Los suicidios se multiplican cada vez que algún famoso se quita la vida
Un estudio demuestra que los intentos de autolisis crecieron de forma significativa tras la muerte del actor Robin Williams y otras ocurridas con posterioridad
Los suicidios se contagian igual que una infección. Esa es la conclusión a la que llega un innovador estudio realizado por la Universidad de Columbia, ... en Estados Unidos, que demuestra cómo los intentos de autodestrucción llegaron a multiplicarse, incluso hasta por mil, después de que varios famosos se quitaran la vida, entre ellos el actor Robin Williams.
Durante décadas, los medios de comunicación del mundo entero decidieron dejar de informar sobre los suicidios, daba igual que fueran de rostros populares o personas anónimas. Lo hicieron por recomendación de la Organización Mundial de la Salud, que entonces entendía –como se ha visto en este trabajo– que este tipo de noticias favorecían un efecto contagio. Cuanto más se habla de ello, más casos se registran. Ese criterio, sin e mbargo, ahora ha cambiado.
La OMS considera ahora, desde hace varios años, que las informaciones sobre suicidios pueden contribuir a prevenirlos. La diferencia entre que los fomenten y los eviten estriba en la forma en que se comuniquen, según considera la institución internacional con sede en Ginebra, que ha publicado ya su cuarta revisión sobre la manera de tratar esta información.
Como la gripe o el covid
De eso mismo habla el trabajo de la Universidad de Columbia, que analiza la muerte del protagonista de 'Despertares' y 'La señora Doubtfire', registrada en 2014, y otras dos más ocurridas con tres días de diferencia cuatro años después. La diseñadora de moda Kate Spade, creadora de los bolsos elegantes y de calidad, se quitó la vida el 5 de junio de 2018, víctima de una depresión profunda. El restaurador neoyorquino Anthony Bourdain, un hombre reconocido en todo el país por su trabajo no solo en los fogones, sino también como presentador de televisión y escritor de éxito, fue víctima de la misma enfermedad, apenas unos días después.
El trabajo demuestra que el deseo de poner fin a la vida se expande entre las personas vulnerables igual que una infección
El trabajo que publicó ayer la revista 'Science Advances', está firmado por un experto internacional en Salud Pública, Jeffrey Shaman, que se hizo muy conocido por desarrollar modelos para el estudio de epidemias, que se han aplicado frente a la gripe y la pandemia de covid 19. El experto demuestra con este trabajo que si las noticias sobre suicidios no se ajustan a determinados criterios informativos, el efecto que se consigue es el indeseado. Los intentos por quitarse la vida y las muertes se multiplican, porque, según explica, el 'contagio por suicidio' replica el mismo modelo de expansión de la enfermedad de las infecciones. Con cada 'celebridad' que se quita la vida no sólo crece el deseo por hacerlo en personas susceptibles de cometer algo así (la ideación), sino también los hechos consumados.
Cómo se produce el 'contagio'
El trabajo se basó en la información recopilada a través de dos fuentes de datos, las llamadas de auxilio recibidas en la Línea Nacional de Prevención del Suicidio (988 Lifeline) y los datos de mortalidad registrados por el Sistema Nacional de Estadísticas Vitales, un servicio de un centro público similar al INE español. Los resultados obtenidos no dejan lugar a dudas. Tras la desaparición de Robin Williams, se multiplicó por mil la tasa de contagio, una referencia que también incluye la probabilidad de que un posible suicida idee su muerte. Las llamadas al 988 también crecieron de forma exponencial.
El mismo fenómeno se repitió con Spade y Bourdein, aunque las cifras de la 'epidemia' se redujeron en esa nueva ocasión a la mitad. En ambos casos, el 'efecto contagio' se prolongó durante dos semanas. A partir de ahí, la ola decayó para volver a unos niveles más estandarizados.
Los investigadores consideran que el modelo desarrollado puede servir para proporcionar estimaciones en tiempo real del impacto que la muerte de una persona famosa puede tener en personas vulnerables. El control de ese parámetro podría permitir la organización de una «respuesta rápida orientada a prevenir el suicidio», destacó Jeffrey Shaman.
Los problemas de salud mental suelen pasar desapercibidos entre los jóvenes más vulnerables
La producción científica dirigida a la prevención del suicidio ha vuelto a llamar la atención esta semana sobre la necesidad de proteger a niños, adolescentes y jóvenes. Las carencias sociales existentes se han puesto de manifiesto a través de dos trabajos diferentes, que llegan a conclusiones muy parecidas. Ambos trabajos están realizados en Estados Unidos, pero la realidad de allí no dista demasiado de la que se vive en España, según han puesto de manifiesto en reiteradas ocasiones expertos tanto médicos como del ámbito asociativo.
Una de esas investigaciones advierte de que, con muchísima frecuencia, los problemas de salud mental de los jóvenes más vulnerables suelen pasar por completo desapercibidos por las familias, personal docente y profesionales sanitarios. Tres de cada cinco jóvenes que se quitaron la vida en EE UU no tenían un diagnóstico previo de salud mental, según un estudio publicado en 'JAMA' (la revista oficial de la Asociación Médica Estadounidense). Los científicos analizaron, en este caso, más de 40.000 informes de niños y jóvenes con edades comprendidas entre los 10 y 24 años.
Otro trabajo alerta de que la tasa de suicidio entre los preadolescentes –los chicos y chicas de 8 a 12 años– ha aumentado un 8% anual desde 2008. Las cifras son menores que entre los adultos, pero más significativas entre las niñas, negros e hispanos.
Cuando se camina por la cuerda floja de la incertidumbre
El suicidio o el deseo de llevarlo a cabo no es el resultado de una causa única. Los autores del informe sobre el impacto social que tiene este fenómeno cuando sus protagonistas son gente famosa lo dejan claro en su estudio. Quien opta por una solución tan dramática es porque lleva tiempo sumido en la desesperanza, comido por la ansiedad, sintiéndose agotado y sin capacidad para tomar decisiones desde la racionalidad.
Está demostrado, sin embargo, que el suicidio se ve favorecido por la proximidad de los casos. Cuando alguien cercano opta por la muerte como salida, quien camina por cuerda floja de la incertidumbre también se lo plantea. Esa es la razón por la que la OMS considera que tan importante cómo informar es saber cómo hacerlo de forma correcta.
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