La vacuna Curevac supera los ensayos en Euskadi a la espera del aval europeo

La crisis sanitaria actual desató una carrera investigadora en todo el mundo en busca de una solución terapéutica frente al Covid-19 y en Biodonostia también han pisado el acelerador. El pasado mes de enero, el instituto donostiarra, junto al Hospital Universitario Donostia y las OSI de Gipuzkoa, comenzaron a reclutar voluntarios para participar en el proceso que la farmacéutica alemana Curevac enmarca en la tercera y última fase de las pruebas que hacen falta para que la autoridad reguladora del medicamento dé su aprobación al nuevo fármaco. Hito que, según estima Arrizabalaga, «será para mediados de junio».

Este fármaco se basa en el mecanismo de ARN mensajero que estimula el sistema inmunitario, es decir, el mismo que emplean Pfizer y Moderna. Sin embargo, Curevac consigue superar uno de los principales obstáculos ya que sus condiciones de mantenimiento (a 5 grados), facilitan la logística de su distribución.

En Gipuzkoa, de las 1.372 personas que se apuntaron para participar en este estudio internacional -con 33.500 voluntarios- acudieron 1.075, de los que 79 no pudieron entrar en el ensayo, por lo que en total han sido 996 guipuzcoanos a los que se les ha inoculado la dosis de la vacuna o del placebo (suero salino que no tiene ningún efecto). La vacunación comenzó el pasado 8 de febrero y la EMA empezó el análisis de los datos en tiempo real. Sobre los primeros resultados del ensayo, Arrizabalaga no aporta mayores detalles aunque señala que «pensábamos que iba a haber bastantes más efectos adversos pero está habiendo muy pocos». Una vez que la EMA analice todos los datos, «que podrían estar para la próxima semana y se espera que van a ser muy buenos», la vacuna podría tener la aprobación de emergencia -como la que han obtenido las vacunas de Pfizer, Moderna y Janssen- a mediados de junio. «Estamos muy ilusionados», destaca.

La irrupción del virus ha mostrado la «importancia» de los estudios clínicos, que la mayoría de las veces se materializan en la obtención de nuevos fármacos o vacunas. En estos momentos, un total de 1.468 vascos participan en 30 ensayos clínicos con medicamentos para el estudio y tratamiento del coronavirus que se están desarrollando en los Institutos de Investigación Sanitaria Biodonostia, Bioaraba y Biocruces Bizkaia, y sus respectivas OSI. Concretamente, en el centro donostiarra están llevando a cabo once investigaciones clínicas, cinco de ellas ensayos con medicamentos, asociadas al virus. Según destaca su director científico, «el más potente es el de Curevac, que es un ensayo clínico puro y duro, lo único que en vez de un medicamento se prueba una vacuna».

El ensayo clínico supone la última zancada en la carrera de fondo para llegar a poner en circulación un nuevo medicamento o una vacuna, y gracias a esta labor científica se sabe «mucho más» acerca del Covid. «Estamos viendo la luz», dice este experto, aunque destaca que «todavía hay que hacer mucha investigación y seguimiento. Hay aspectos importantes que en el futuro se van a ir viendo, como el uso de la vacuna en niños y embarazadas, en gente inmunodeprimida o en colectivos que hasta ahora no han entrado en los ensayos.