La autopsia confirma la presencia del virus en un paciente fallecido en Valencia el 13 de febrero

Poco antes de conocerse este caso, el Gobierno anunciaba las primeras medidas ejecutivas para tratar de frenar la expansión del coronavirus, limitando las concentraciones deportivas multitudinarias en las que haya seguidores provenientes de países de riesgo, particularmente italianos. Por el momento, Moncloa se niega a activar más alertas «efectistas», tales como la suspensión de la actividad escolar o de partidos de equipos nacionales, e insiste en mantener el actual escenario 1 -denominado técnicamente de contención-, a pesar de que los enfermos alcanzaban al cierre de esta edición la cifra de 170, siete de ellos graves, y que el COVID-19 ha llegado ya a un colegio de Madrid.

Sanidad estableció que los partidos de «competiciones profesionales» en los que «se espere una alta presencia de aficionados» de las zonas de riesgo del planeta se jugarán a puerta cerrada. En cambio, se podrán celebrar competiciones deportivas de «impacto reducido», en las que se pueda hacer un «seguimiento activo» de las delegaciones deportivas.

La segunda medida decretada por el Gobierno fue la prohibición de todos los congresos y cursos que impliquen a profesionales sanitarios, como ya habían recomendado diversos colegios profesionales, después de que trece trabajadores sanitarios hayan resultado infectados en Andalucía, País Vasco y Madrid.

Fueron las dos primeras decisiones de calado del Gobierno tras otra jornada en la que el coronavirus no dio tregua. La epidemia llegó a los 171 casos (contado el mortal de Valencia), después de que ayer se detectaran nuevos positivos en nueve comunidades. Solo Murcia, Galicia, Aragón y las dos ciudades autónomas se libran de esta epidemia, que está sacudiendo con especial virulencia a la Comunidad de Madrid: tras 27 nuevos casos en 24 horas, ya suma 56.

La situación en la capital se volvió todavía más delicada tras confirmarse que un profesor de 60 años del colegio Santa María la Blanca del barrio de Montecarmelo, y que permanecía ingresado en la UCI por neumonía desde el pasado 25 de febrero, diera positivo. La imposibilidad de frenar la escalada de casos en la comunidad relacionados con el foco primario en Torrejón de Ardoz, junto con la situación en Euskadi, donde hay 220 personas en aislamiento, entre ellas un centenar de profesionales sanitarios relacionados con el foco del hospital de Txagorritxu, en Vitoria, constituyen ahora el mayor desafío.

Las autoridades sanitarias, sin embargo, sí parecen tener éxito en la contención de COVID-19 en tres de las autonomías en las que empezó con fuerza su propagación: Andalucía, Cataluña y Canarias, donde el aumento de casos ha pasado a ser residual.

El otro dato para el optimismo moderado es que los positivos no están creciendo de forma exponencial. El pico máximo, con más de 42 nuevos casos en un día tuvo lugar el pasado lunes. Las cifras de ayer fueron similares.

Con todo, la actual distribución de los casos es: 56 en Madrid, 19 en la Comunidad Valenciana, 18 en Cataluña, 13 en el País Vasco, 13 en Andalucía, diez en Cantabria, ocho en Castilla y León, ocho en Canarias, siete en Castilla-La Mancha, seis en Extremadura, tres en Baleares, tres en La Rioja, dos en Navarra y dos en Asturias. Dos pacientes ya fueron dados de alta.