«Es inevitable que se junten entre ellos»

Algunas de las medidas que toman los padres y madres son respetar las distancias entre los bancos, mantener contacto siempre con los mismos niños o evitar horas en la que los parques están más concurridos: «Intentamos que mis nietas estén siempre con el mismo círculo de amigos, pero no es lógico que tengamos que estar pendientes y luego los bares estén llenos», aseguraba un abuelo a cargo de dos niñas de dos y cinco años.

«No podemos estar todo el día discutiendo con ellos, ni tan siquiera muchos mayores lo cumplen, ¿cómo le vas a explicar esto a un niño?. La única solución para no relacionarse es que se queden en casa», explicaba Luis Rodriguez, aitite de una niña de cuatro años en El Arenal.

Algunos padres coinciden en que los parques infantiles deberían de permanecer abiertos sin darle tanta importancia a la dificultad que conlleva mantener las distancias con otros. «Los niños tienen derecho a disfrutar, siempre son los más perjudicados. No tiene sentido que cierren los parques si luego esas criaturas pueden estar en los bares», señalaba tajante Jordania Amparo, madre de una niña de tres años.

Nerea de la Rosa, cuidadora de dos niños de tres y seis años y docente de educación infantil, considera adecuadas las nuevas recomendaciones de la consejera y asegura que son las familias las responsables de controlar la situación. «Los pequeños no son capaces de entender lo que ocurre, por eso, los más mayores se tienen que hacer cargo de enseñarles y de vigilarlos». Según De la Rosa, la motricidad de los niños se ha visto afectada en los meses de confinamiento y teme que esto vuelva a pasar si se limita el acceso a lugares como los parques. «Después de muchos meses confinados, los pequeños han visto limitado su crecimiento. Necesitan saltar, subirse a los columpios, y enfrentarse a ese miedo que algunos han desarrollado con el encierro».