Directo Norris gana el Mundial y Verstappen la última carrera del año
Nueva cirugía. Los cirujanos comprueban la marcha de la intervención en un monitor. manu cecilio

Luisa pone su rodilla en las manos de un robot de Cruces

El hospital se convierte en el primero de España, junto al Clínico de Madrid, que prueba un nuevo androide para la implantación de prótesis

Viernes, 30 de octubre 2020

Luisa Ahedo se destrozó las rodillas fregando suelos a mano. «Mi madre fue una mujer dura, que me obligaba a limpiar a base de bien ... y con frecuencia toda la casa». Madres de otros tiempos. Hoy ha ido temprano al hospital de Cruces, acompañada de su hijo Pedro. Luego llegará también Rosi Gimeno, que vive en Asturias y viaja en autobús. En dos horas, va a someterse a una avanzada cirugía que la convertirá en noticia. Es la primera paciente en España que pone el destino de su rodilla en manos de un robot.

Publicidad

Son las siete de la mañana del 23 de octubre, viernes. Hoy también llueve y hace frío. Tiempo de otoño y coronavirus. No le importa. Luisa ha madrugado para convertirse en la primera paciente en España -y primeras de Europa- que se somete a una intervención de rodilla asistida por un androide. La máquina se llama ROSA, como su hija, pero en su caso se trata de un acrónimo formado por las siglas de Robotic Surgical Assistant (Asistente Quirúrgico Robótico). El equipo, valorado en un millón de dólares (846.000 euros), está llamado a revolucionar los quirófanos de las unidades especializadas.

La paciente que lo estrena es una vecina de Muskiz nacida en Castro Urdiales hace 74 años. Es una mujer tranquila, pero no ha pegado ojo en toda la noche. «Duermo mal, pero nunca descanso cuando tengo que salir de viaje o hacer algo importante al día siguiente». No está nerviosa, se siente en buenas manos. Son las del jefe de la Unidad de Rodilla del hospital de Cruces, José Antonio Guerrero, que lleva su caso desde meses antes del confinamiento. «Confía tanto en él, que le llamaron del hospital de San Juan de Dios para intervenirla en agosto y se negó; prefirió esperar y ser operada en Cruces», cuenta Pedro. Y aquí está.

El cirujano que dirige la intervención calcula que ha operado más de 2.700 rodillas en los últimos quince años. Director en la UPV/EHU de uno de los cursos más prestigiosos sobre esta cirugía en España, Guerrero fue durante años coordinador también de la formación sobre intervenciones con navegador de la sociedad científica española de la especialidad. Un curso en la ciudad alemana de Colonia, donde existe un centro especializado para la formación de técnicas con cadáveres, le ha dado el conocimiento necesario para operar con ROSA. Hoy le acompañan en el quirófano los cirujanos Igor González y Fabián Goitia, que van a adiestrarse en su manejo. «En hora y media, habremos terminado», avanza. Las puerta del quirófano se cierran. «Luisa, comienza la operación».

Publicidad

Cada vez más

  • 2.250 prótesis de rodilla colocó Osakidetza en 2019, casi el doble que en 2002 (1.226) y un 43% más que en 2010. El deporte sin control es una de las causas, junto con la mayor esperanza de vida.

Mapeo vía satélite

La supervisora de Enfermería, Elena Romañas, vigila que todo esté en orden en el quirófano. No es habitual que participe en la cirugía, pero, dada la novedad del caso, prefiere comprobar personalmente que todo lo que está bajo su responsabilidad funciona como debe. En su cerebro cibernético, ROSA maneja ya abundante información de la paciente. Posee los datos del escáner que se le practicó cuando comenzó a prepararse la intervención, tiempo antes del confinamiento de marzo, y los que le introdujo el equipo de la Unidad hace dos días, cuando se preparó la operación de hoy.

La anestesista Iratxe Vallinas duerme a la paciente de cintura para abajo. Bloquea su pierna derecha, en la que se va a trabajar, y pincha también determinados nervios para aliviar el fuerte dolor que, de otro modo, sufriría en las primeras 24 horas tras la intervención. «Si fuera un paciente con otras complicaciones, de tipo cardiaco, por ejemplo, se plantearía una anestesia general, pero en este caso no se necesita», apunta.

Publicidad

El equipo, valorado en 846.000 euros, será probado durante un año antes de decidir su compra

ROSA dispone de un brazo mecánico, que utiliza para manejar el instrumental quirúrgico, y una especie de satélite en su parte superior, que mapea el cuerpo de la paciente. Se vale para ello de dos antenas, dos especies de clavos que los cirujanos colocan estratégicamente en la rodilla de Luisa para que sirvan a la máquina como referencia. Registra datos. El robot pide luego a los médicos que le señalen una serie de puntos críticos, que le servirán para acabar de cartografiar la pierna afectada.

Localiza el centro de la cadera de la paciente, el centro exacto de su tobillo. Ya sabe cómo va a salir la operación. Listo. Los cirujanos abren la rodilla y dejan que intervenga el robot. Con precisión milimétrica y una sierra quirúrgica, ROSA sesga la rodilla de Luisa, se lleva ligamentos y hueso. Los médicos, a continuación, sustituyen la vieja rótula por una prótesis. La paciente permanece callada. «Estoy tranquila», dice.

Publicidad

A las once de la mañana termina la intervención. Todo ha ido bien. «Perfecto -se muestra satisfecho el doctor Guerrero-. El ojo y la pericia humana son incapaces de hacerlo mejor».

- ¿Algún día seremos operados por robots... de rutina?

- El embrague desaparecerá de los vehículos y los cirujanos seremos asistidos por androides en los quirófanos. Y será mejor. ¿Tiene alguna duda?

En el quirófano

  • Cirujanos: José Antonio Guerrero (jefe Unidad de Rodilla), Igor González y Fabián Goitia.

  • Anestesista: Iratxe Vallinas.

  • Supervisora de Enfermería: Elena Romañas.

  • Enfermeros: Jon Bearán, Inés Arechavala y Janire Payo.

  • Celadora: Montserrat Molinero.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad