Un tercio de los hogares europeos tienen fogones de gas. AFP

Las emisiones de las cocinas de gas matan a 40.000 personas al año en Europa

La cifra dobla el número de víctimas registradas en accidentes de tráfico. «El problema es mucho peor de lo que esperábamos«, destacan los autores del estudio, de la Universidad Jaime I

Martes, 29 de octubre 2024, 00:17

Hasta 40.000 europeos mueren cada año por las emisiones de las cocinas de gas, una cifra que duplica el número de víctimas de tráfico ... registradas anualmente en todo el continente y que es comparable a las defunciones por infecciones resistentes a los antibióticos. Así lo asegura un estudio publicado por la Universidad Jaime I de Valencia, que ha elaborado el primer mapa de la contaminación de dióxido de nitrógeno (NO2) en los hogares europeos. «Sabemos desde 1978 que la contaminación de NO2 es varias veces superior en las cocinas de gas que en las eléctricas. Solo ahora hemos podido poner cifras sobre el coste en número de vidas. El problema es mucho peor de lo que esperábamos», destaca la doctora Juana María Delgado-Saboritt, autora principal de la investigación.

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Cuando se habla de gases contaminantes, las miradas tienden a centrarse en los emitidos por los tubos de escape de los millones de coches que circulan por las carreteras y en los producidos por la industria. Sin embargo, existe una desconocida contaminación interior en el seno de millones de hogares. En concreto, en sus cocinas. Uno de cada tres viviendas de la Unión Europea cuenta con fogones, un porcentaje medio que se dispara en el caso de algunos países como el Reino Unido, donde más de la mitad hacen uso de una tecnología que sustituyó a las todavía más contaminantes cocinas de carbón, e incluso más en Holanda, Rumanía, Hungría, donde superan el 60%. El caso más extremo es el italiano, con quemadores en el 75% de los hogares. En España el porcentaje roza el 30%, ligeramente por debajo de la media comunitaria.

«Se trata de un problema de salud pública generalizado pero ignorado», insiste la Alianza Europea de Salud Pública (EPHA). De acuerdo a los datos de esta investigación, son 36.031 los fallecidos anualmente en la Unión Europea, a los que se han de sumar los más de 3.928 que se registran en Inglaterra. Pese a lo dramático de las cifras, se trata de estimaciones conservadoras porque los investigadores solo han tenido en cuenta el NO2, no otros gases también nocivos como el monóxido de carbono o el benceno. La carga económica de estas muertes evitables se estima en 143.000 millones de euros. Estos datos concuerdan con los resultados de un estudio realizado en Estados Unidos el pasado mes de mayo que cifraba en 19.000 los fallecidos anuales como consecuencia de los fogones de gas y el propano. La investigación de la universidad valenciana destaca también el vínculo de este peligroso gas con el asma y calcula que contribuirá a cientos de miles de casos más cada año, especialmente entre los niños. Serían unos 41.000 sumando Europa y el Reino Unido.

La situación en España

Las elevadas emisiones de este nocivo gas son conocidas desde hace décadas. El mencionado experimento realizado en 1978 comparó la presencia del dióxido de nitrógeno en los hogares con fogones de gas en relación con las cocinas eléctricas. El resultado es que las primeras producían hasta siete veces más de NO2 que las segundas. En nuestro país, un estudio publicado en noviembre de 2023 por la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) reveló que el 85% de los hogares con fogones superaba los límites establecidos por la OMS. Si el nivel aceptable de contaminación atmosférica por este gas en una hora es de 106 partes por mil millones (ppb), en una cocina con quemadores se eleva a más de 300 y se dispara por encima de 500 si también el horno funciona con gas. Destacaba también que las campanas extractoras no eran suficientes para absorber estas partículas. Ante ello, los expertos advierten de la necesidad de una ventilación adecuada.

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«Dejar de utilizar cocinas a gas es esencial para avanzar en las prioridades de la Unión Europea en materia de promoción de la salud, mejora de la calidad del aire y eliminación progresiva de los combustibles fósiles», subraya la EPHA. Algunos países como Dinamarca y Países Bajos -estos, desde el 1 de julio de 2018- ya han prohibido que las viviendas de nueva construcción cuenten con quemadores de gas. Por su parte, la Unión Europea, aunque ha endurecido la reglamentación sobre la calidad del aire en exteriores, no ha fijado baremos para lo que ocurre en el interior de los hogares.

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