La situación de los trasplantes en Euskadi: muchos donantes y listas de espera reducidas
«La situación de los trasplantes en Euskadi es buena y no sería necesario plantearse recurrir a órganos de animales», asegura el doctor Javier Bustamante Schneider, especialista en Hepatología y Trasplante hepático del Hospital de Cruces e investigador del IIS Biobizkaia de Osakidetza. Si España está a la cabeza en los rankings mundiales de donación de órganos, los datos del País Vasco son mejores incluso que la media nacional. Si en el conjunto del país la media de donantes es de 48 por cada millón de habitantes, en Euskadi es de 56. «Esta cifra multiplica por cinco las cifras de Alemania (11), triplica las del Reino Unido (20) y dobla las de Francia (20)», destaca el especialista.
Más datos avalan la buena situación del terrritorio. Uno es el de las listas de espera. Los pacientes que necesitan un hígado o un riñón -son las operaciones que se realizan en Euskadi, ambas en el hospital de Cruces; también se hacen operaciones de médula, en este caso en el Hospital Donostia- «solo esperan entre cuatro y seis semanas», subraya el doctor Bustamante. Y de media, en esas listas figuran entre 10 y 15 personas, según los datos del experto.
Trasplantes desde 1996
Las cifras de supervivencia tras las intervenciones distan enormemente de las conseguidas con los xenotrasplantes. El primer hombre con un corazón de cerdo logró sobrevivir dos meses. Aquí las estadísticas reflejan que un 96% de los trasplantados sobreviven el primer año, un 83% a los cinco años y un 70% alcanza los diez. «Casi todos los pacientes que necesitan un órgano en Euskadi o reciben, tienen que esperar poco para la intervención y presentan unas tasas de supervivencia muy altas», resume Bustamante.
Las operaciones de trasplante de órganos comenzaron en Euskadi en 1996. Desde entonces se han realizado 1.700 intervenciones de hígado y riñón. «El mensaje que hay que trasmitir es que dos tercios de los trasplantes se hacen necesarios por factores como el alcohol y la obesidad. Con una vida saludable serían evitables».