18 detenidos, fiestas ilegales y 735 denuncias en 30 horas por saltarse las normas Covid
La Ertzaintza, como ya había avisado, aparca la pedagogía y sanciona las actitudes incívicas y clandestinas de los ciudadanos que no respetan las restricciones
Lo habían advertido las autoridades, que el momento de la pedagogía había pasado y que las sanciones se incrementarían en Euskadi a partir de ahora ... para aquellos ciudadanos que no respetaran los cierres perimetrales y las normas específicas para frenar el Covid-19. En sólo 30 horas, entre la madrugada del sábado y las seis de la mañana de este domingo, la Ertzaintza ha impuesto 735 multas en todo el País Vasco y ha detenido a 18 personas, en su mayoría por resistencia o atentado a la autoridad al ir los agentes a disolver botellones o fiestas ilegales. El número de denuncias y arrestos evidencia tanto un aumento de la conflictividad como una mayor vigilancia y contundencia hacia comportamientos que atentan contra la salud y la convivencia.
Euskadi afronta un momento crítico dentro de lo que se puede considerar la ola de coronavirus cocinada al calor de las fiestas navideñas. Los epidemiólogos creen que esta semana será decisiva y el Gobierno vasco ya está pidiendo vía libre al Ejecutivo central para endurecer las medidas con un adelanto del toque de queda, fijado actualmente para las diez de la noche. Pese a la que está cayendo, con hospitales llenos de pacientes Covid, una parte de la ciudadanía, una minoría, pero muy ruidosa, sigue sin cumplir con las normas.
En este apurado contexto, en la noche de ayer y la madrugada de hoy ha habido incidentes de cierta entidad en media docena de localidades de Euskadi, entre ellas Mungia, Bilbao, Vitoria o San Sebastián. Han ardido contenedores y se han lanzado objetos contra la Ertzaintza, que ha tenido que desplegar unidades antidisturbios para contener a los vándalos.
El fin de semana comenzaba ya accidentado con una fiesta ilegal en Uribarri, donde además se detuvo a un hombre acusado de un intento de abuso sexual. Otras cuatro personas fueron también arrestadas por golpear a los agentes que acudieron al lugar (dos de los efectivos necesitaron asistencia sanitaria). La presunta víctima de la agresión fue quien dio la voz de alarma. Una llamada de auxilio a la Ertzaintza terminó destapando un encuentro clandestino de personas que no respetaban las normas contra el coronavirus.
Los comportamientos incívicos continuaron por la tarde, incluso antes del cierre de establecimientos hosteleros (tienen que bajar la persiana a las 20.00 horas). Esta vez, el escenario fue Vitoria. Hasta ocho patrullas de la Ertzaintza irrumpieron en un pub del centro de la capital alavesa y sorprendieron allí a los participantes en una fiesta ilegal de cumpleaños. Muchos de ellos no llevaban mascarilla. Tampoco se respetaba la distancia social de seguridad. Además, los jóvenes no estaban sentados y se encontraban en grupos de más de seis personas. Los agentes identificaron a 55 personas, que serán denunciadas.
Poco después, cuando los bares daban por concluida la jornada, la situación comenzó a ponerse muy tensa en algunas localidades de Euskadi. En Mungia, por ejemplo, agentes de la Ertzaintza y de la Policía local tuvieron que emplearse a fondo para disolver un tumulto de jóvenes. Ardió, al menos, un contenedor y se dieron imágenes de enfrentamientos entre los agentes y los presentes, con empujones e insultos. Uno de los infractores fue arrestado por abalanzarse de forma agresiva hacia las fuerzas de seguridad.
Intento de linchamiento en Getxo
No demasiado lejos de allí, en Getxo, la actuación conjunta de la Ertzaintza y de la Policía Municipal desbarataba una quedada de más de 200 personas, en el parque de las inmediaciones del hotel Artaza, en Neguri, según informa Txema Izaguirre. Varios vecinos llamaron «indignados» a la comisaría para advertir que había una pelea entre varios jóvenes en esta zona residencial, sobre las nueve de la noche. Los sucesos han despertado «indignación y han provocado la denuncia por la actuación «irracional» de estos chavales –la mayoría de entre 17 y 20 años de edad-.
Los primeros en aparecer fueron agentes de la Guardia urbana que avisaron por megafonía para que se dispersasen los jóvenes, quienes hicieron caso omiso. Ante la nula respuesta, los agentes pidieron a uno de ellos que se identificara porque no portaba la mascarilla. El chaval se negó reiteradamente, según relató un testigo. «Entonces otro joven aprovechó para agredir a un agente». Los policías locales rápidamente procedieron a su detención. Le acusan de un atentado contra un agente de la autoridad.
Fueron momentos en que la tensión se incrementó y hasta se produjo un conato de linchamiento que los policías consiguieron parar formando un círculo para protegerse. Para entonces algunos de jóvenes ya habían empezado a proferir insultos, que fueron en aumento. Entonces, efectivos antidisturbios de la Ertzaintza hicieron acto de presencia con escudos y lograron aplacar los ánimos. Este episodio se produjo cuando las estadísticas por multas impuestas a causa de no respetar las normas sanitarias están bajando en Getxo, pero ayer el buen tiempo animó a decenas de chavales a organizar quedadas y consumir alcohol en la calle. Muchos llegaron procedentes de otros municipios.
Fiesta en un ático de Bilbao
En San Sebastián, por su parte, la Ertzaintza actuaba con contundencia en la plaza La Trinidad y alrededores ya que había una multitud de personas con intención de celebrar un botellón. En el transcurso de este desalojo se produjeron desórdenes públicos en los que se arrojó objetos a los ertzainas y cuatro personas fueron detenidas por atentado contra agentes de la autoridad. A pocos kilómetros de allí, en el barrio de Meaka de Irún, las patrullas desplazadas al lugar encontraron a un centenar de jóvenes consumiendo alcohol sin respetar la normativa preventiva establecida por la pandemia. Los presentes se habían personada allí tras convocarse una quedada a través de las redes sociales. Muchos de ellos huyeron del botellón ante la presencia policial, no obstante, 46 personas fueron identificadas y denunciadas.
Probablemente, el último incidente tuvo lugar en Bilbao, pocos minutos antes de que el toque de queda llegara a su fin por hoy. Los agentes acudieron a la calle Biarritz después de que un particular denunciara que llevaba toda la noche escuchando la música que salía del ático situado en un pabellón industrial. Los agentes se encontraron allí a 36 personas celebrando una fiesta clandestina.
El número de infracciones (735) es elevado porque sólo se circunscriben a las últimas 30 horas y, además, no incluyen las denuncias de las policías locales. Otros fines de semana el número total ha rondado el millar de propuestas de castigo, pero sumando las de las diferentes fuerzas de seguridad y en un periodo de tiempo más largo. La sensación es que, como se había anunciado, se ha incrementado la presión policial pero también lo habrían hecho los incidentes o comportamientos más graves.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión