Los nuevos fármacos elevan un 12% la inversión contra el cáncer, hasta los 107 millones anuales
10.000 pacientes oncológicos son atendidos cada año en Osakidetza con distintos tratamientos farmacológicos
La inversión en tratamientos contra el cáncer será este año superior a los 107 millones, lo que supone un incremento del 12% respecto a 2017. ... Este aumento es consecuencia de la introducción de los nuevos fármacos que se utilizan, sobre todo, en pacientes en estadios avanzados de la enfermedad o con metástasis. Su objetivo es aumentar la supervivencia, pero también mejorar la calidad de vida de los enfermos en fases terminales, según informa el director de Asistencia Sanitaria de Osakidetza, Andoni Arcelay.
El responsable sanitario informa de que un total de 13.500 vascos se enfrentan cada año a un nuevo tumor y son 10.000 los que reciben un tratamiento farmacológico. Estas cifras «dan una idea del impacto de la enfermedad oncológica para los pacientes, para el conjunto de la sociedad vasca y para el sistema sanitario público».
Al margen de las cirugías y de la radioterapia, los medicamentos para abordar la enfermedad son la quimioterapia clásica y los más novedosos, que se clasifican en dos tipos. La terapia personalizada o dirigida a las 'dianas' de las células tumorales y, que por tanto, ayudan a detener el crecimiento y la diseminación del cáncer.
Por otro lado, está la inmunoterapia cuyo objetivo es, como su nombre indica, impedir que el sistema inmune se frene. Ambos tratamientos se están utilizando para combatir alguno de los tumores más habituales.
En concreto, los fármacos para tratar los cánceres de la sangre como la leucemia o el linfoma son los que representan una mayor inversión. Suponen alrededor del 50% del gasto en farmacia oncológica. Esto se debe, por un lado, a que se están desarrollando más terapias para combatirlos y, por otro, a que el coste de dichos tratamientos es elevado.
Atención especial para niños, ancianos y largos supervivientes
El gran objetivo del Plan Oncológico de Euskadi 2018-2023 es mejorar la supervivencia y calidad de vida de los enfermos. Para ello, se articula en cinco líneas de actuación. La promoción de la vida saludable y la prevención mediante programas de detección precoz –como los de mama, colon o ahora cérvix– es la primera. En segundo lugar, se establece un modelo asistencial integral y multidisciplinar. Esto significa que cada uno de los cinco grandes hospitales –Cruces, Basurto, Galdakao, Donostia y Álava– deben contar con una comisión oncológica, conformada por facultativos de distintas especialidades, además de comités de tumores y de un oncólogo de enlace con los hospitales comarcales. La enfermera de referencia para todo el proceso por el que debe pasar el paciente adquiere un papel fundamenta.
El documento explica que denbe prestarse una atención especial a tres colectivos de enfermos:los niño y adolescentes, los ancianos y los largos supervivientes. Y es que uno de los aspectos más novedosos del plan tiene que ver con la atención emocional del enfermo y se considera que estos tres grupos deben ser muy tenidos en cuenta a la hora de prestarles, a ellos o a sus familias, servicios de apoyo psicológico.
El plan contempla también la mejora de los sistemas de información para conocer los resultados de los tratatamientos. Para ello, se ha diseñado una herramienta informática –Oncobide– que canalizará los datos. La medicina personalizada, la investigación para la innovación quirúrgica y la gestión de ensayos clínicos constituyen otros pilares de un plan que busca aumentar la superviviencia.
La mitad restante se destina a medicamentos para la oncología médica o tumores sólidos, es decir, al cáncer colorrectal, de mama o de pulmón. Pese a que se realiza una distribución equitativa del presupuesto entre la oncohematología y la oncología médica, es en la primera donde más sube el gasto.
Arcelay detalla que solo en los últimos cinco años Osakidetza ha incorporado más de sesenta nuevos tratamientos, tanto de nuevos fármacos como de nuevas indicaciones oncológicas de medicamentos ya disponibles, fundamentalmente en cánceres de la sangre. En muchos casos, estas nuevas terapias reemplazan a otras menos costosa;en otros casos, se añaden a los tratamientos que el paciente ya está recibiendo.
Hasta 90.000 euros
Cualquiera de los nuevos fármacos tienen un coste muy elevado. «Es muy frecuente que superen los 50.000 euros al año por paciente», comenta el director de Asistencia Sanitaria de Osakidetza, pero es que algunos pueden incluso alcanzar los 90.000 euros.
Esos precios astronómicos explican que uno de cada tres euros de la factura farmacéutica de todos los hospitales de la Sanidad vasca sea para el tratamiento del cáncer. «El impacto en el presupuesto sanitario es muy alto», señala Arcelay. Ynada parece indicar que pueda reducirse en un futuro próximo porque el envejecimiento de la población acarrea más casos de cáncer.
La otra cara de la moneda son los resultados. El esfuerzo que realiza la sociedad vasca para ofrecer la mejor atención posible a los enfermos está dando resultados. La supervivencia en el País Vasco a los cinco años del diagnóstico alcanza casi al 60% de las mujeres y al 52% de los hombres, según el último informe elaborado con datos de 2012. Los estudios referidos al conjunto de España revelan que la supervivencia es del 58% en el caso de ellas y del 48,9% para los varones. En el conjunto de Europa, los porcentajes son del 58% y del 50,3%, respectivamente.
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