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Día Mundial del Ictus

Cómo evitar la hipertensión, el principal factor de riesgo del ictus

Con motivo del Día Mundial del Ictus, que se celebra este 29 de octubre, la Sociedad Española de Neurología ha ofrecido una serie de recomendaciones para controlar la presión arterial

Martes, 28 de octubre 2025, 10:48

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La hipertensión arterial es el factor de riesgo más habitual entre los pacientes que padecen un ictus. Con motivo del Día Mundial del ictus 2025, que se celebra este miércoles 29 de octubre, la Sociedad Española de Neurología (SEN) ha ofrecido una serie de recomendaciones para controlar la presión arterial y disminuir las posibilidades de sufrir esta enfermedad cerebrovascular que provoca cerca de 23.000 muertes al año en España.

Según el estudio internacional INTERSTROKE, la hipertensión está presente en aproximadamente el 64% de los casos y es responsable de más del 50% de los fallecimientos por ictus. No obstante, su impacto se multiplica cuando se combina con otros factores de riesgo como el tabaquismo, la diabetes, el colesterol, la obesidad o la fibrilación auricular. Por ejemplo, en personas hipertensas que además fuman, el riesgo de ictus se multiplica por seis, y si además padecen diabetes, por más de treinta.

El ictus es una enfermedad cerebrovascular que se produce cuando el flujo de sangre que llega al cerebro se interrumpe o se reduce. La hipertensión no tratada eleva el riesgo de sufrirlo, pero también de infarto o enfermedad renal. Se trata de un problema de salud muy común que indica que la presión arterial es elevada, de forma que el corazón debe trabajar más para bombear sangre. «El control de la presión arterial es una de las piedras angulares en la prevención del ictus. Los estudios demuestran que reducir la tensión arterial no solo disminuye el riesgo de un primer episodio o de recurrencia, sino también de demencia y deterioro cognitivo», señala la neuróloga Mª Mar Freijo.

La especialista de la SEN advierte, de hecho, que casi el 90% de los casos de ictus se podrían evitar con un correcto control de los factores de riesgo vascular y con un estilo de vida saludable. «Es decir, si además de controlar la hipertensión, el colesterol y la diabetes, mantenemos una alimentación equilibrada, evitamos el tabaco y el consumo excesivo de alcohol, y practicamos ejercicio de forma regular, estaremos reduciendo enormemente la probabilidad de sufrir un ictus».

Entre las recomendaciones para mantener a raya la tensión, los expertos señalan la importancia de evitar los alimentos ultraprocesados. Son productos industriales a base de sustancias derivadas o extraídas de alimentos, con una mezcla de aditivos, que dan color, sabor y textura para lograr un sabor similar al de los alimentos.

A nivel nutricional son alimentos denostados por su alto contenido de azúcar, grasa total, grasas saturadas y sodio. El exceso de sal es, precisamente, otro factor de riesgo para padecer hipertensión arterial. Algunos especialistas recomiendan reducirla al máximo. Para controlar la cantidad podemos llenar una cucharilla de café y repartirla entre la comida de todo el día, aproximadamente 5 gramos. y Azúcar, también poco. No debería superar el 10% de nuestra ingesta diaria de energía. Por el contrario, se recomienda incuir en la dieta alimentos ricos en potasio, ya que protege las arterias. Por ejemplo, plátanos o aguacates.

Modificando nuestros hábitos para adecuarlos a una vida sana debería ser suficiente en muchos casos para tener una presión arterial adecuada y reducir el riesgo de sufrir un ictus. La Sociedad Española de Neurología advierte que sigue siendo una de las principales amenazas para la salud pública: es la segunda causa de muerte en el mundo, la segunda causa deterioro cognitivo en la población adulta y la primera causa de discapacidad en Europa.

Síntomas

Saber identificar los síntomas para acudir cuanto antes al hospital puede ayudar mejorar el pronóstico de esta enfermedad. Los más frecuentes son:

- Pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en cara, brazo o pierna, especialmente en un lado del cuerpo.

- Dificultad repentina para hablar o entender.

- Pérdida súbita de visión en uno o ambos ojos.

- Problemas de coordinación o equilibrio.

- Dolor de cabeza muy intenso y repentino, distinto al habitual.

En Euskadi se sufren aproximadamente unos 5.000 ictus al año. En el conjunto de España, entre 120.000 y 130.000. Además de las muertes que provoca, es la principal causa de discapacidad entre adultos. «Más o menos, el 25% de las personas que sufre un ictus fallece. Otro 25% queda con secuelas importantes que les hacen dependientes. Otro 25% queda autónomo, pero con secuelas. Y el 25% restante queda asintomático», detalla el doctor Juan Manuel García Sánchez, neurólogo de la Clínica IMQ Zorrotzaurre con motivo de la conmemoración del Día Mundial del Ictus.

Desde la SEN se recuerda que uno de cada cuatro españoles sufrirá un ictus a lo largo de su vida y que no es una enfermedad exclusiva de personas mayores: hasta un 20% de los casos se produce en menores de 50 años. Además, la incidencia del ictus está aumentando entre los jóvenes precisamente por los hábitos de vida poco saludables.

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