Las residencias recuperan hoy la normalidad en las visitas tras un año de restricciones
Los dependientes disfrutan desde esta mañana de tres visitas semanales y dos paseos, con dos allegados
La Diputación hizo ayer públicos los dos decretos que había enviado a las residencias el viernes y que certifican un cambio ansiado en las residencias. ... Es la esperada flexibilización de las visitas, el regreso a un régimen abierto tras doce meses de cerrojazo para defenderse del virus. Desde hoy, los familiares podrán realizar tres visitas a la semana y habrá también dos paseos semanales por los alrededores. Termina hoy también la obligación de que sea un mismo allegado quien visite a los dependientes y, de hecho, podrán acudir dos a cada cita. Esto permitirá el reencuentro de muchos mayores que tienen varios hijos y solo han podido ver a uno de ellos de forma recurrente.
La única limitación que se recalca, de cara a los paseos, es que cuando vayan acompañados por familiares no deben acudir a «espacios cerrados o muy concurridos». Las dos órdenes forales entran en vigor hoy, «siempre que hayan transcurrido siete días desde la administración de la segunda dosis de la vacuna», algo que sucede ya en todos los centros vizcaínos.
Las tres diputaciones han negociado el marco durante la pasada semana. Bizkaia ha liderado la petición de que el viraje fuera pronunciado, ya que Álava y Gipuzkoa tenían más reservas. Desde el área que controla Sergio Murillo se ha recordado que «son elementos esenciales en la salud física y emocional de los residentes» y «se sustentan en el derecho» de esos mayores «al trato igualitario y a la no discriminación». De cualquier modo, todos estos contactos se realizarán siguiendo un protocolo estricto para prevenir el covid.
En nuestro territorio histórico, la flexibilización de las visitas viene avalada por el desplome de la cifra de contagios. Hace poco más de un mes había 350 positivos y hoy solo queda un dependiente hospitalizado en una red con 154 centros y 10.748 camas. La fecha de ese desplome y la erradicación de los brotes masivos coincide con la extensión de la inmunidad tras la segunda dosis de Pfizer. Además, el exterior ayuda. «Hay una tasa de incidencia acumulada inferior a 300 casos por 100.000 habitantes en la Comunidad Autónoma Vasca, en tendencia descendente». Este es, de algún modo, el final de la pandemia en las residencias, aunque el virus pueda aparecer esporádicamente, ya que la inmunidad es del 95%.
Las limitaciones más duras
Los residentes han sido el colectivo con mayores restricciones de toda la sociedad en esta crisis sanitaria. Hasta hora tenían fijado un máximo de dos visitas semanales, siempre con el mismo familiar. La reducción de los contactos para protegerse del virus ha tenido efectos devastadores. En muchos centros -los que no tienen un espacio acotado para pasear- los mayores no han pisado la calle, salvo en los periodos excepcionales en los que se han permitido los paseos terapéuticos, apenas unas semanas en el último año. Incluso en las pasadas navidades, el régimen de contactos fue muy limitado. Se abrió a un segundo familiar entre el 24 de diciembre y el 6 de enero, pero se mantuvieron las principales restricciones. Solo unos pocos residentes pudieron comer o cenar con sus allegados. El 7 de enero volvió el cerrojazo.
Esta esperada orden foral viene acompañada de otra que «ratifica la necesidad de mantener las medidas para la prevención y contención de la entrada del virus en los centros». «Deberán continuar adoptando las medidas organizativas, de prevención e higiene ya vigentes», reclama Acción Social. «Cada centro elaborará un documento con el protocolo detallado para las salidas y visitas» y «se mantendrán las unidades convivenciales».
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