Sagardui achaca a la descoordinación las vacunaciones irregulares y rechaza dimitir

Amaia Martínez, de Vox, dice que «se esconde la cabeza debajo del ala» y pide «que se detalle el protocolo de vacunación». Critica que los cargos vayan a recibir la seguna dosis. Y pregunta si la consejera es la responsable de la campaña de vacunación y pide que ordene una investigación externa, imparcial. «Usted es consciente de que no ha estado a la altura y solicitamos que usted dimita o si no que el lehendakari la cese».

Se ha abierto un expediente informativo para saber por qué no se registró la vacunación en esos cuatro casos y en ese momento, dice.

Ubera pide conocer los criterios sobre el reparto de vacunas. Por qué se mandan tantos a un centro y tantos a otro. Pero pide que reflexione si sigue en condiciones de seguir en el cargo. Asegura que podría haber pedido perdón. Quiere saber cómo se reparten las vacunas y si los cargos que se han vacunado saltándose el supuesto protocolo van a recibir una segunda vacuna. Y quiere saber si la miembro del Labi que trabaja en Basurto en una jefatura  debiera ser, por prudencia, apartada de momento del Labi, ya que son ellos los que deciden las medidas para toda la sociedad y se les requiere honestidad. También quiere saber si los miembros del Labi se han vacunado.

Sagardui explica que el día 3 de enero ya existían los criterios generales. Primero personas residenciadas y personal sociosanitario, y después personal sanitario en primera línea. En Santa Marina, ya eran conocidos los criterios por toda la organización. Sagardui reitera que ella no sabía de la vacunación masiva. Que Sabas le comunicó que se iba a proceder a la vacunación en el hospital y que ella sigue pensando que se va a vacunar al personal de primera línea. Y el 18 de enero, se preocupa al ver el incremento de casos covid en Santa Marina y Sabas le dice que el día 19 se va vacunar a todo el personal. Y que el día 19 le comunica por la tarde que se ha vacunado a todo el personal y ella, dice, ve que son más de 500 personas. A primera hora del día 20 se le pregunta quién se ha vacunado y si él ha recibido dosis. La respuesta fue que sí. Tiene responsabilidad, dice, y por eso, toma decisiones y no hay impunidad. Por eso, ha dicho, seguirán con la vacunación y los profesionales seguirán recibiendo su dosis. En ese orden de priorización de las vacunas, explica, no aparecen los gerentes.

Hernández, de Elkarrekin Podemos, dice que su interés por la pandemia es el mismo que la semana pasada, pero que no dispone del tiempo suficiente y que les ha acusado de que no les interesa la situación de la pandemia. Explica que el otro tema no está zanjado y que quiere replantear algunas preguntas. Ha habido muchos fallos en el Departamento, dice, y sigue habiendo versiones contradictorias. Explica que hay una versión en la que se dice que ella sabía lo que estaba ocurriendo en Santa Marina y que si fuera cierto, ella debería dimitir y que por ello, ella debería demostrar que eso no es cierto. «A mí su dimisión no me aportaría nada, le seguiría otra persona, queremos saber qué es lo que ha sucedido exactamente. Se ha dicho que por qué tenemos que creer a la prensa o a Sabas, y tampoco tenemos por qué creer al departamento, por eso es importante una comisión de investigación porque las cosas no están claras. El Departamento está fallando». Tiene la sensación de que más allá de las responsabilidades políticas, han tenido falta de control con las vacunas.

