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Desastres en la cirugía estética: cuando dejas de reconocerte en el espejo

Desastres en la cirugía estética: cuando dejas de reconocerte en el espejo

Es un negocio que parece no tener techo en España. El año pasado se hicieron en nuestro país casi 600.000 operaciones y tratamientos estéticos, un 11% más que el año anterior, con el el bótox, los aumento de pecho y las operaciones de párpados en el 'top 3' de la demanda. Unas cifras in crescendo que tienen su reflejo también en un incremento de las reclamaciones en los juzgados

Domingo, 19 de octubre 2025, 00:04

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«Te pincho en casa. Total, son dos minutos». El problema no es el pinchazo, son los 'labios salchicha', las cejas asimétricas, los pómulos hinchados… La Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) lanzó hace unos meses su llamativa campaña 'Tu cara ya no me suena' para alertar de la mala praxis en el sector de la estética. Denuncian que «el 65% de los retoques los están haciendo profesionales no cualificados en salones de belleza, peluquerías e incluso a domicilio», donde se celebran las famosas y peligrosas 'bótox party', como las antiguas 'tuppersex' pero con reparto de inyecciones de toxina botulínica a las invitadas.

«Los filtros de los selfis de Instagram han hecho mucho daño. Hay chavalas que ya no se gustan al natural y se están inyectando bótox con 22 años para prevenir las arrugas. Muchas no quedan conformes porque han idealizado una cara perfecta que no existe». Cada vez son más las que tocan la puerta del despacho de Patricia Gil Molet, abogada vizcaína especialista en negligencias médicas. «Que el resultado no sea el que tienes en tu cabeza no significa necesariamente que haya habido un error médico», advierte la letrada que, antes de aceptar un caso, hace un estudio de viabilidad para valorar si ha habido negligencia. «Hay gente que cicatriza mal, mujeres con una caja torácica pequeña que piden prótesis mamarias enormes y, al estar encapsuladas por falta de espacio, se quedan sin movimiento y pueden doler...». De cada diez reclamaciones –calcula– «igual solo hay dos viables».

Por tipo

  • La rinoplastia, una operación 'de moda' Las operaciones de nariz han experimentado un importante aumento el último año pasando de 13.566 a 18.830 en los últimos doce meses.

Entre los que hay sospecha de negligencia, la abogada ha visto de todo: «Abdominoplastias que dejan al paciente sin ombligo o con un agujero en su lugar, cicatrices exageradas, pechos asimétricos, mordida cruzada por la moda de las ortodoncias... Y, sobre todo, quemaduras graves por depilaciones láser hechas en sitios sin garantía por ahorrarse dos duros».

El 85% son mujeres

Basta una búsqueda rápida de sentencias condenatorias para hacerse una idea de la magnitud de este último problema: una mujer fue indemnizada con 8.494 euros tras sufrir quemaduras de segundo grado a causa de un tratamiento para eliminar el vello de las piernas por el que pagó 1.590 euros y que le ocasionó «ciento cincuenta quemaduras circulares». Otra recibió 6.500 euros después de que en la primera sesión de tres que había contratado de depilación láser le salieran «ampollas y rojeces».

1,2 personas por cada 100

en España se ha hecho algún retoque u operación estética el último año. En números absolutos fueron 588.859 tratamientos. Los cinco más demandados son, por este orden: inyecciones de ácido hialurónico, bótox, aumento de pecho, cirugía de párpados, liposucciones y aumento de labios.

14 %

de las cirugías son aumentos de pecho, aunque la demanda ha bajado en los últimos años. En 2010 se colocaron 48.559 prótesis mamarias, número que se redujo a 44.663 en 2023 y hasta 42.129 este último año. Las reducciones de pecho, sin embargo, van al alza y en 2024 se hicieron 16.547, casi 4.000 más que el año anterior.

Pero siguen siendo las operaciones de aumento de pecho las que copan las reclamaciones en los juzgados. Aunque cada vez se hacen menos, todavía es la operación estética más demandada en España –el año pasado se realizaron más de 40.000–, seguida de la cirugía de párpados (blefaroplastia) y las liposucciones. Entre los tratamientos que no requieren cirugía, las inyecciones de bótox y de ácido hialurónico no tienen competencia, con una cifra récord de 225.000 'pinchazos' solo el último año.

