El medicamento vasco contra el cáncer, listo para probarse en humanos en China
«Podría ser a finales de este año o principios del que viene», dice Pedro Esnaola, presidente de Quimatrix, la compañía que lo ha creado
El primer medicamento vasco contra el cáncer podría ser probado en humanos «a finales de este año o principios del año que viene», aseguró ayer ... a este periódico Pedro Esnaola, presidente de Quimatrix, la empresa farmacéutica ubicada en San Sebastián que ha desarrollado el QTX125, el nombre del fármaco. Estas pruebas tendrán lugar en China tras el acuerdo alcanzado el año pasado con la firma Hi Diamond, que se comprometió a aportar hasta 92 millones de dólares al proyecto. El QTX125 ha sido administrado con éxito en animales tanto en tumores sólidos, como el cáncer de páncreas y el de pulmón, y en neoplasias sanguíneas, como algunos tipos de linfoma.
Este fármaco 'made in' Euskadi tiene la capacidad de bloquear las llamadas dianas epigenéticas, unas proteínas encargadas de controlar y regular la genética. «Si el ADN es la orquesta, la epigenética es el director que indica qué músico tiene que tocar en cada momento», explica Esnaola. En concreto, actúan sobre las histones -«una especie de tubos en los que se enrolla el ADN»- HDAC6. Estas impiden que la información que contiene el ADN de las células se despliegue y puedan actuar contra los tumores. «Lo que hace el QTX125 es inhibir la histona HDAC6, es decir, impide que bloquee la información genética», aclara.
A diferencia de la quimioterapia clásica, que actúa tanto contra las células cancerígenas como contra las sanas, la terapia epigenética afecta solo a las tumorales, preservando mejor la salud del paciente. La epigenética es uno de los campos más prometedores en la lucha contra el cáncer. Su importancia se hizo evidente en torno al año 2000, cuando se descifró por primera vez el genoma humano.
El QTX125 se encuentra en China en la llamada fase I del ensayo clínico. En esta, se prueba por primera vez en humanos para analizar su toxicidad y dar con la dosis óptima. Si se supera con éxito, en la fase II se afina su aplicación tanto en el tipo de enfermedad como el paciente que más se puede beneficiar de su ingesta para ya en la fase III administrarlo en una gran cantidad de pacientes. «Los ensayos clínicos pueden durar entre cinco y siete años. Es un proceso lógicamente muy conservador. Las autoridades chinas son igual de exigentes o más que las europeas», subraya el responsable de Quimatrix, que añade que trabajan en paralelo para que el fármaco sea aprobado también por las autoridades españolas y europeas. «Esperamos que sea posible más o menos en un año».
No obstante, el camino que queda por delante no es sencillo. En el mejor de los casos se comercializaría «en cinco o siete años. Solo una de cada diez moléculas estudiadas llega al mercado. Y únicamente uno de cada tres fármacos que alcanzan la fase clínica. Hay esperanza contra el cáncer, pero es un proceso largo», advierte el presidente de Quimatrix.
Más de una década de desarrollo
El punto inicial del QTX125 se sitúa hace más de una década. Fernando Cossío, premio Euskadi de Investigación en 2020 y actual director de Ikerbasque, y la profesora de Química de la UPV/EHU Ana Arrieta desarrollaron una prometedora molécula que terminarían de afinar los investigadores Eneko Aldaba y Yosu Vara. Aquel primer trabajo llevó a la creación de una 'spin off' llamada Ikerchem que entró en concurso de acreedores en 2013.
Fue entonces cuando tomó el relevo Quimatrix. «Con la colaboración del doctor Laureano Simón, fundador de la empresa vizcaína Progenika, vimos que la ciencia detrás de aquella primera molécula era buena y continuamos el desarrollo. Es una historia de éxito del ecosistemas vasco de ciencia», remarca Esnaola.
Un fármaco contra enfermedades neurodegenerativas
Además de en los tumores, la histona HDAC6 juega también un importante papel en las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson, y también en algunas patologías autoinmunes. Quimatrix trabaja en un fármaco, el QTX 153 que inhibe la HDAC6 y tiene la capacidad de cruzar la barrera hematoencefálica. Está barrera permite que ciertas sustancias como el oxígeno o los anestésicos pasen al cerebro e impiden la entrada de bacterias, pero también de muchos medicamentos
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