Rebeka Ubera, de la coalición abertzale, critica que la consejera no ha respondido a ninguna de sus preguntas. Pregunta si el miembro del Labi se vacunó en otro momento. Critica que la gestión de las vacunaciones está siendo una muestra de cómo se ha gestionado la pandemia, que pensaban que Osakidetza iba a presentar un plan de vacunación. Explica que la consejera ha echado balones fuera, que nadie ha asumido responsabilidades excepto Sabas y Maiz, que están fuera, y que lo ocurrido es muy grave porque las vacunas son un bien muy  preciado. Llegaron escoltadas, pero luego, ¿dónde están los ladrones? pregunta. Y critica que la consejera tiene responsabilidad, que es más importante que nunca que los responsables de Osakidetza den confianza a la ciudadanía. Critica que lo sucedido es más que una mera descoordinación. Y que lo que está pasando es que hay mucha gente que aún no tiene vacuna por culpa de su gestión y que encima critican que los grupos no están preguntando hoy por la situación de la pandemia. «Llevamos desde enero del 2020 haciendo propuestas, desde antes del primer positivo. Luego habláis de cogobernanza pero aquí no la aplicáis», critica. «Y si hay sindicalistas que se han vacunado también debieran asumir responsabilidades. Queremos datos. Pedimos honestidad», dice Ubera.

Los jefes y jefas de servicio dijo, son personal asistencial que tiene relación con los pacientes, unos más y otros menos. No hacen labores administrativas, atienden a las personas que pasan por su servicio, asegura. Los profesionales de Osakidetza, dice, son grandes profesionales.

Ubera explica que ha venido de nuevo a echar balones fuera y a poner el ventilador de caca, a tratar a los empleados de Santa Marina como privilegiados, y dice que si han recibido la vacuna antes de que otros, es por la mala gestión del Departamento, Pregunta de quién es la responsabilidad de la planificación y del reparto de vacunas. En el caso de Santa Marina, dice, la consejera ya lo sabía, según algunas versiones. Los mandos actúan como si las vacunas fueran suyas, dice. Hay mil ejemplos. Los trabajadores, dice, estaban a fuego y de repente se les han acabado las vacunas, que las tenían sus jefes. Pregunta a la consejera cuál es su mensaje para los sanitarios en primera línea. Dice que no basta con decir que es responsable de la descoordinación, porque hay mucho más que descoordinación y que lo que piden, dice, es transparencia y honestidad. Pide ver los registros de vacunaciones y saber quién decidió enviar los 100 viales a Santa Marina.

Gracias a la estrategia de Salud, dice, todos los que han recibido la primera dosis pueden acceder a la segunda y más de una cuarta parte de los sanitarios se han vacunado siguiendo el protocolo. De la descoordinación que culminó con la vacunación en Santa Marina, explica, todos nos sentimos responsables pero no puede ser que una organización completa se vacune mientras en otras no hay dosis, relata. Vuelve a defender su estrategia de guardar la mitad de las dosis. En la primera planificación estaban las OSIS y se consideró oportuno que Santa Marina entrara. La responsable de Enfermería contactó con la directora de Salud Pública para comentarle las condiciones de Santa Marina, que abordaron la vacunación masiva porque atendía a muchos pacientes. Y se acordó que había que considerar al conjunto de los profesionales, de los profesionales, y se concluyó que todos serían objeto de vacunación. A partir de aquí, explica, en lo que a Santa Marina la totalidad era la totalidad de los sanitarios, no toda la plantilla de una única vez, porque el personal ya sabía cuáles eran todos los criterios organizativos. Porque tenemos que «preservar la garantía del servicio», explica.  No se puede vacunar a más del 50% de cada grupo. «Si lo hubiéramos sabido, estaría defendiendo la continuidad en el puesto del gerente. Yo no lo sabía».

Sagardui explica que la evolución de la pandemia que ha explicado no ha suscitado interés. Los ingresos seguirán aumentando los próximos días y dice que espera que las medidas adoptadas surtan efecto y que no sea necesario pasar al escenario 4 de las UCIS. Dice que necesitamos mantener la máxima alerta y rigor en la protección individual y colectiva. Dice que Osakidetza tiene, de momento, suficientes camas de UCI y que coincide en que hay distintos ámbitos de mejora que se pueden incorporar a los protocolos, asegura. De hecho, explica, «estamos reforzando los circuitos de información para atender de la mejor forma a las necesidades de las organizaciones, faltaría más».

