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Un estudio busca desvelar las incógnitas de la Covid-19 a través de autopsias

Un estudio busca desvelar las incógnitas de la Covid-19 a través de autopsias

Expertos de 8 hospitales se unen para desentrañar los mecanismos del avance de la enfermedad en algunos de los casos más desconcertantes

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Lunes, 4 de mayo 2020, 00:20

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Patólogos e infectólogos españoles van a unir sus fuerzas, sus conocimientos y su trabajo para tratar de desentrañar en los próximos meses alguna de las principales incógnitas que aún esconde la Covid-19. Expertos de ambas especialidades últiman el diseño de un estudio con el que pretenden desvelar, mediante la realización de autopsias, los mecanismos por los que esta enfermedad provoca daños irreversibles en grupos muy concretos de pacientes. El objetivo final del trabajo es buscar explicaciones sobre las razones del avance de la patología desencadenada por el virus en estos pacientes y que sus conclusiones permitan el diseño de estrategias y soluciones terapeúticas para evitar alguno de los casos mortales que hoy resultan más desconcertantes a los profesionales que los tratan.

El proyecto lo lideran las sociedades españolas de Anatomía Patológica (SEAP) y de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) y está previsto que se desarrolle con el respaldo de entre siete y ocho hospitales de Madrid, Barcelona y de otras grandes ciudades. Son los que disponen de salas de autopsia con un alto nivel de bioseguridad, una caracteristica indispensable para realizar unos estudios de riesgo como el planteado, en contacto con tejidos infectados por un virus muy contagioso, según confirmó el presidente de la SEAP, Xavier Matías-Guiu.

La investigación, que se aspira a completar para el otoño, se centrará en uno de los perfiles de fallecidos del que más se desconoce

Los expertos, que trabajan en el diseño del estudio desde Semana Santa, esperan tener acabados todos los preparativos y protocolos de la investigación en unas dos semanas, para poder comenzar de inmediato con las necropsias. La idea inicial, aún por concretar, es que cada hospital realice unas cinco autopsias con pacientes fallecidos en sus instalaciones, lo que haría que el estudio se sustentase en al menos 35 o 40 casos y permitiría «unas conclusiones potentes», según este especialista. Matías-Guiu considera que aún es difícil de determinar cuándo dispondran estos grupos de trabajo de las conclusiones de la investigación, aunque a los implicados les gustaría que pudiese estar terminada para el otoño.

Los plazos en parte van a estar condicionados por el ritmo al que cada hospital implicado pueda realizar las necropsias asignadas que, a su vez, dependerá de que se produzcan o no en el centro fallecimientos de pacientes por Covid-19 que encajen en el perfil concreto que necesita el estudio. Porque la idea es analizar los efectos letales del coronavirus sobre enfermos de características «determinadas y coincidentes» para poder obtener aportaciones muy concretas. Los expertos aún no quieren desvelar de qué tipología de paciente se trata, pero sí aclaran que se centrarán en uno de los subgrupos sobre los que más incógnitas sobre el desarrollo de la enfermedad existen hoy en día, para poder aportar el máximo de nuevo conocimiento con su trabajo.

Los hospitales que participarán en el estudio son los únicos del país que cuentan con salas de autopsia de categoría BSL-3 o similares, imprescindibles para realizar la investigación sin riesgos de contagio. Se trata de instalaciones con un notable grado de bioseguridad, dotadas de ventilación por extracción con alta y frecuente capacidad de renovación del aire, con presión negativa, o con filtros HEPA, entre otros elementos profilácticos. Los especialistas que realicen las autopsias serán un número muy limitado, deberán entrar con el equipo de protección individual más completo -mono con capucha impermeable, pantalla, gafas, máscarilla FFP3, y guantes anticorte, entre otros-, y contarán con dispositivos que garanticen luego su retirada segura.

Estas son algunas de las razones por las que hasta la semana pasada tanto el Ministerio de Sanidad como la propia SEAP desaconsejaron la realización de autopsias clínicas en España a fallecidos por la Covid-19. Un procedimiento científico de alto riesgo imposible de realizar en hospitales al límite y con un déficit total de EPI. La primera necropsia a un infectado por el virus se hizo a mediados de abril en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

Las deficiencias, con anterioridad, eran evidentes. De las cinco salas de autopsia con categoría BSL-3 que había en España al comienzo de la epidemia -otras tres se han equipado en estos días- dos fueron usadas de morgue; los escasos EPI que había en los centros eran para los profesionales implicados en la atención al paciente; y, además, los servicios de Anatomía Patológica habían tenido que ceder parte de sus efectivos para la asistencia directa en enfermos.

Las limitaciones españolas para utilizar hasta ahora este procedimiento de estudio clínico fueron, de hecho, muy semejantes a las registradas en la mayoría de países. Solo hay, explicó Matías-Guiu, un puñado de estudios de autopsias a pacientes de Covid-19 publicados en todo el mundo.

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