaz de nadar un largo en una piscina. No hacen falta estudios específicos, ni experiencia previa. La edad tampoco parece un problema. Nadie me pregunta por mis 40 años, aunque claramente soy el mayor de un grupo en el que predominan jóvenes que rondan los veinte años.

Después, las cosas se van complicando y aparecen nuevas exigencias:además de los 25 metros de piscina, tienes que ser capaz de rescatar a un pasajero;no se puede tener tatuajes en manos, rostro o cuello;hay que medir entre 1,57 y 1,88;el peso ha de ser «proporcionado», aunque nadie explica qué es esto a lo largo de la criba;y, además, tienes que remitir un certificado de penales que acredite que no tienes delitos pendientes ni antecedentes.

Pasamos a dos aulas y nuestro 'reclutador', un joven portugués llamado Iván, nos da 20 minutos para hacer el primer examen. Es una prueba de gramática inglesa muy sencilla. Me parece escucharle que hay que acertar al menos 8 de las 10 preguntas. A continuación, hay que hacer un ejercicio escrito (también en inglés) con una situación ficticia pero que bien podría ser real. En mi caso, me piden que me imagine que estoy en un vuelo entre Dublín y Lanzarote y que trate de vender algo del menú. Hay que escribir 10 líneas, como mínimo. Preparo un texto ahondando en el aspecto comercial del asunto, ofreciendo todo tipo de comidas y bebidas. No me olvido de desear a los pasajeros un buen vuelo.

Después de esto, Iván nos manda salir y tarda una hora en corregir los ejercicios. Fuera hay nervios. Para muchos sería su primer trabajo. Aproximadamente el 80% de los presentes ha estudiado para TCP. Hay candidatos con experiencia. Una chica incluso estuvo en nómina de una aerolínea de Qatar que quebró, me cuenta. Pero también hay paracaidistas como yo. Es el caso de Andrea. Ha trabajado siempre de comercial o en bares. «He oído que pagar no pagan bien, pero es una manera de iniciarse en este mercado y tampoco suena mal viajar y aprender idiomas».

Llegan las notas. Pasamos el corte aproximadamente la mitad. Durante la siguiente hora, el 'reclutador' nos explica lo que Ryanair ofrece. Empieza diciendo que es una empresa con muchas posibilidades de ascenso. Que nos fijemos en él, que entró de TCP y ahora es formador. Y que podremos viajar por 7,5 euros (más tasas) a cualquier parte de Europa. Podremos vivir en cualquiera de las 85 bases de la 'low cost' por todo el continente (el alojamiento corre de tu cuenta). Trabajaremos en una ruleta de cinco días activos y tres de descanso. Las vacaciones son cortas, no nos vamos a engañar:se quedan en unos 18 días.

Iván pasa de puntillas sobre las condiciones económicas. Habla de salarios medios, de diferencias entre países... Después, a preguntas de los aspirantes, aclara que son 9.000 euros de sueldo base y que, además, se cobra unos siete por hora de vuelo (como no puedes volar más de 900 al año, este concepto se queda en 6.000 euros). Luego hay un plus por productividad (1.800)y lo que se saca en comisiones por la venta a bordo de boletos, comida y bebida. El reclutador promete que se llega a ganar «24.000 euros».

Es cuando al fin miran tu currículum (en mi caso, no incluí que soy periodista). Dura sólo cinco minutos y las preguntas son bastante rutinarias: ¿Por qué quieres trabajar en Ryanair? ¿Por qué dejaste tu anterior empleo? ¿Cuáles son tus mejores cualidades? Casi al final me pregunta que si tengo cargas familiares y si estaría dispuesto a instalarme en cualquier rincón de Europa. Si el 'reclutador' da el visto bueno, al aspirante le esperan seis semanas de entrenamiento en Portugal o Alemania. El cursillo es ahora gratis e incluso te pagan una dieta de 28 euros diarios. En el pasado, la firma 'low-cost' cobraba hasta 4.000 euros en concepto de inscripción. Iván se despide con la frase: «En dos semanas te llegará un mail con la respuesta a su candidatura».

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