Finaliza la comparecencia de la consejera de Salud.

Tellería dice que mientras se siga atendiendo a noticias incompletas y todo el mundo continúe a piñón fijo y se empeñen en convertir en teatro la acción política, asegura, parece difícil que el Gobierno «pueda hacer el trabajo de reducir la pandemia y vacunar a toda la ciudadanía», critica. Pero dice que «nuestra sensación es que algún gerente ha utilizado medias informaciones para generar confusión» entre la gente, un gerente que «en ningún momento dijo que había autorizado la vacunación de sindicalistas o del personal del bar».

Garrido ha dicho que el buen nombre de Osakidetza está siendo manchado por el PNV y dice que la consejera no merece estar en el cargo. Y pregunta por qué no ha denunciado a Sabas por sus declaraciones.

Laura Garrido, del PP y Ciudadanos, explica que «lo que tiene que quedar claro es si están habilitadas para seguir en el cargo o no». Respecto a Basurto, explica, pregunta quién vacunó a los que se vacunaron. Dice que hay cuestiones que han generado más confusión. Por ejemplo, en cuanto a las personas que se vacunaron en Santa Marina, si se iban a vacunar la mitad supuestamente y no todos, por qué se enviaron 10 viales. «Estamos hablando de cosas serias, de escasez de viales, de que dificultades de conservación, de criterios de distribución y sería conveniente que detallara el proceso de reparto a las OSIS», pide. «Si se han enviado 100 viales y lo achaca a un asunto de descoordinación, no está habilitada para seguir en el cargo porque no está controlando las dosis. Esas cuestiones tienen que quedar clarísimas», dice. Respecto a las residencias, pregunta quiénes se han vacunado. Porque si los gerentes de las residencias se vacunan, Santa Marina está a medio camino y no hubiera sido raro que se vacunase también el personal directivo, 3 de cuyos 5 miembros han pàsado ya el coronavirus. Pide que se desvele el contenido de las conversaciones con Sabas. ¿Seguro que no sabía que el señor Sabas se iba a vacunar, que se iba a vacunar todo pichichi menos él?, pregunta. Y quiere detalles sobre el personal religioso, sindicalista y de la cafetería que también se han vacunado.

Dice que se vacunaron 550 personas en Santa Marina. En Basurto, explica, el 31 de diciembre se generan dos viales de excedente en las residencias de la zona. Entonces se usaban cinco dosis por vial. No se cumplió la planificación y al día siguiente se comunica la llegada de las dosis y se pide que busquen pacientes para inyectárselas, personas residenciadas o personal sociosanitario. Se empieza a buscar a mayores residenciados que estén ingresados en el hospital, y había 9 personas que cumplían ese requisito. Se ocupan una doctora de la Unidad Básica de Prevención y el subdirector de Enfermería. La responsable de Prevención no está en el centro, está de vacaciones, por lo que quien diga que ese día estaba la doctora Collazos, la responsable de Prevención y miembro del Labi, está mintiendo. «No estaba ni se vacunó esos días», explica.

El presidente abronca a Ubera porque se ha confundido en una fecha. Dice que pidió la comparecencia el día 25 y no el 21, como ella ha dicho.

Sagardui explica que no comunicó en su día en el Parlamento el inminente inicio de la vacunación porque aún se desconocía. Los protocolos en los centros de personas mayores, dice, no son los del personal sanitario. Las residencias se consideran burbujas y todos los profesionales que están en el mismo se vacunan, también los gerentes. Pero allí también se han hecho las vacunaciones de forma paulatina, no a más del 50% del personal.

