Rafael Bengoa: «La mala gestión de los políticos con las vacunas ha creado muchos negacionistas»

La crisis de la segunda dosis de AstraZeneca ha puesto de relieve que, pasado más de un año de la pandemia, todavía queda mucho por aprender. El estallido de la epidemia puso patas arriba al mundo, con una revolución social, tecnológica y científica como nunca antes se había conocido. En aquellos momentos, predominó la improvisación y la toma rápida de decisiones, unas más acertadas que otras, con el objetivo de aplacar a un virus impredecible. Una carrera de fondo que se fraguó con poco conocimiento e información, hasta tal punto que se entiende lo complejo de aquella gestión. Pero ahora la situación es otra. Se conocen los errores cometidos y, por ello, no debería ser permisible crear más desconcierto entre la ciudadanía.

Como ha sucedido con la decisión de dejar en manos de los profesionales esenciales la elección de Pfizer o AstraZeneca para completar su inmunización, algo que ha generado gran controversia. «Los mensajes deben ser coherentes. En el último mes, los políticos han creado muchos negacionistas», afirmó ayer Rafael Bengoa, exconsejero vasco de Sanidad y codirector del Instituto de Salud y Estrategia (SI-Health), que participó en el primero de los cinco Foros Universo Digital promovidos por EL CORREO con motivo de la celebración del 25 aniversario de la web del diario.

En la primera mesa redonda, celebrada en el palacio Euskaduna y moderada por el periodista Luis Alfonso Gámez, el exasesor de Barack Obama advirtió del riesgo de generar incertidumbre entre la población con este tipo de disyuntivas, que se escapan a los conocimientos de la mayor parte de las personas. «Se pueden dejar en manos de la ciudadanía aspectos en los que se pide corresponsabilidad social, como el uso de la mascarilla, confinarse o guardar las distancias, pero no en cuestiones que precisan de una información técnica y científica compleja. Muchos ciudadanos pueden entrar en dudas y no querer vacunarse, y tal vez agarrar el covid y morirse», argumentó Bengoa, quien ve con buenos ojos tanto la opción de mezclar marcas como seguir con el suero de Óxford, «porque así lo dice la ciencia».

Según explicó, todo apunta a que el estudio de Reino Unido revelará en el plazo de tres o cuatro semanas que combinar Pfizer con AstraZeneca «es también poderoso». «Lo más importante no será decidir qué te pones, sino ponerte la segunda dosis. Quedarse con la primera es un error porque limitas la protección a un 50 o 60%». En el encuentro que estrenó la serie, en la que colaboran BBVA, Iberdrola, el Ayuntamiento de Bilbao, la Diputación de Bizkaia y el Gobierno vasco, también participaron Helena Matute, catedrática de Psicología Experimental en la Universidad de Deusto y experta en inteligencia artificial, y Ricardo Díez, director de Donostia International Physics Center.

Los tres expertos compartieron la necesidad de evaluar la gestión de la pandemia a través de un informe independiente para no restar credibilidad. Una mirada atrás que ya han comenzado a llevar a cabo varios países. «Y aquí se está evitando. Si no se hace, no vamos a poder aprender para que los errores no vuelvan a repetirse en futuras crisis», manifestó Bengoa.

En este sentido, uno de los principales ha sido no guiarse por criterios estrictamente científicos. Díez recordó que las relaciones entre política y ciencia son «complicadas» y que «es fundamental que se expliquen las razones verdaderas de por qué se toma una decisión». Además, coincidieron en la necesidad de formar a los políticos en ciencia. «Los bomberos están continuamente preparándose para apagar un fuego y nosotros no lo hacemos para luchar contra una próxima pandemia», apuntó el exasesor de Obama. Asimismo, convendría tomarle la delantera a los futuros virus y no esperar a que los científicos digan que se transmite de forma asintomática. «Hay que presuponer que será así -avanzó-. Eso lo decimos ahora porque, precisamente, hemos aprendido».

Eventuales crisis que conllevarán cambios en todos los ámbitos, como ha ocurrido con la del covid, en la que la ciudadanía se ha puesto en manos de las tecnologías. Sin embargo, será fundamental «usarlas bien, porque la interacción entre personas y máquinas puede ser complicada. Se ha echado en falta una regulación», destacó Matute. Pero también hay cosas que se han hecho bien. Díez recordó que esta pandemia ha supuesto «un triunfo de la ciencia». «Era impensable tener vacunas en un año y se han conseguido con conocimientos de investigaciones que se habían desarrollado durante años, como el ARN mensajero. No podemos perder esa perspectiva», arengó.