Medicamentos para adelgazar

Ozempic y las dietas impulsan el gran negocio de las proteínas para ganar músculo (o al menos no perderlo)

En un principio, la semaglutida se recetaba para combatir la diabetes tipo 2, pero dado su poder adelgazante, también se indica a quienes sufren obesidad. Se trata de dos mercados inmensos. Pero lo más llamativo ahora es que como la pérdida de peso de quienes lo consumen procede no solo de la grasa sino también de la masa muscular, se está produciendo un fenómeno de arrastre en EE UU, donde han comenzado a proliferar negocios complementarios.

Su objetivo son los consumidores de estos fármacos y les prometen recuperar ese músculo perdido, que les lleva a verse «cara y culo de Ozempic», es decir, flácidos. Además de estéticas, la pérdida de masa muscular es un fenómeno con consecuencias para la salud física. Según nos hacemos mayores, la perdemos de forma progresiva y ello conlleva merma en la densidad ósea (que se agrava en el caso de las mujeres durante la menopausia), problemas de movilidad e, incluso, mayor riesgo de complicaciones hospitalarias ante cualquier problema de salud. Por eso, en todo proceso de adelgazamiento se insiste en la necesidad de conservar el músculo.

Así que la batalla porque a los consumidores de Ozempic y demás no les pase todo esto es encarnizada. Desde hace poco tiempo, los gimnasios estadounidenses se han puesto las pilas, ofreciendo programas orientados hacia estas personas consumidoras de semaglutida. Es el camino más costoso pero más saludable.

Otro es aumentar la ingesta de proteínas diaria. «Es por eso que siempre que se prescribe dieta, fármacos o otras técnicas para bajar de peso se recalque que es importante seguir una alimentación equilibrada», explica la endocrina Inka Miñambres, responsable de comunicación del área de conocimiento en Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición. El problema o las dudas se plantean ante la cantidad de programas nutricionales que tratan de captar a los estadounidenses tratados con semaglutida.

Hay de todo, desde empresas que elaboran el menú semanal a quienes los contratan y que tienen una con más proteína para los consumidores de estos fármacos, hasta empresas emergentes de nutrición que ofrecen programas especiales. Algunas lo hacen a través de batidos (como Abbot, que ha sacado una línea exclusiva), otros, a través de especialistas en dietas (como Nourish y Berry Street), tal y como detalla 'The New York Times'.

En una persona sedentaria, la ingesta recomendada es de 1 gramo de proteína por cada kilo de peso. Si se practica deporte de forma continuada, la cantidad ya sube a 1,8. Y en caso de dietas de adelgazamiento, se suele recomendar 2,2 mientras dure el proceso. Sin embargo, los nutricionistas considera que, salvo algún problema, todo ello se puede conseguir con alimentos habituales, sin necesidad de complementos o batidos.

Todavía hay un camino más rápido para evitar la pérdida de masa muscular si se usa semaglutida. Y es el que más expectación está causando en EE UU. Se trata del uso de otros medicamentos destinados hasta ahora a personas con problema de sarcopenia, que es la afección caracterizada por pérdida de músculo y fuerza y que se da, sobre todo, en adultos mayores.

Eli Lilly, la comercializadora del Ozempic americano, está probando un compuesto de la mano de otro laboratorio, BioAge Lab. Se trata de azelaprag, que imita a la hormona que se produce durante el ejercicio. También ha comprado Versanis, la empresa que fabrica otro medicamento que hace que los músculos aumentan de tamaño. Su nombre es bimagumab. Y ya se están haciendo ensayos clínicos en adultos con obesidad... con el visto bueno de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).

A España todavía no ha llegado este furor. También es verdad que el mercado de quienes consumen estos fármacos, siempre bajo prescripción médica, es más pequeño. Aquí se calcula que hay 8,4 millones de personas con obesidad y 5,1 diabéticos de tipo 2. En Estados Unidos estas cifras se elevan a 77 y 28 millones, respectivamente.

¿Debemos empezar a preocuparnos por la masa muscular de los consumidores de Ozempic y Wegoby? «Faltan estudios en poblaciones concretas, especialmente vulnerables, como los pacientes de edad avanzada, pero de momento no se ha demostrado que la semaglutida esté relacionada con un mayor riesgo de fracturas óseas», apunta Rodríguez. Y, además, ambos medicamentos tienen más consecuencias positivas que negativas en los pacientes: «La pérdida de peso con fármacos busca una mejoría de la salud en global y en ensayos clínicos han demostrado una disminución de la mortalidad cardiovascular», concluye la experta.