Sagardui defiende su gestión. «En cuanto tuvimos conocimiento del incumplimiento, actuamos con celeridad. 11.300 personas sanitarias han recibido la primera dosis de vacuna. Santa Marina fue un error. Estamos mejorando los protocolos y toda respuesta es bienvenida. Hemos revisado la coordinación y tenemos que seguir con la estrategia y si hubiera otra actuación irregular», dice, se actuará. «Vamos a continuar con la vacunación del resto y estaría finalizada hacia la tercera semana de febrero siempre y cuando se reciban las dosis comprometidas». Y después se vacunaría al de primera línea de la sanidad privada y al de las personas mayores de 80 años. Todas las vacunas, dice, serán administradas garantizando la segunda dosis. Y efectivamente, explica, cuando se ha conocido que no se ha cumplido el protocolo, se han adoptado medidas al efecto.

El presidente de la comisión explica que se habían canalizado cinco solicitudes de comparecencia y que por eso se han producido esta mañana las explicaciones en este foro. Vuelve a tomar la palabra Sagardui.

Toma la palabra Rebeka Ubera, de EH Bildu, que censura la actitud de la consejera por comparecer en esta comisión de salud y ´«hacer un totum revolutum». Dice que es triste y que con la situación que hay en esta pandemia, es muy grave que la consejera haya ocultado que no se hayan cumplido los protocolos con todas las consecuencias que ello implica y que todo esto podría haberlo contado el viernes. Dice que no cree que la consejera cumpla los requerimientos para no seguir en el cargo porque tanto el viernes como hoy ha reiterado que no dio permiso para la vacunación a toda la plantilla y que sigue habiendo dos versiones contradictorias. Pregunta que cómo puede decir que no sabía que se iba a vacunar a toda la plantilla si habló con ella y si le ofreció que acudiera junto a la prensa y si se enviaron 100 viales. Pregunta quién decidió el envío de 100 viales al centro entonces. Ubera dice que los errores se pueden perdonar pero que las mentiras no se pueden consentir y que son muy graves, porque en estos momentos, la confianza es más importante que nunca, explica.

No es el momento de sentir pena y rabia, dice, es el momento de saber la verdad.

Hernández dice que el Gobierno solo ha puesto el foco en estas dos personas, pero que han rebajado con sus explicaciones el por qué. Pide más detalles y cree que la versión del «teléfono escacharrado no es verosímil». Pregunta si se registraron esas vacunaciones y asegura que es llamativo que se dieran sin él y quién lo decidió. Son preguntas «que se deberían responder» y es «llamativo que alguien como Maiz pudiera decidir tomar este tipo de decisiones con una sensación de impunidad». Hernández pregunta si el Departamento no había previsto ya otro destino para las dosis sobrantes. Y también pregunta si cuando ya se informó de que se iba a vacunar a todo el personal en Santa Marina, si no se preguntó en ningún momento a quiénes, ni en qué momento. Hay un video, dice, que da verosimilitud a Sabas, porque si hubiera sabido que no estaba cumpliendo el protocolo, no se entiende por qué se dejó ser grabado. Pide que asuman las responsabilidades que se deban asumir. Dice que están interesados en que se sepa realmente la verdad.

Desde Elkarrekin Podemos, Jon Hernández pide aclarar si el Departamento estaba al corriente de que se iba a vacunar de aquella manera en Santa Marina. Hay informaciones, dice, que apuntan en diferentes direcciones y es fundamental que se aclaren las cuestiones y que por eso han estado pidiendo una comisión de investigación en el Parlamento vasco, porque tenemos «su versión» y hay que «escuchar e investigar» porque hay diferentes versiones. Las vacunas, dice, son autorizadas por la consejera y quiere saber si hay vacunas que se autorizan sin su consentimiento. Dice que es importante saber si ella estaba al tanto, porque si lo estaba, le correspondería dimitir. Podemos cree que sus explicaciones no son convincentes y que todo apunta a que hubo «un teléfono escacharrado» y dice que hay que conocer en mayor medida qué pasó, y por qué se sorprendió cuando fue informada de que por la noche, se habían vacunado más de 505 personas en Santa Marina. Es importante, dice, una comisión de investigación y que la que ha hecho Osakidetza pueda ser imparcial. «Lo más limpio es que este Parlamento despeje cualquier duda y que quien tenga responsabilidad, la asuma, y quien no la tenga, pueda estar libre», asegura.