Una mujer se somete a un pinchazo de bótox en el entrecejo. Adobe Stock

Son las mareantes cifras de un negocio que mueve en España más de 4.000 millones de euros al año. Y no parece encontrar techo. En los últimos doce meses se realizaron en nuestro país casi 600.000 tratamientos, un 11% más que el ejercicio anterior –a nivel mundial el crecimiento fue del 8,4%–, según los datos de la Encuesta ISAPS de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica-Estética. Un total de 303.559 requirieron cirugía y los 285.300 restantes, no –el 85% de las pacientes eran mujeres–.

Varias mujeres han sido indemnizadas tras sufrir quemaduras de segundo grado en una depilación

De los desastres estéticos no hay cifras, pero sí evidencia. Los visibilizó de la peor manera el caso de Sara Gómez, la mujer de 39 años que falleció en 2022 tras someterse a una liposucción en una clínica de Murcia. Dos años después de su muerte, se aprobó en España la llamada 'Ley Sara', para poner freno al intrusismo al establecer que solo los médicos con formación específica en cirugía plástica, estética y reparadora pueden hacer estos tratamientos. Dos meses después de su entrada en vigor se suspendió de manera cautelar. Sin marco legal, la Sociedad Española de Medicina Estética denunciaba a principios de este año que «el 20% de los tratamientos se siguen haciendo en lugares no regulados».

Por países

  • Brasil, a la cabeza Brasil es el país del mundo donde más operaciones y tratamientos estéticos se hacen: 2,3 millones el último año. En segundo lugar, Estados Unidos: 1,9 millones.

Damián Vázquez, abogado especialista en negligencias médicas y colaborador jurídico de la asociación El Defensor del Paciente, confirma que, fruto de esta proliferación de negocios, hay también «un 'boom' de reclamaciones».

«Siempre ha habido demandas por prótesis de pecho con mal resultado, pero ahora estamos recibiendo también quejas por liposucciones, rinoplastias, elevación de glúteos, injertos de pelo… Hay muchas pseudoclínicas que no están preparadas para estas intervenciones. Otras alquilan quirófanos en hospitales privados, pero si hay complicaciones graves eso no es suficiente. Tengo clientes que me cuentan que les dieron a firmar los papeles del consentimiento en la propia camilla, otros a los que les hacen el seguimiento por WhatsApp…».

Pacientes «multioperados»

Francisco Riba García, fundador de Face Clinic y con 25 años de experiencia en cirugía maxilofacial, reconoce que «los desastres estéticos existen». «Suelen aparecer en los rellenos y, con mucha frecuencia, en pacientes multioperados». En este sentido, advierte que «cuanto más se toca un tejido, menos predecibles son la cicatrización y los resultados y más difícil la técnica». A esto se une, advierte el doctor Riba, que «España es el país del 'low cost' y, por tanto, existe un amplio abanico de calidades».

35 %

de las intervenciones se las hacen personas de entre 30 y 44 años. El colectivo de 18 a 29 años representa el 29,5%

1-2 horas

tarda de media una liposucción, una de las intervenciones cuya demanda más ha crecido. La inflamación puede perdurar hasta 6 meses.

Pero a veces los problemas empiezan antes incluso de entrar al quirófano. «En ocasiones, las expectativas del cliente no son realistas y les decimos que no porque la cirugía no les va a aportar el beneficio esperado», explican Laura Cabañas e Iker Miguel, miembros de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética y cirujanos de Cirugía Plástica Bilbao. Lo hacen «cuando el motivo es más emocional que físico».

Un médico marca en el abdomen de una paciente las líneas maestras para la operación. Adobe Stock

Suele ser por un defecto que excede el complejo para convertirse en patología y se llama trastorno dismórfico corporal. «La persona percibe de forma distorsionada parte de su cuerpo o de su cara. Puede dedicar horas a mirarse al espejo en busca de ese defecto que, en caso de existir, suele ser mínimo pero que percibe de forma exagerada e invalidante», explica Elena Daprá, psicóloga sanitaria experta en bienestar.

Sin cirugía

  • Tatuajes 761 personas se retiraron tatuajes, una intervención que no requiere cirugía y que ha experimentado una demanda al alza

En personas con dismorfia, cuenta la especialista, «es común creer que la operación estética es la solución al problema pero, al no tratarse de un problema físico sino de una percepción mental errónea, la cirugía no suele resolver el malestar, sino que lo agrava». Es más, «esta frustración puede conducir a una búsqueda compulsiva de nuevas intervenciones».

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