El hospital de Basurto propone suspender las vacaciones al personal de Urgencias

«Quieren que los disfrutemos en otras fechas porque no se cumplen las carteleras, pero nos hemos negado. No puede ser que nuestros días libres se pierdan por una nefasta gestión», afirmaba ayer a este diario Monika Ibarrola, médica del servicio de Urgencias del hospital bilbaíno. En los últimos meses, denuncian, la demanda asistencial se ha incrementado entre un «25 y un 30%» en comparación con el mismo período del año pasado. Y a ello se suma la falta de efectivos por la acumulación de bajas.

Las Urgencias de Basurto han iniciado este puente festivo con cinco sanitarios en dique seco por diferentes motivos. Quienes acuden a trabajar tienen que repartirse las tareas. «No se contratan sustitutos», censuran, y están asumiendo el cupo de guardias que corresponden a quienes se ausentan. Vienen realizando «entre cinco y seis guardias al mes, cuando lo normal suelen ser tres o cuatro».

«La situación es desesperante y nos está afectando a todos a nivel físico y mental», asegura Ibarrola. Los sanitarios ven cómo se resiente la atención a los pacientes. «La calidad asistencial ha empeorado -advierte la facultativa-. Todos tenemos la sensación de que no dedicamos a los ciudadanos el tiempo suficiente».

Desde el pasado verano, los tiempos de espera han aumentado. A los pacientes clasificados como niveles 4 o 5 en triaje -los menos graves- no se les atiende antes de 6 u 8 horas. La demora se produce porque médicos y enfermeras no dan abasto.

La suspensión de vacaciones no es una novedad en Osakidetza. Durante los momentos más convulsos de la pandemia, con los ambulatorios y hospitales hasta la bandera, las direcciones de algunas OSI aplicaron esta medida. En la mayoría de casos, se les ha pedido retrasarlas; nunca compensarlas de forma económica.

Aunque ayer fuentes del Departamento de Salud señalaron que es «habitual que los equipos modifiquen turnos en función de las necesidades en cada momento» y no negaron la propuesta a la plantilla, este martes un portavoz de la jefatura del hospital ha afirmado que las vacaciones del personal del servicio se han distribuido «de acuerdo a la disponibilidad de recursos existentes y ninguna persona se va a quedar sin disfrutarlas». En el caso del equipo de Urgencias de Basurto, las condiciones para pedir vacaciones y permisos se habían vuelto más estrictas. Según explica Ibarrola, no pueden ausentarse más de seis médicos a la vez por semana. Antes eran 8.

El panorama en Cruces no es mucho mejor. La plantilla sigue muy «ajustada» y la presión, en niveles máximos. Pero, por el momento, los empleados mantienen sus vacaciones. Eso sí, como recuerda Ana Santorcuato, médica de Urgencias, la propia plantilla organiza sus vacaciones con «acuerdos voluntarios internos» para optimizar los recursos humanos y tratar de que afecten al servicio lo menos posible.