Garrido asegura que si ella ha hecho dimitir a Sabas habiendo autorizado esta vacunación, dice, está claro que ella tiene que irse también, dice Garrido.

Parte de su trabajo, dice Garrido, es controlar el proceso de vacunación. Pregunta si Sabas la había informado a ella personalmente y pide que desvele el contenido de la segunda conversación con él. Pregunta si supo por la mañana o por la noche de que se iba a vacunar toda la plantilla. Si no es así, explica, ¿por qué se enviaron tantos viales? ¿Por qué se grabó el gerente si pensaba que no estaba autorizado para vacunarse?, pregunta Garrido.

Desde el PP, Laura Garrido también condena los ataques a la Policía. Dice que espera que de esta comparecencia quede claro lo ocurrido, así como qué otros altos cargos se han vacunado sin que les correspondiera. Debe quedar claro si alguien conocía estos hechos antes de que se produjeran, si se iba a vacunar al gerente o no. Es importante, dice, que responda a las siguientes preguntas. El 3 de enero, domingo, sobre las 10 de la noche, varios directivos y profesionales se vacunaron con un miembro del Labi y no se produjo al registro de estas vacunaciones, y quiere saber quién organizó esta vacunación y quién administró estas dosis o si se siguieron los canales habituales. Después, quiere saber lo ocurrido en Santa Marina, donde se vacunó a 505 personas, un hospital que alberga a más pacientes covid que otros, que queden claros los criterios de excepcionalidad que se han podido seguir. Quiere saber qué directivos de residencias se han vacunado, el proceso de asignación de vacunas a cada OSI y quién decide el número de las que se envían. Dice por qué se enviaron 100 viales a este hospital. ¿Cómo hay un desfase y se envió ese número tan alto de viales si no se puede vacunar a toda la plantilla, a 505 personas?

La improvisación es su seña de identidad, denuncia. «La gente ya no confía en usted y la suma de estas variables solo da un resultado, la dimisión».

Toma la palabra Amaia Martínez, de Vox, que condena los actos violentos e irresponsables. Explica que hay dos certezas. Una, que Sagardui es la máxima responsable de la campaña de la vacunación y del protocolo, que se ha incumplido y que hay varias personas que se han vacunado cuando no les tocaba. En Santa Marina, dice, el gerente asegura que ella estaba al corriente de sus planes y que le dejó hacer y que le planteó difundir la vacunación masiva en los medios. Critica que ha hecho dejación de sus responsabilidades y que le hizo dimitir para salvar su imagen. En Basurto, dice, un grupo se reunió en secreto y es posible que la miembro del Labi estuviera al tanto. Maiz, dice, además, mintió a su gente, dice, y que ocupara ese puesto también es responsabilidad de Sagardui. «Siempre ha hecho bandera de la gestión vasca de la pandemia, pero usted es responsable del protocolo y si se incumple, la primera responsable es usted. La semana pasada se limitó a dar carpetazo al asunto con una frase, un cese y una dimisión. Usted ya está desacreditada», explica.

Quienes hoy chapotean, dice, se arrepentirán de no haber colaborado con el Gobierno, dice Tellería.

Tellería anima a Ana Collazos, miembro del Labi, que asegura, ha sido vapuleada por la oposición de forma pública.

Laura Garrido y Rebeka Ubera se quejan porque Tellería, dicen, se está metiendo con los grupos parlamentarios.

Tellería también destaca la falta de ética y de solidaridad que ha supuesto que algunos partidos no condenen disturbios que ponen en riesgo la salud de todos. Las actitudes de los gerentes, dice, son punibles, y en el momento en el que son punibles y están cargados de falta de ética. y son reprochables porque ellos ya conocen las normas de aplicación, defiende. El PNV quiere trasladar que valora que a partir de un medio de comunicación se pusieron al frente de la investigación en Basurto.

