Se desploman los ingresos de mayores de 60 años por el efecto de la vacuna
Desde hace dos semanas, los vascos de entre 40 y 59 años son el grupo predominante en planta, lo que ha llevado a agilizar las altas médicas
Pasados cuatro meses desde el inicio de la campaña en Euskadi, los beneficios de la vacunación son palpables. Según datos del Departamento vasco de Salud, ... los ingresos de mayores de 60 años se han desplomado por el efecto de la inmunización. En el último mes, el número de camas ocupadas en las plantas de los hospitales por contagiados de entre 60 y 84 años ha caído un 60%. Y lo que es más relevante aún: desde hace dos semanas es la población de entre 40 y 59 años la predominante, algo que no había ocurrido en toda la pandemia. Una noticia positiva, pues el factor edad resulta clave para hacer frente a la infección y evitar la muerte.
La vacuna supone el arma más potente para aplacar a un virus que se ha llevado por delante la vida de miles de ciudadanos. En el País Vasco, 4.328 hasta la semana pasada. Apenas mes y medio después del tímido despegue de la inoculación, las defunciones cayeron en picado, sobre todo por la drástica reducción de los casos en las residencias. Y ahora, su impacto se deja sentir de lleno en el ámbito asistencial. Ya en el momento álgido de la cuarta ola se redujo la media de edad de los ingresados vascos, tanto en planta como en UCI, pero ha sido en este mes cuando los hospitales se han vaciado de los colectivos más frágiles ante la enfermedad.
La semana pasada 87 vascos de 60 a 84 años fueron ingresados, 3 veces menos que hace un mes
importante caída
El último registro semanal publicado por Osakidetza revela que las hospitalizaciones en planta de sexagenarios y septuagenarios han sido hasta tres veces menos que entre el 18 y el 25 de abril, cuando se alcanzó el pico de esta ola con 323 pacientes de estas edades. Entre el 16 y el 23 de mayo, se contabilizaron 87, por 122 de vascos de entre 40 y 59 años. El patógeno no desperdicia ninguna oportunidad y, con los colectivos más vulnerables ampliamente protegidos, se acomoda en los huéspedes más jóvenes, la población con mayor vida social y donde la vacunación todavía resulta insuficiente.
Registros de agosto
De hecho, si la falta de suministro no hubiese alterado tanto la campaña, esta situación se hubiera conseguido antes. A mediados de abril, casi a la par, Osakidetza comenzó a inmunizar a los septuagenarios con Pfizer/BioNtech y Moderna, y a la población de entre 60 y 69, después de que AstraZeneca se limitara únicamente a esta capa de edad. Una de las consecuencias de que los casos hayan caído en estos colectivos es que los pacientes, aunque con excepciones, se recuperan más rápido. Las altas en planta se han agilizado y prueba de ello es que en esta última oleada los hospitales se han descargado a mayor ritmo que en anteriores picos. De hecho, hasta el pasado viernes -último dato publicado-, se contabilizaban 277 enfermos covid en camas convencionales, unos registros que no se observan desde el mes de agosto.
Los hospitales se han descargado antes que en otros picos por la edad más baja de los pacientes
recuperación más rápida
Sin embargo, la caída del volumen de ingresos de menores de 60 no se traslada todavía a las UCI. Las estancias son más prolongadas y, en algunos casos, atienden a afectados que llevan ingresados más de un mes. No les dio tiempo a vacunarse. Según ha podido saber este diario, en el área de intensivos de Cruces atendían hasta el pasado jueves a 26 pacientes, la mayor parte (38%) de entre 60 y 69 años y 23 no habían recibido ninguna dosis. Solo 3 del total de críticos cuentan con la primera de AstraZeneca.
Menos de 100 críticos en UCI por primera vez desde el 5 de abril
La presión asistencial todavía es muy elevada, pero Osakidetza confirmó ayer que las UCI han bajado del centenar de pacientes. Atienden a 99 enfermos que luchan por sobrevivir al virus, dos menos que el día anterior. Todavía es un nivel de ocupación muy alto. El punto de partida de las unidades de críticos previo a esta última oleada se situó en 80 pacientes y cabe recordar que era mayor que en anteriores acometidas, motivo por el cual durante este último golpe los hospitales han registrado números solo vistos durante la pasada primavera. Sin embargo, no rebasar el centenar de pacientes es algo que no se observaba desde el 5 de abril y supone un soplo de aire fresco, tanto a nivel asistencial como de moral para los profesionales.
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