«Euskadi está a la cola nacional en el acceso a los métodos anticonceptivos»
El ginecólogo de Basurto afirma que hay «más abortos por un mal uso de pastillas o del preservativo que por no protegerse»
José Cruz Quílez es presidente de la Sociedad Española de Contracepción, ginecólogo en el hospital de Basurto y uno de los mayores expertos en lo ... que a métodos anticonceptivos se refiere. El médico, que acudió al decimoséptimo congreso de las Sociedad Europea de Anticoncepción celebrado del 1 al 4 de mayo en el Palacio Euskalduna, confiesa que «es muy complicado que los jóvenes vengan a las consultas para conocer qué método preventivo usar» y por ello pide a las administraciones «que les informen y eduquen más en sexualidad». «Sólo así el número de abortos descenderá», dice.
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- 3.983 mujeres abortaron en 2022 en Euskadi, un 7,3% más que el año anterior. ¿Qué le dice esta cifra?
- El escenario no debería ser así. Con un buen acceso a los métodos anticonceptivos tendríamos una tendencia contraria a esta.
- Las que más interrumpieron su embarazo fueron aquellas entre 20 y 24 años. ¿Es lo normal?
- Lo de que las adolescentes son las que más abortan por estar más alocadas es un falso mito. Todas las estadísticas dicen que son las mujeres adultas jóvenes las que más abortos concentran.
- ¿Por algo en concreto?
- Porque para abortar primero hay que estar embarazada y para ello hay que tener relaciones. ¿Y quiénes las tienen con más frecuencia? Las mujeres entre los 20 y 35 años que normalmente viven en pareja. Los datos son malos, pero lo peor es que el 30% de los casos ya había abortado antes.
- Es una cifra muy alta.
- Y preocupante. El problema es que no hay un acceso real a un método altamente efectivo. No se incide en ello. Mientras, el número de personas que se embarazan de forma involuntaria es mayor entre las que usan mal un anticonceptivo que entre las que directamente no se protegen.
- Explíquese.
- Teóricamente, todos los métodos funcionan bien, pero luego hay que aplicarlos a la vida real. Los riesgos vienen cuando no nos tomamos una pastilla o nos ponemos mal y tarde el preservativo. Y esto es alarmante porque el 35% de la población utiliza el condón como método habitual simplemente porque no conoce más.
- ¿No es bueno usar el preservativo entonces?
- Es buenísimo para protegerse de las infecciones de transmisión sexual, pero si lo que se quiere es evitar el embarazo, entonces hay que acompañarlo con algún otro método más.
- ¿Por ejemplo?
- En los que más se puede confiar son los anticonceptivos reversibles de larga duración. En el DIU, por ejemplo. ¿No sería más interesante que una mujer fértil utilice un método efectivo que dura 5 o 6 años que depender de una pastilla? Con ello puesto, no tiene que hacer nada más. Se evitarán descuidos.
- Pero no son los más conocidos.
- Es que no hay campañas relacionadas con los anticonceptivos en este país. Existe un mapa a nivel europeo que clasifica las regiones en función de la calidad de su contracepción como derecho fundamental y no estamos bien. Valora por ejemplo la información veraz que se ofrece a la ciudadanía y en España directamente no existe una guía gubernamental que hable de ello.
- ¿Y por qué?
- Existen unos signos políticos que impiden que haya realmente información normalizada, documentación que nos ayude a decidir de forma libre lo que queremos para nuestra salud sexual. La ley (del aborto) de 2010 es muy buena, pero no está bien aplicada. Se ha empezado por el tejado, que es la interrupción. La parte educativa nunca se desarrolló y el acceso a los métodos es desigual en el país. Euskadi está a la cola de la media nacional. No ha habido una inversión en contracepción o en educación sexual como en otras comunidades.
Educación sexual
- ¿Qué acciones se deberían tomar para revertir la situación?
- El gobierno debe financiar los anticonceptivos como lo hacen otras comunidades. Y cuando hablamos de garantizar el acceso nos referimos a que sean baratos, pero también a que los médicos tengamos la capacidad de solucionar la necesidad de la mujer rápido.
- ¿Rápido?
- El proceso para ponerse un DIU hoy es largo. La mujer primero tiene que pedir cita con el médico de cabecera. Después tiene que ir al ginecólogo sin urgencia para que lo prescriba. Al acabar, deberá ir a la farmacia y volver al especialista. De esta forma pueden pasar cinco meses o más. Lo que queremos es que en la primera consulta ya podamos aplicarle el método, pero para eso debemos tenerlos a nuestra disposición y eso no está a nuestro alcance.
- ¿Desde cuándo cree que hay que impartir educación sexual?
- Desde antes de tener relaciones sexuales. Es muy difícil que un adolescente venga a una consulta a pedir consejo sobre anticonceptivos. Lo interesante sería que tuvieran una educación curricular. Pero no vale sólo con conocer el aparato genital. Hay que hablar de aspectos afectivo sexuales que incidan en el respeto.
«Es muy preocupante que una de cada tres mujeres que aborta ya lo ha hecho antes»
- ¿Qué pasa con los anticonceptivos hormonales para hombres?
- Nunca se ha dejado de investigar en estos métodos, pero son más complicados. El varón necesita inhibir su espermatogénesis durante un tiempo antes de confiar en el método y además, se produce una disminución de la libido que acaba en impotencia. Por ahora los efectos secundarios (caída de barba, de pelo...) son duros. Todavía así, ahora se está desarrollando una nueva fórmula que estoy seguro de que será efectiva.
- Pero el Ministerio de Sanidad alertó de que las pastillas anticonceptivas también pueden causar problemas cardiovasculares a las mujeres.
- Existe un riesgo en los métodos combinados en mujeres, pero es mínimo. El peligro cardiovascular es incluso mayor en un proceso de embarazo o en un parto.
- ¿Hay gente que viene a Euskadi a abortar?
- No tenemos turismo de aborto. Puede ocurrir que por comodidad pacientes de Laredo o Castro vengan a Bizkaia a intervenir su embarazo, pero no porque en Cantabria no se preste el servicio. La ley obliga a garantizar dicho derecho, aunque todavía haya provincias en las que no se haga.
- Pero aún hay mujeres que prefieren acudir a las clínicas privadas que al sistema público.
- En las clínicas pasan dos tipos de personas: las que no tienen papeles porque no les pueden derivar y las que buscan privacidad. Hay mujeres que viven en un pueblo de 200 habitantes y no quieren que su matrona sepa lo que les ocurre. La discreción es vital.
- Hay dos métodos de intervenir un embarazo: quirúrgico y farmacológico. ¿Cuál es mejor?
- No hay una mejor que otra. La forma farmacológica evita el riesgo quirúrgico, pero también tiene inconvenientes. Te va a expulsar el embarazo, pero no sabes cuando. Además, hay hasta un 8% de probabilidad de que falle.
- ¿Cuántos objetores de conciencia hay en Euskadi?
- Aún no hay un registro establecido, pero las solicitudes para declararse se tienen que pedir a título individual. Lo que se pretende evitar es que toda una planta se reconozca objetor y no se preste el servicio. Pero todos estamos obligados a informar sobre ello.
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