Tellería destaca que se puede llegar a entender que se produzcan errores o descoordinaciones, pero que no se puede permitir que representantes sindicales y gerentes se apliquen la vacuna. A partir de ahí, cree que la oposición no se dará por satisfecha porque su labor desde la pandemia es «zancadillear» al Gobierno. Habla que a través de un caso de falta de ética, han tratado de causar alarma en la sociedad.

Luis Javier Telleria, del PNV, quiere reiterar su llamada a la sociedad vasca, para que continúe cumpliendo las medidas de prevención por la situación de los hospitales por cansados que nos podamos encontrar. A partir de ahí, explica, quiere agradecer su agradecimiento a todo el Departamento. Conociendo como conoce de momento Osakidetza, le maravilla que descoordinaciones y errores sean las excepciones. Dice que se sorprende del buen funcionamiento del sistema en tantas cosas, que llevan a que sea el servicio mejor valorado por la ciudadanía. Dice que han hecho un buen trabajo y que han traído unas conclusiones con las que se sienten satisfechos, en las que cuentan lo que ha ido ocurriendo y que el cese y la dimisión son consecuencia de saltarse el protocolo. Lo ocurrido en Santa Marina deviene de interlocuciones interpretadas erróneamente, asegura, que derivaron en una descoordinación.

Rico defiende que una cosa es la plantilla y otra cosa son los gerentes y que no vale ninguna excusa. Cuando no se cumplen los protocolos, explica, hay que asumir responsabilidades. Hay que respetar las normas y quienes se han saltado el orden, dice, no han cumplido con su deber. Las vacunas, dice, deben llegar antes a quienes más se necesita. En el ámbito de la investigación, dice, deben depurarse los protocolos y en ellos no entran los cargos directivos. Pide que se depuren las responsabilidades oportunas. El PSE va a proponer que ninguna vacuna se pierda pero que con las dosis sobrantes no pueden vacunarse directivos.

Los grupos tienen ahora 10 minutos. Desde el PSE, Ekain Rico toma la palabra. Explica que en cuanto a la pandemia, les preocupa la previsión de ascenso y el incremento de la presión, así como el incremento de la transmisión comunitaria. Cree que hay que trabajar de forma importante para parar los contagios. Hay medidas adoptadas, dice, como el confinamiento perimetral y tenemos que seguir llamando a la concienciación ciudadana. Explica que desde el PSE, respecto a la actitud de la ciudadanía, quiere destacar la ejemplaridad de la mayoría y condenar los disturbios y los enfrentamientos violentos. Reitera su reconocimiento y a apoyo a la Policía, que «fue agredida». Ahora comienza a hablar de las vacunaciones irregulares. Asegura que en otros lugares hay responsables políticos que se han vacunado y que siguen en sus puestos y que aquí no es así. El jueves, dijo, Sabas dio una entrevista en un medio que generó críticas políticas sin esperar a la comparecencia de la consejera.

La vacunación masiva en Santa Marina fue un error, asegura, del que se siente responsable. Desde uno y otro lado, dice, estábamos hablando de cosas diferentes.  Pronto se corregirá la descompensación de la vacunación en distintos centros, explica, y se mejorarán los canales de comunicación y de coordinación. Para nosotros, dice, era importante llegar al Parlamento lo antes posible para explicar la situación. A estas alturas de la pandemia, dice, ya se sabe el orden de preferencia de las vacunas. El personal directivo no aparece en esa lista y de las más de 51.000 vacunas, 11.360 se han puesto a personal sanitario cumpliendo los criterios salvo en muy pocos casos. En cuanto Osakidetza lo supo, actuó con celeridad y en pocas horas estas personas estaban fuera de la organización. Dice que «seguimos atentas» al plan de vacunación y a que no se produzcan más irregularidades, apunta.

