«Todo lo que no es infección ha pasado a un segundo plano»
El Covid-19 ha conseguido desbancar del imaginario popular al vasto catálogo de dolencias que asedian a la ciudadanía. Pero estas siguen su curso, como atestiguan los ambulatorios repartidos por la capital vizcaína que no están específicamente asignados a detectar el virus, aunque sean los médicos de cabecera los encargados de poner el foco en los casos bajo sospecha. Susana Arenal es la jefa de unidad del Sáenz de Buruaga, en El Ensanche. «Nuestro día a día ha experimentado un cambio radical, porque ahora el 95% de las atenciones son consultas telefónicas, consecuencia de que la gente está mentalizada y evita reunirse. Vienen sólo aquellos que necesitan una extracción de sangre, o someterse a curas, o recibir su tratamiento de sintrom».
«Es sorprendente -advierte Arenal-, pero parece que la población que atendemos no tiene otra patología que la infecciosa». Dicho de otra forma, «lo que en otras circunstancias satura las urgencias ha pasado ahora a un segundo plano». Tiene su lógica. «Aquí atendemos muchas enfermedades crónicas, cosas que no son urgentes, y hemos constatado que la gente se queda en casa posponiendo sus demandas asistenciales». Nuestros mayores lo ilustran a la perfección. «Bueno, doctora -dicen-, cuando pase todo esto ya hablaremos».
