«Lo principal es disminuir el sufrimiento del niño»
Testimonios sobre el abordaje a las principales patologías que afectan a la población vasca
Aitor Ansa
Domingo, 1 de junio 2025, 10:41
En la segunda planta del centro de salud de la Parte Vieja de Donostia, situado en el edificio Pescadería de la calle Aldamar, reina el ... silencio y la tranquilidad. Desde hace algo más de un año reciben aquí a los menores de 18 años de Donostialdea que sufren patologías relacionadas con enfermedades mentales, en unas instalaciones que son únicas en Gipuzkoa. No existe en el territorio ningún otro centro de Osakidetza que disponga de las consultas específicas que tiene este centro para tratar patologías de salud mental infanto-juvenil y enfermedades mentales graves. «Lo que perseguimos aquí es, por un lado, una disminución del sufrimiento que genera la enfermedad mental, el malestar subjetivo y, por otro, que mejore la funcionalidad del paciente, la integración de esa persona en su entorno, en este caso el de los chavales en el cole, en la familia...», explica Begoña Garmendia, jefa de Gestión Clínica en Psiquiatría Infanto-Juvenil de la red de Salud Mental de Gipuzkoa.
Esta nueva instalación, que deja atrás la que hasta febrero del año pasado se ofrecía en el ambulatorio de Ondarreta, responde a una realidad cada vez más palpable en Euskadi, la del mayor número de casos de trastornos mentales entre la población juvenil. «En la época inmediatamente de postpandemia tuvimos un incremento claro de la demanda, especialmente de pacientes con trastornos de la conducta alimentaria, y también problemas de ansiedad o depresión», detalla Garmendia. Aunque estos no fueron los únicos. El confinamiento, y concretamente la suspensión de las clases durante ese periodo de tiempo, provocó que «a muchos les costase después volver» a las aulas. «Ahora, no obstante, se está conteniendo el número de pacientes que piden atención y que atendemos, y estamos ya en niveles muy cercanos a la prepandemia», admite.
La salud mental es un término tan amplio que abarca un sinfín de patologías, aunque en cada edad hay siempre una que aflora por encima de las demás. Entre los más pequeños, por ejemplo, destacan «los trastornos del desarrollo, las desorganizaciones psíquicas, algunos porque no se han organizado y otros porque se están desorganizando más, que suelen tener problemas muy importantes de comportamiento, de aprendizaje, de socialización...». También trastornos de ansiedad, especialmente «en casos de separación» de los progenitores. Hacia la adolescencia, las patologías que más prevalecen son «las ansiosodepresivas, trastornos de comportamiento alimentario...».
Todos los casos que terminan en consultas como la de Garmendia «pasan por Atención Primaria» y en los últimos años «muchos por indicación escolar», donde «organizan sus informes y evaluaciones». Entonces se organiza una primera consulta donde «normalmente vemos a los chavales con sus padres, dando un tiempo para estar a solas con él y otro tiempo para estar con la familia». Un trabajo multidisciplinar en el que toman parte psiquiatras infantiles, psicólogos, enfermería, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales o incluso administrativos. «Según la necesidad de cada caso, puede haber una mayor implicación de trabajo social o en otros casos de mayor complejidad, del terapeuta ocupacional por ejemplo».
Juegos y dibujos
En las consultas de estos profesionales no es extraño encontrar puzles, muñecos o rotuladores de colores. En ocasiones, un simple juego es la clave para que florezca ese sufrimiento interno que el niño está padeciendo. «En la consulta no solo utilizamos la palabra. Los niños juegan o dibujan y a través de eso ves muchas cosas de su funcionamiento. Compramos una caja registradora para los bebés que tiene mucho éxito incluso entre los adolescentes», explica.
Las dificultades, añade, aparecen cuando «tienes a alguien encerrado sobre sí mismo que no dice nada». En estos casos la familia se convierte en un hilo fundamental por el que empezar a tirar. «Es indispensable para poder trabajar con menores, creo que con adultos en muchas situaciones también, pero con menores es indispensable. También la escuela», reconoce la psiquiatra.
Desde hace años, Osakide-tza cuenta con una página web llamada Osasun Eskola donde se ofrece a las familias información específica acerca de la salud, también la mental. «Ahí hay información fiable sobre cuándo consultar, por qué me tengo que preocupar, por qué no, algunos consejos... Incluso hay técnicas de autoayuda o de relajación», resume la profesional, que reconoce que a veces la línea para pedir ayuda «es difícil» y «depende de la preocupación de los padres y de lo que los propios chavales puedan transmitir».
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