La consejera ha investigado todos los centros, explica. Y pasa a explicar. En Tolosaldea , los viales ya abiertos se enviaban al ambulatorio y se inyectaban a personal sanitario. El 8 de enero, solo había dos dosis y se llamó a las oficinas de la OSI y se ofreció al personal sanitario que había. El único personal eran el gerente y la jefa de unidad de gestión, pero no se considera reprobable porque se respetó el orden y estaban a punto de caducar. En Debabarrena , se han vacunado directivos porque se considera que también realizan actividad asistencial. Hechas estas consideraciones, pasa a las conclusiones, dice. En este momento, la sociedad ya sabe el orden de la vacunación, explica. Las vacunas se han dado a sanitarios y se han dado muy pocas veces sin cumplir los criterios, defiende.

En Santa Marina, se concluyó que se vacunaría a todo el personal, a quien se considera de primera línea, Pero en lo que a Santa Marina se refiere, la totalidad era la totalidad de los que atienden a los ingresados, aunque no a la vez. El 14 de enero, explicó, hay una solicitud de vacunas y se autoriza la vacunación, pero no se sabía que se habían pedido vacunas para todo el personal, asegura. La cuestión es qué se hizo con todas. 16 se dieron a personas que no correspondían, algunos no adscritos al centro: sindicalistas, religiosos, de la cafetería, dos de vending y otras dos a una empresa de paquetería . Esto, unido a lo poco ejemplar del uso de las vacunas entre directivos, es lo que derivó en la dimisión de Sabas, explica. Es decir, no se cumplió el protocolo en ningún caso porque se suministró a personal no asistencial.

Después dice la consejera, se le preguntó si él estaba dentro también de toda la plantilla. No se cumplían los criterios señalados, explica. Puestos en comunicación con Sabas, le preguntamos si él se incluía entre todos y dijo que sí. Así que se le pidió su renuncia. Hay gente que necesita la vacuna, dice la consejera. El día 20, explica, se inició la recogida de información. Con respecto a Santa Marina, explica, no depende de ninguna OSI y todo se articuló con su departamento de Recursos Humanos. Los días previos al inicio de la vacunación, distintos responsables habían propuesto que el centro fuera objeto de una vacunación masiva porque atiende a gente muy vulnerable.

Primero, se pidió la dimisión del gerente y el día 20 se le cesó, También se abrió un expediente informativo para saber por qué no se registraron las vacunas tal y como se impone en el protocolo. Se registró por orden de la directora el día 19 de enero. Se ha decidido abrir un expediente informativo. Ese mismo día, el director gerente de Santa Marina dice que ya han vacunado a más de 200 personas con los criterios establecidos y a las diez de la noche, escribe a la directora y a la consejera. Ahí, dice, nos sorprendimos porque «no era normal administrar dosis a tantas personas y había una instrucción en la que no se planteaba vacunar a toda la plantilla, y otra en la que se plantea que no se puede vacunar a más de la mitad de la plantilla» , explica la consejera.

Aquí, explican, no figuran cargos directivos. Y se informa que en la Intranet hay guías y otra documentación. En la documentación se señala que la vacunación debe seguir los criterios siguientes: incluir en la fase inicial a una parte de cada servicio o cada unidad, que no debe ser del más del 50% de cada unidad, porque si por la razón que fuera se produjera algún efecto adverso, no se vería afectada la totalidad de la plantilla. El 14 de enero se comunica el inicio de la vacunación y el día 15 comienza en Cruces, Basurto y Urduliz en Cruces. Hubo responsables que según protocolo, recibieron la dosis. El 19 de enero, un medio se puso en contacto con el departamento para alertar de vacunaciones en Basurto y realizadas las llamadas oportunas, se supo de la vacunación irregular de 4 personas, entre ellas el del gerente. Hubiera sido más adecuado ofecer la vacuna a personal de la UCI. En cualquier caso, el director gerente no atiende a pacientes y debiera haber indicado la vacunación al resto de sanitarios o consultar con la dirección general. Las vacunaciones no se registraron, tal y como se debió. La información se guardó en otro registro y se registró el 19 de enero.

