Regresa a España la talidomida, el fármaco maldito que provocó malformaciones en bebés
El medicamento, utilizado en los años 50 y 60 como sedante y calmante de las náuseas durante los tres primeros meses de embarazo, se volverá a comercializar para el tratamiento de mieloma múltiple, un cáncer de células plasmáticas
Entre 1957 y 1963 a las embarazadas que sufrían náuseas durante los tres primeros meses de embarazo se les recetó talidomida, un fármaco que se comercializó por toda Europa y que ocultaba un efecto secundario de lo más dañino para el feto. Muchos de los bebés nacidos durante esos años vinieron al mundo con una carencia o excesiva cortedad de las extremidades, unas malformaciones congénitas que han marcado sus vidas y por las que han reclamado durante las últimas décadas unas indemnizaciones que Sanidad reconoció como «insuficientes».
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La talidomida ha salido de nuevo a la palestra porque se va a volver a comercializar en España. Hasta el momento, en la Unión Europea el uso de este medicamento solo está autorizado en aquellos pacientes afectados por el mieloma múltiple -un cáncer de células plasmáticas que se encuentran en la médula ósea- que tengan 65 o más años o que no sean candidatos a recibir altas dosis de quimioterapia.
El polémico fármaco volverá a nuestro país el 2 de febrero, pero solo en farmacias hospitalarias. Y es que sus malversos efectos secundarios siguen vigentes en su composición. Es por ello que desde la Organización de Consumidores y Usuarios alertan de las precauciones que han de tomar los enfermos para prevenir embarazos. El plan de prevención de la OCU incluye tanto a las mujeres en edad fértil como a cualquier hombre, ya que la talidomida pasa al líquido seminal.
Indemnizaciones de 56 euros
De esta forma, las mujeres fértiles que deban tomar talidomida tienen que usar un método anticonceptivo eficaz, antes, durante y después del tratamiento, y someterse a pruebas de embarazo regulares. A su vez, los hombres deberán usar preservativos si mantienen relaciones sexuales con mujeres embarazadas o que puedan quedarse embarazadas, tanto durante el tratamiento como después.
Los afectados por talidomida, que hoy tienen entre 60 y 66 años, nunca han abandonado su lucha por conseguir unas indemnizaciones a la farmacéutica alemana Grünenthal GmbH acordes al inmenso daño causado. En 2015 la Asociación de Víctimas de la Talidomida de España (Avite) llevó el caso tanto al Constitucional como a Estrasburgo después de que el Tribunal Supremo desestimara su recurso al considerar que las reivindicaciones estaban «prescritas». Tres años después y en su recta final, el Gobierno de Rajoy pactó con Ciudadanos una compensación de 56 euros al mes, una cantidad que Avite tildó de «una auténtica vergüenza y un insulto a la inteligencia». El Ministerio de Sanidad de aquel gabinete reconoció después que dicha cantidad fue «insuficiente».
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