El mayor especialista en visión infantil es vizcaíno y se jubila: «Hay que empezar antes a revisar la vista de los niños»
Un homenaje en Sevilla pone fin a los 53 años de carrera del especialista vizcaíno Juan Carlos Castiella Acha, oftalmólogo pediátrico, fundador de la Sociedad Española de Estrabología y oftalmología pediátrica
El oftalmólogo pediátrico Juan Carlos Castiella Acha (Bilbao, 1946) ha colgado la bata después de 53 intensos años de profesión. Considerado el mayor experto de ... España en el manejo del estrabismo, el especialista vasco ha recibido días atrás en Sevilla el reconocimiento de sus compañeros a una dilatada y apasionante carrera, que lo ha incluido todo: consulta, cirugía, docencia, formación, introducción en España de avances clínicos, investigación, decenas de publicaciones científicas, la fundación de la Sociedad Española de Estrabología y Oftalmología Pediátrica... Su última actividad profesional ha querido realizarla con EL CORREO para volver al origen de la actividad médica, a la prevención.
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– ¿Qué queda después de 53 años de vida profesional?
– Queda una satisfacción enorme del deber bien cumplido y un grupo de amigos inmenso. Queda la relación con compañeros que empezaron como alumnos y han acabado como grandes amigos.
– Se vio en Sevilla.
– Sevilla fue muy emocionante. Hubo gente que vino exprofeso sólo para sacarse una foto conmigo, porque no había tiempo para más. Te sientes querido. Y en el fondo, en la vida, lo que más te gusta es sentirte querido.
– Dígame, ¿son los niños mejores pacientes que los adultos?
– Los niños son fantásticos. Nacen sin malicia. Los estropea la sociedad, los padres, el entorno, y al final acaban teniendo malicia. Pero porque los han estropeado. Es una delicia tratar con niños siempre. Prefiero ver a cien niños antes que a diez adultos.
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– ¿Por qué eligió la oftalmología pediátrica?
– ¡Pura suerte! Mi padre era oftalmólogo y yo soy la tercera generación de una familia de oftalmólogos. Fui a Madrid a hacer el servicio militar. Estuve en el Ejército del Aire como médico. Como me sobraba tiempo, me mandaron al Hospital del Aire; y allí conocí al comandante, que me habló por primera vez de estrabismos. Me dijo que el que sabía de verdad del tema era el comandante de Tierra. 'Venga usted el lunes a una clínica de Madrid y verá cómo operamos...'
Misión imposible
– ¡Y allí se fue!
– Sí. Ese mismo día el comandante de Tierra me dijo 'pásese usted por el Hospital del Ñiño Jesús'. Poco tiempo después, me dejaron operar mi primer estrabismo. Llegué a casa que no cabía por la puerta de lo hinchado que estaba por la satisfacción. La gente me decía que era muy difícil entender el estrabismo y a mí no me lo parecía. Ví que tenía esa facilidad y seguí ese camino.
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– El estrabismo, ¿sigue siendo uno de los desafíos pendientes de la oftalmología?
– Sin duda. El problema del estrabismo es que en los niños pequeños nadie sabe por qué se produce. A quien lo descubra podrían darle el Premio Nobel de Medicina. A día de hoy, conseguir la recuperación de ese niño es una misión prácticamente imposible.
– ¿Por qué, cómo debe tratarse?
– Lo que tienes que intentar siempre es dejar los dos ojos en condiciones iguales para que se desarrolle la visión. Un niño nace prácticamente ciego. Y tarda hasta los ocho años en lograr el desarrollo completo de su visión.
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– ¿Cómo es eso...?
– A partir de entonces tienes que mantenerle en el 100% de la visión hasta los 12 años para evitar un retroceso de lo conseguido. La situación que alcance a esas edad le será estable para el resto de su vida. Nos interesa, por tanto, que a los 12 años llegue con el 100% de la visión. Pero lo conseguimos en muy pocos casos.
«Los padres fuerzan a sus hijos a llevar lentillas con ocho años, cuando no están preparados, y luego dicen que no las toleran»
– ¡Vaya! ¿por qué es así?
– Los gobiernos se tienen que poner a hacer revisiones oftalmológicas a todos los niños. '¡Ah! Pero como es un incordio ver a un niño de tres años, retraso la revisión a los cuatro y medio'. ¿Que pasa entonces? Que si hay un déficit de desarrollo de visión, el pronóstico de recuperación cambia. Es mejor a los tres años.
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– ¿En qué medida cambia?
– Mucho. A lo mejor un 95% de recuperaciones se quedan en un 40%. Si un niño está torciendo el ojo con un año, ¿por qué esperar a los ocho para verle?
Cirugía de la miopía a los 20
– Ha dicho que los niños nacen ciegos... ¿Por qué?
– Sí, porque su sistema nervioso central no se ha desarrollado.
– Para un niño, ¿gafas o lentillas?
– Puedes poner lentillas, pero sólo de manera excepcional, en ciertos casos de cataratas congénitas, monolaterales... Para un niño le es mucho más cómodo usar las gafas. Cuando yo empecé, las monturas de niño eran las de un adulto pequeñito. Pero hoy se fabrican modelos específicos para narices infantiles, como yo siempre defendí y hay mucha oferta. Han mejorado muchísimo...'
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«Los críos son fantásticos, nacen sin malicia, pero los estropea la sociedad. Prefiero atender a cien niños antes que a diez adultos»
– ¿A partir de qué edad sería partidario de las lentillas?
– Cuando empiecen a pedirlas. Si sus padres le fuerzan a ponérselas con ocho años, las cogerán como mucha ilusión, pero serán para ellos como un juguete nuevo. A un niño de ocho años no le interesan los cuidados que requieren las lentillas. Al final, acaba diciendo 'lo intenté, pero no las toleraba'. No es así. Ese niño no tenía ninguna gana.
– ¿Operarse de miopía?
– No antes de los 20 años, cuando el ojo deje de crecer. Mientras el ojo siga creciendo, la miopía puede volver a aparecer. Podría convertirse en una catástrofe.
– ¿A quién preocupa más el aspecto estético, a los niños o a sus padres?
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– Los padres no se dan cuenta muchas veces de lo que es sufrir...
Una placa para el científico y flores para Carmen
Los mejores oftalmólogos infantiles de España se dieron cita hace unos días en Sevilla para celebrar su congreso anual, en el que homenajearon al vizcaíno Juan Carlos Castiella Acha, maestro en el manejo de la ambliopía y el estrabismo. Una placa conmemorativa con su nombre y un ramo de flores para su esposa, Carmen Ruiz de Velasco, pusieron el broche de oro a una prolífica carrera.
Formado por las universidades de Navarra, la Complutense de Madrid y el Hospital del Niño Jesús, también en Madrid, fue adjunto por oposición en el hospital de Cruces. En 1986, creó el Instituto Oftalmológico Castiella. Introductor de técnicas quirúrgicas novedosas en España y autor de otras, es miembro de múltiples sociedades científicas, promotor de cumbres internacionales, cursos y autor de decenas de publicaciones. Entre ellas el libro 'La refracción en el niño', junto al profesor José Pastor.
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