Los responsables de Osakidetza no supieron de esto hasta el 19 de enero. Cuando Euskadi recibe el día 13 las primeras dosis de moderna, Osakidetza informa que arrancará la vacunación de profesionales los próximos días y adjunta un documento con criterios: debe vacunarse primero al personal en primera línea, después los que atienden a pacientes vulnerables y por último lugar, otro personal y subcontratas.

El 27 de diciembre, llegan a Álava las 405 dosis y se realiza la vacunación en 3 residencias, una por cada provincia. Y el 29 de diciembre, explica, 2 días más tarde, Euskadi recibe 15.600 dosis. El día 30 se inicia la vacunación masiva y el 31 de diciembre, se genera el primer excedente en las residencias y dos viales se devuelven a Basurto, al hospital. El excedente se produce porque no siempre se cumple con la planificación. Y se comunica al día siguiente su llegada a la delegada de Prevención y al gerente para que busquen pacientes a quienes se puedan aplicar, y para entonces ya se conocían los protocolos, asegura. Encuentran a 9 personas ingresadas residenciadas y una doctora de Prevención y el subdirector de Enfermería se ocupan de administrarlas. El 3 de enero, se administran a 6 de ellas y quedan 4 vacunas disponibles que hay que usar o desechar ese día. Las dos personas se plantean ponérselas a personal sanitario y deciden ofrecer la vacuna a responsables de servicio con más contacto con personas infectadas, enumera Sagardui.

Comienza a hablar sobre las vacunaciones irregulares. La semana pasada, explica, dio cuenta de un cese y de una dimisión por vacunarse cuando no debían. Si hay algo que a estas alturas se sabe, es el orden de preferencia de las vacunas, dice. Asegura que se han revisado los protocolos y explica que éstos están claros y son transparentes: primero deben ponerse a los profesionales en primera línea. Y ahora trae los resultados de la investigación, Explica que los gerentes son los responsables de la vacunación en sus centros y que se espera de ellos que cumplan con los protocolos. Lamentándolo mucho, dijo, la directora de Osakidetza se vio obligada a pedirles el cese de sus responsabilidades.

La situación es de riesgo e incertidumbre, explica. Ya hay más de 7.000 personas con la segunda dosis. Mientras, se ha vacunado a 11.299 sanitarios vascos y 61 de ellos ya han obtenido la segunda dosis. La cuarta parte de los sanitarios vascos han recibido ya la vacuna. 44.000 personas han recibido, en total, la primera dosis en Euskadi. Ahora se está administrando la segunda dosis en las residencias de las personas mayores. Si las previsiones se cumplen, y enfatiza esta afirmación, se finalizaría la administración de las primeras dosis a la plantilla la segunda semana de febrero.

La tasa de incidencia sigue creciendo y la tendencia seguirá siendo ascendente, aunque el RO, sigue estando por encima de uno. El número de personas ingresadas sigue experimentando el aumento previsto, asegura, y guarda relación con el número de positivos. Por ahora, es de esperar que siga incrementándose el número, asegura. Estamos en el tercer escenario de los cinco contemplados. Hay 332 camas UCI abiertas y la ocupación total es del 80%, mientras que el 40,36% de los pacientes críticos son covid.

La consejera, ahora sí, toma el turno. Da las buenas tardes. Está acompañada por la doctora y directora general Rosa Pérez. Explica primero los datos de la epidemia. Ayer se hicieron más de 15.000 pruebas y hubo 1.104 positivos, explica. Se han batido récords en número de pruebas antigénicas realizadas en un día.

Luis Javier Tellería, del PNV, quiere agradecer la disposición de la consejera a comparecer cada miércoles y dice que la comisión de Salud es el foro natural. Dice que están atentos a escuchar, en el medio natural, reitera, las explicaciones de la consejera.