La UE confirma que un popular crecepelo puede inducir al suicidio

De nombre comercial Propecia, la finasterida comenzó a recetarse en los años 90 como tratamiento contra la Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP) -aumento del tamaño de esta glándula en hombres de edad avanzada-, pero con los años se ha convertido en efectivo crecepelo por su probada acción contra la caída del cabello.

El prospecto ya advierte que los medicamentos con finasterida pueden producir «cambios de humor, como depresión, estado de ánimo deprimido e ideación suicida». En este sentido, advierte que los pacientes que experimenten cambios de humor «deben consultar a un médico y, si toman finasterida de un gramo, también deben suspender el tratamiento».

En la información de finasterida 1 mg se alertará a los pacientes sobre la necesidad de buscar asesoramiento médico si experimentan problemas con la función sexual (como disminución del deseo sexual o disfunción eréctil), que son efectos secundarios conocidos del medicamento y pueden contribuir a cambios de humor.

Pese a todo, el PRAC, el comité que se encarga de evaluar todos los aspectos de la gestión de riesgos de los medicamentos de uso humano, concluyó que «los beneficios de estos medicamentos siguen siendo mayores que sus riesgos para todos los usos aprobados».

La revisión identificó 325 casos relevantes de ideación suicida, 313 para finasterida y 13 para dutasterida. Estos episodios se consideraron «probable» o «posiblemente relacionados» con el tratamiento, y la mayoría correspondían a pacientes tratados por alopecia. Estas cifras se consideraron en el contexto de una exposición estimada de alrededor de 270 millones de pacientes.

La Plataforma de Afectados por Finasteride (PAF) celebra el pronunciamiento de la EMA, aunque lamenta que no se haya prohibido el medicamento. La alopecia androgénica es la forma más común de pérdida de cabello. Afecta sobre todo a los hombres, pero desde la incorporación de la mujer al mundo laboral es cada vez más común en ellas.